Del manuscrito autógrafo, que fue hallado por partes en la biblioteca de la fundación que lo ha presentado, y que ha sido reconstruido y ordenado, emana la idea del derecho a la mujer a formarse y a ser creadora, que la escritora fue capaz de desarrollar y plasmar a tan corta edad. “Es sorprendente: escribe muy bien, tiene imaginación, mantiene el hilo conductor…Y además hace reflexiones que no son propias de su edad, como esta del papel de la literata”, explica Juan Antonio Yebes, el director de la Biblioteca Lázaro Galdiano.
El leitmotiv de la novela, reconocida como la primera en la dedicatoria de la autora, versa sobre el papel de la lectura en la formación de las personas. “Habla de que hay que leer libros edificantes, y de cómo te puede transformar una literatura no conveniente”, añade Yebes. “En general, los temas que trata aquí los tratará en su obra posterior”, añade el director de la biblioteca. La novela está estructurada en diez capítulos además de un epílogo, de los que ya se habían editado los dos primeros y parte del tercero, cuarto y quinto.
La obra, que fue originalmente publicada por entregas en el periódico El Progreso de Pontevedra en el año 1866, y que hoy coeditan la Fundación Lázaro Galdiano, Analecta y la Casa de Emilia Pardo Bazán, fue rescatada parcialmente en 1989 por Juan Paredes Núñez. El mecenas José Lázaro Galdiano, editor y amigo de la literata, no publicó la obra completa en su momento, pero sí conservó la obra entre su colección, gracias a lo que se ha podido reconstruir la imagen del precoz talento de Pardo Bazán.
“Lázaro era un apasionado de los autógrafos, por eso le pidió a Pardo Bazán unos manuscritos”, explica el director de la biblioteca de la fundación. Además de esta novela, entre los alrededor de “80 o 90.000 documentos” que atesora la institución, se encuentran también otros de la escritora coruñesa, como correspondencia y, sobre todo, textos poéticos, “la mayoría probablemente de antes de que cumpliera los 20 años”, junto a otros de diferentes autores sobre todo del siglo XIX, aunque también de los siglos XVIII y XVII.
Además de su valor literario, Aficiones Peligrosas aporta también un interés documental, al mostrar las correcciones y los fallos ortográficos ocurridos durante el proceso creativo. “El texto es de gran provecho para los especialistas en Emilia Pardo Bazán, pero también para los lectores”, añade Yebes.
Aficiones peligrosas, además de sumar un título a la bibliografía de la escritora gallega, sirve también de introducción a la colección Textos inéditos y olvidados, un compendio de los textos más desconocidos que alberga la Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano, y que incluyen obras de creación, ensayos o estudios de carácter histórico.
El País
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