Después de dejar atrás mi lectura del libro: Los libros del Gran Dictador, del escritor Timothy W. Ryback, cabe precisar que siendo un libro histórico, no deja de ser una biografía al Führer Adolf Hitler. Este gran líder alemán que eclipso todo un mundo, no es de menos que tenía un oficio bien marcado por la lectura. Este el gran propósito de Ryback, de dejarnos bien claro, que no solo era un militar tenaz, aguerrido, con objetivos claros, firme en su convicción, sino también un intelectual, que usó a su antojo aquellos libros que sirvieron de marco teórico para llevar a cabos sus atrocidades y puesta en funcionamiento del ideal de una raza aria.
En realidad me sorprendió la capacidad de análisis de Hitler a la hora de tomar un libro, fue uno de estos lectores que pasaba largas madrugadas leyendo, esa era la mejor hora para leer, y lo hacía sobre todo en su momento de retiro en el ventanal alpino en el Obersalzberg y de donde concibió sus grandes planes. Fue un lector sin límite o genero, que iban desde la novela, filosofía, historia, teatro, y sobre todo, libros de corte militar.
La biblioteca privada de Hitler estuvo dividida entre su residencia en la Cancillería, en Berlín, y su retiro de montaña en el Obersalzaberg, en Berchtesgaden, con un volumen aproximado de 16,300 libros. Hitler no fue un hombre que gustó que otros organizara sus libros, él mismo lo organizaba y por tal razón, esta organización está dividida en tres grupos: Sección militar, dividido según el país, alrededor de unos 7,000 libros. Estos libros militares iban desde las campañas Napoleónicas y los reyes prusianos, las vidas de todos los grandes generales alemanes y prusianos y prácticamente todas las campañas militares más famosas.
Encontramos una segunda sección, que contenía unos 1,500 libros, que abarcaban materias como: arquitectura, teatro, pintura y escultura. La tercera sección estuvo dominada por la astrología y espiritismo procedente de todas partes del mundo. Alimentación, dieta, fotografía. Unos 400 libros sobre la iglesia, casi toda de la iglesia católica. Aproximadamente unos 800 ó 1,000 novelas, las cuales abrigabas, escondiendo sus títulos.
Citar cada uno de los títulos que tenía en su haber es una gran empresa, por lo cual, ni preguntar, pues como dije un hombre con tal poder, fueron tantos los obsequios y dedicatorias en libros que amarraba todos las materias. Los
El autor nos descubre que una interpretación del poema dramático de Ibsen, Peer Gynt moldeo la ambición despiadada del dictador alemán, y que admiraba El judío internacional, el tratado antisemita de Henry Ford, la cual fue una lectura obligatoria para los miembros del partido Nacionalsocialista.
Claro no debemos obviar su gran libro, para él: Mein Kampf, presentado en todas sus ediciones y que en sus inicios no fue bien recibido por sus allegados, aunque el tiempo fue cambiando su parecer.
Los libros del Gran Dictador, nos muestra los resultados de grandes lecturas de Hitler, de repeticiones, de marginalias, de rayaduras, enojos, trazos, notas de desacuerdos con el escritor.
En sus manos.
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