En Atenas, durante el siglo IX, una joven de nombre Juana, quien había nacido cerca de Maguncia, hoy ciudad de Alemania, en el año 822, dio lugar al origen de esta historia, que podría resultar sorprendente y asombrosa para muchos: El papa embarazado de un monje. Como era natural durante este siglo, las mujeres no tenían acceso al estudio porque era contra natura y voluntad de Dios y ella siendo hija de un monje predicado, le tomo mucho aprecio al estudio y a la ampliación de sus conocimientos, donde era muy frecuente sus visitas a los conventos benedictinos.
La vocación de Juana le propino la idea de disfrazarse de hombre y adherirse a los monasterios para poner en práctica aquella ambición que siempre estuvo incubando en ella: el estudio. Ahora hay otra versión que sostiene que a una temprana edad se escapó con un joven monje y que para seguirlo tuvo que disfrazarse de hombre y que estos pasos por diferentes monasterios entre libros la hicieron toda una intelectual. Versada en metafísica, ciencia y los Tratados Árabes de la época.
Este flechazo entre ambos adolecentes facturó toda esta historia. Ella se enamora de uno de sus maestros y el maestro se enamora de su inteligencia y belleza. Al morir su amado, decidió trasladarse a Roma, donde por su capacidad intelectual, fue elegida Papa en sucesión del Papa León IV, tomando el nombre de Juan VIII entre los años 855 al 858.
Siendo Papa, manejo con extraordinaria capacidad dicho puesto, pero de algo no estuvo exenta y lo cual no pudo reprimir: el sexo. Aunque en muchas ocasiones intento no caer, siempre resbalaba en los brazos de un joven monje del cual quedo embarazada. En medio de una procesión, después de tanto ocultar su embarazo, le vino la hora de parir y dio a luz un niño. Ahora, imagine el asombro que experimentaron todos los asistentes frente a este hecho. Fue un momento de grandes contradicciones, falsedades, donde no hubo ni el más mínimo pestañar. Fue detenida y conducida a una celda del castillo de Saint Ángelo. La suerte de su hijo ni rastro de información y del monje se sabe que se suicido lanzándose desde lo alto de una muralla, mas ella fue asesinada.
Este acontecimiento tiene su respaldo en los escritos de un monje dominico, Jean de Mailly, Cronica Universalis Mettensis (1254), seguido del dominico, Martin de Opava en Cronicon pontificum et imperatorum. Estos hechos fueron secundados por historiadores católicos siglos mas tardes, como Platina, donde la admitieron, aunque con reservas, en la Historia de los Papas.
Comentarios
Aprovecho la oportunidad para invitarte al mío que es de literatura.
Un saludo desde Argentina.
Humberto.
www.humbertodib.blogspot.com
visite el tuyo y lo veo interesante. sigue adelante.