Fue en la distancia que conectó con su continente. El nobel peruano Mario Vargas Llosa ha revelado este miércoles que descubrió la fuerza de la literatura latinoamericana durante los años en que vivió en París, donde pudo conocer a autores como Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges oJulio Cortázar. Así, Vargas Llosa ha hablado de su obra y de su relación con otros autores latinoamericanos en un coloquio que también contaba con la presencia del escritor colombianoJuan Gabriel Vásquez en la XXVII Feria Internacional del Libro de Bogotá, que tiene a Perú como invitado de honor. Durante la charla del autor, un hombre ha irrumpido para destrozar ante el público una de sus obras. Vargas Llosa ha reaccionado con humor: "Se lo agradezco sinceramente, no sabe hasta qué punto estas conversaciones pueden ser aburridas", ha reaccionado. Y al alborotador le ha deseado "una larga vida". El encuentro ha proseguido por derroteros literarios.
"Yo llevaba tres años en Europa y mi recuerdo de América Latina era un páramo literario donde un escritor joven tenía dificultades monumentales para encontrar un editor", ha recordado Vargas Llosa sobre esos tiempos. El nobel peruano, que se fue vivir a París en 1958, ha señalado que en ese entonces América Latina era una región incomunicada casi totalmente desde el punto de vista literario, y que en su país no se sabía qué se estaba escribiendo en Ecuador, en Colombia o Chile. "De pronto nos llegaban noticias de Argentina y de México porque tenían dos centros editoriales que funcionaban", ha añadido.
El autor de La ciudad y los perros (1963), La fiesta del Chivo (2000) o El sueño del celta (2010), entre otras novelas, ha relatado que cuando en la capital francesa descubrió la obra de García Márquez, por ejemplo, le pareció de entrada muy completa. "A García Márquez lo descubrí en París, yo trabajaba en la televisión francesa y me llegó un libro de un escritor colombiano traducido al francés: El coronel no tiene quien le escriba, que me pareció una pequeña obra maestra, un libro muy bien estructurado, donde nada sobraba y nada faltaba".
Vargas Llosa ha mencionado también a Borges, de quien ha dicho que fue de los autores latinoamericanos que más deslumbró a los intelectuales en Francia "porque era un latino que citaba textos de Shakespeare, y además porque con sus cuentos trazó un panorama maravilloso de una literatura fantástica".
El Nobel de Literatura de 2010 ha hablado también de sus comienzos como escritor y contó que el autoritarismo de su padre, que asociaba la literatura con el fracaso y la bohemia, fue lo que lo llevó a rebelarse con la palabra escrita. "A mi padre le debo el amor a la libertad, en gran parte por la manera como imponía su autoridad, y además sin saberlo, fue quien me dio el tema de mi primera novela (La ciudad y los perros) por haberme metido en un colegio militar, el Leoncio Prado, porque allá me volví un escritor profesional", aseguró.
En un repaso por sus obras, Vargas Llosa ha afirmado que en las primeras siempre tuvo reticencia sobre el uso del humor: "era el mal ejemplo de (Jean Paul) Sartre, que era un hombre desprovisto de humor", comentó. El escritor ha agregado que como discípulo de Sartre tenía "impregnado que el humor reñía con la literatura seria, por eso hasta 'Conversación en el Catedral' (1969) el humor es muy precario". Fue conPantaleón y las visitadoras, publicada en 1973, que dejó que fluyera su vena humorística. "Me di cuenta de que esa historia tenía que ser contada con humor", ha aseverado.
El nobel se ha referido también a su época de político, etapa que reseña en su libro El pez en el agua (1993), en el que cuenta como descubrió a un Perú "feroz" y como el poder lleva a la gente a cometer vilezas. "Fui político pero no fue mi vocación, porque la literatura fue mi vocación desde niño y nunca he sentido el quehacer de leer o escribir separado de la vida", ha apuntado.
El Pais
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