“España no era Suiza”
Siempre una nueva lectura, y mucho aún más, el acercamiento a un nuevo escritor del cual, quizás hayas visto en el ir y venir por la web y las redes sociales, siempre le da a uno la suspicacia de hacer un extendido para leerlo a futuro. Sin embargo, es una forma de dar por sentado que en futuro será leído o de lo contrario en la medida nos causara cierta deformación de una posible experimentación del mismo. No podemos descartar que esa aproximación nos presentará una de las mejores oportunidades de lectura, que independientemente va a ser o hacer en futuro, lo que realmente transformará nuestra cosmovisión del escritor en cuestión.
Almudena Grandes, solo había escuchado de ella en la vaguedad de mis ir por la web, pero al ser invadido por la curiosidad de este libro el cual acabo de leer La madre de Frankenstein quedé totalmente asombrado de su finura de relatar hechos históricos mezclado con ficción. Además de todas la cosas que a lo largo que de la novela pude ver, la fui emparejando con el personaje en cuestión. Debo admitir, que el título no me llamaba la atención, pues suponía que era un libro más de esto que utilizan títulos ya quemados, pero no fue así. Ahora realmente, al igual como me pasó con Leonora de Elena Poniatowska, ambas escritora me tomaron de la mano para conocer a estas dos mujeres opuestas tratada en sus libros.
De entrada esta novela nos pone en contacto con el dulce sonido de un piano, el cual se tocaba todas las mañanas en el pabellón del Sagrado Corazón, donde se alojaban las señoras pensionistas de primera clase. Grandes con esa capacidad de enseñarnos el buen manejo de la historia hace público esta quinta entrega de sus Episodios de una guerra interminable de la serie sobre la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Teniendo como trasfondo el manicomio para mujeres de Ciempozuelo y uno de los crímenes más horrendo y famoso de la República cometido por Aurora Rodríguez Carballeira.
“Tiene un nombre muy raro, como alemán...
—¿Frankenstein?
—Justo. Pues eso parecía doña Aurora, el médico ese. No tenía camilla, ni laboratorio, ni una ventana por la que entrara un rayo, nada de eso, pero lo que intentaba hacer era lo mismo, aunque su muñeco fuera de trapo, aunque no tuviera piel, ni tornillos... Cuando vi la película me di cuenta enseguida, porque la había visto a ella muchas veces intentando levantar al muñeco, enredándose con él al terminar.”
Aurora Rodríguez Carballeira un feminista convencida, mujer autónoma, independiente, que no se sometia a la autoridad de ningún hombre, lectora de Nietzsche, una mujer brillante. Pero ante todas esta cualidades de una mujer bien amueblado cometió una de los crímenes más horrendo de españa, todo por un experimento eugenésico que acabó trágicamente, cuando dio muerte en 1933 a su hija Hildegart. Este horripilante hecho la llevaron a ser juzgada y condenada, cumpliendo su sentencia en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos muriendo allí en 1955 de cáncer.
Es una novela que aunque su principal personaje es Aurora Rodríguez Carballeira, se cuelan más personajes que se ponen casi a la par en protagonismo, como es el caso de German Velazquez Martin, un psiquiatra que huyó de España a Suiza, siendo adoptado por la familia Goldstein, y que en la clínica donde ejercía fue seleccionada para la implementación de un nuevo fármaco, la Clorpromazina para enfermo esquizofrénico. German será el personaje de conexión entre Aurora, el centro para señoras y otros personajes que conforman esta novela. Mucho menos se puede obviar la vida de María Castejón, huérfana y criada por sus abuelos. Está María fue acogida por Aurora, quien le enseñó a leer y a conocer cómo era la vida. Cabe destacar que el famoso sonido del piano, el cual era tocado en el pabellón de Sagrado Corazón de la habitación 19 de primera clase, era tocado por Aurora Rodríguez Carballeira.
"He escrito este libro en memoria de todas esas mujeres que no pudieron atreverse a tomar sus propias decisiones sin que las llamaran putas, que pasaron directamente de la tutela de sus padres a la de sus maridos, que perdieron la libertad en la que habían vivido sus madres para llegar tarde a la libertad en la que hemos vivido sus hijas"
Almudena Grandes
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