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Enquiridion o Manual de vida

 Título original: Enquiridion 

Autor: Epitecto

Traducción: Margarita Mosquera

Editorial: 

Año de publicación: 125

Año de edición : 1997

Número de página: 93

Genero: Poesía, Epopeya, Experimental

 

De Epitecto sabemos, que fue un filosofo griego, miembro de la famosa escuela de los estoicos, y que gran parte de su vida vivió como esclavo en Roma. Siendo uno de los pensadores mas influyente de la escuela estoica, hasta lo que se sabe no dejo nada escrito, sino que sus enseñanzas fueron recogidas por sus discípulos, y son estos textos, como Enchiridion o Manual, y sus Discursos lo que hoy en día tenemos en nuestras manos como legado de sus enseñanzas. En toda sus enseñanzas hay dos modelos a seguir, las de Sócrates y Diógenes, dos modelos que viene hacer la alta representación de la filosofía estoica, amplios conocedores de la verdad, dos personajes que siempre acertaron en sus juicios y comportamientos, dos filósofos de arrastre en el conocimiento. 

 

En lo que respecta a Enchiridio o Manual de Vida, este pequeño manual, donde predomina los consejos éticos del estoicismo, fueron una compilación realizada por Flavio Arriano, un historiador y filosofo griego del siglo II, que estudiando filosofía en Epiro con el filosofo Epitecto, tuvo la iniciativa de escribir para él las obras Manual de Epitecto y Discursos. 

 

Según las enseñanzas de Epitecto, la verdadera educación, creía, consiste en reconocer que solo hay una cosa que pertenece plenamente a un individuo: su voluntad o propósito. Dios, actuando como un buen rey y padre, ha dado a cada ser una voluntad que no puede ser impuesta o frustrada por nada externo. Los hombres no son responsables de las ideas que se presentan en su conciencia, aunque son totalmente responsables de la forma en que las utilizan. "Dos máximas", dijo Epicteto, "siempre debemos tener en cuenta: que aparte de la voluntad no hay nada bueno o malo, y que no debemos tratar de anticipar o dirigir los eventos, sino simplemente aceptarlos con inteligencia". El hombre debe, es decir, creer que hay un Dios cuyo pensamiento dirige el universo.

 

Como teórico político, Epicteto vio al hombre como miembro de un gran sistema que comprende tanto a Dios como a los hombres. Cada ser humano es principalmente un ciudadano de su propia comunidad, pero también es miembro de la gran ciudad de los dioses y los hombres, de la cual la ciudad política es sólo una mala copia. Todos los hombres son hijos de Dios en virtud de su racionalidad y son afines por naturaleza con la divinidad. Así, el hombre es capaz de aprender a administrar su ciudad y su vida según la voluntad de Dios, que es la voluntad de la naturaleza. El instinto natural de la vida animada, al que también está sujeto el hombre, es la autoconservación y el interés propio. Sin embargo, los hombres están constituidos de tal manera que el individuo no puede asegurar sus propios intereses a menos que contribuya al bienestar común. El objetivo del filósofo, por lo tanto, es ver el mundo como un todo, crecer en la mente de Dios y hacer suya la voluntad de la naturaleza.

 

En resumen, este libro reúnen las enseñanzas de este famoso filosofo griego, un obra impresa y traducido a múltiples lenguas, un libros, que ha sido las letras que adorna muchos de los post que vemos en las redes sociales. 

 

En sus manos.

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