Michel Onfrey culpa al cristianismo del deterioro y desaparición de la filosofía nata, donde los copitas en su afán y aspiraciones desmedido por querer instaurar las nuevas enseñanzas, no gestionan salvar los grandes volúmenes de las escuelas filosóficas. " La palabra evanescente, no recogida por escribas ni por copista, se esfuma para siempre"
Esa construcción de la inversión de Jesús y el autoritarismo del cristianismo, unido a esta, la propagación y difusión del latín como lengua oficial urdieron merma el oficio nato del quehacer filosófico, bajo el idioma griego como raíz primaria de los filósofos. Grandes cantidades de obras corrieron la suerte de desaparecer. En un lenguaje no rebuscado y como divulgador de los males y llagas del cristianismo, Michel Onfrey no escatima esfuerzo de poner a descubierto los atolladeros del cristianismo, ante la época donde los terrenos experimentales agrietan posibles alternativas a una nueva conceptualización de la vida. "la fuerza que triunfa arroja al abismo todo lo que no sirve para su crecimiento y dominación"
En este texto es de especial detenimiento el que le da al gnosticismo, como alternativa al nihilismo reinante de la época, donde sus mas grandes actores enseñan la esencia de sus doctrinas, a pesar de las pocas informaciones que puedan ilustrarla, por lo deliberado de las voces que la han recogido. La declarada guerra conceptual entre el cristianismo y gnosticismo se hace presente durante el primer siglo y siguientes, por un lado Simón el Mago y por otro Pablo de Tarso ofertando el éxito o fracaso de la nueva vida que predican. Intenta inventar un universo capaz de liberar o de tener que soportar el aquí y el ahora.
En todo el libro disemina las enseñanza del gnosticismo, bajo la titulación de La comunión de los santos heréticos, entre los cuales encontramos: Simón el mago, Basilides, Valentin y otros. Pero las enseñanzas de estos vino a considerarse contra natura a las enseñanzas de la iglesia que hasta iniciada la dominación de la iglesia durante el siglo IV hizo desaparecer a sus máximos exponentes. Pero, esta merma no dejaron de ser una excusa o desatendido de que ellas, sus enseñanza, estaba arrancada del hombre, pues de manera informe entro durante la edad media con Amaury de Bene, Willen Cornelisz entre otros, encerrando este tema bajo la esquematización Una claridad medieval.
Un tercer tiempo, como Michel Onfrey establece en su libro es la que pertenece a El cristianismo epicúreo desde desarrollo el esfuerzo o enseñanza de Lorenzo Valla, Marsilio Ficino, Erasmo de Rotterdam y Michel de Montaigne.
Independientemente, de los esfuerzos del autor y de su capacidad profesional, el libro no trajo nada nuevo, esperaba algún planteamiento mucho mas profundo, pero se quedo en lo histórico del hecho y no en la interpretación moderna del hecho. De recomendarlo, no daría una alta puntuación, claro si ustedes son de aquellos lectores que inician sus estudio sobre el gnosticismo, tiene una alta probabilidad de que ahí vaya a encontrar material para sus estudios, pero no así para quien ya ha manoseado muchos libros con temas similares.
Hasta la vista babe
Comentarios