Leyendo unos fragmentos del Apocalipsis de Pedro, un texto, el cual ha sido considerado como apócrifo, en su momento me lleno de risa, pues algunos de sus pasajes, sobre todo aquellos que promueven el estado final de los condenados, son como sacado de películas o las películas salieron de ahí.
Las torturas que presenta el libro son algo escabrosas, tenebrosas y los castigos que se propinan están determinado por el pecado cometido. Al parecer, el Gran Tribunal copio las pagas por los errores cometidos por el hombre su época.
Si no es de menos mencionar, aquellas personas que eran consideradas blasfemas y que murieron en el ejercicio (todos unos atletas) eran colgados de la lengua por resto de la eternidad, pero aun mas, sobre un fuego que no se extinguía. Es archi conocido, que uno de los atractivos de las mujeres es ataviarse de cientos de cosas para resaltar su belleza, que sucede, que estas mujeres que tenían por oficio ataviarse, principalmente sus cabellos, que era común en la antigüedad, con el fin de atraer a los hombre ( en nada hemos cambiado) lujuriosos, eran colgadas del pelo, pero peor suerte sufría los hombres que eran colgados de sus genitales (háganse una imagen je je, no de las mujeres, sino de los hombres).
Los banqueros no se quedan atrás, aquellos que llenaron sus alforjas, sus bolsillos prestando dinero con altos intereses, estaban condenado por la eternidad arrodillados sobre inmundicia. Ahora, hay grupo, que si no es menos cierto, el mismo Jesús dijo: que de ellos es el reino de los cielos. Es el caso de los niños, pero sobre todo, los desobedientes a sus padres, estos son sometido a las picaduras de abejas salvajes. Un grupo que tampoco que quedo asuelto al castigo apocaliptico de Pedro, fueron los esclavos que desobedecían a sus amos, estos son obligados a roer sus lenguas sin cesar.
Dejando atrás estos castigos, todo esto me resulta mas placentero leyendo a Dante en su poema épico donde hace todo un viaje turístico al infierno, en su descenso, acompañado del poeta latino Virgilio, autor de la Eneida, donde acompañado de su guía y maestro, describe el infierno en forma de cono con punta hacia abajo y sus nueves círculos donde eran sometidos a castigo a los condenados, según la gravedad de los mismos.
A correr fanático, cuando no quisiera ser castigado como los hombres que se dejaron seducir por las mujeres. waooooo que dolor. upssss
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