"Hay que arriesgarse a cometer errores; hay que exponerse a decir cosas que, probablemente, son difíciles de expresar y en relación a las cuales, evidentemente, farfullamos aquí y allá"
Nada más axiomático que lo ante pensado, una vez el dardo de un pensamiento, reflexión o ideología de un hecho se acopla o logra enclavarse en un enunciado el cual se hace real y produce la geometría de las
decisiones, cuando este pensamiento se hace frágil al igual que una flor, que deja de ser algo subjetivo, algo que solo queda plasmado en un simbolismo en nuestro discernimiento, que bailotea de un rincón a otro buscando la más estrecha cavidad, aborda el hecho de la problematización de eso que dejamos de decir o que dejamos de hacer, el acontecimiento interior no alude mas a lo que se hable de él. Los errores que podríamos perpetrar en sí, en ese aflorar de las decisiones deja de ser lo imaginario aunque sea tímido o audaz , sin importar la separación entre lo real y lo subjetivo de esa idea embrionario en nuestro interior, osando franquear las primeras censuras, o bien lanzándote a la embriaguez de los instintos y los sueños. Son experiencias, son pequeños lienzos donde el artista va de un esquinero a otro buscando la perfección que desemboque en la armonía de los colores. "Son más instructivos los errores de los grandes intelectos que las verdades de los mediocres" Arturo Graf
El hombre no debe plantearse la propuesta de cometer errores como la búsqueda de la perfección, por cometerlo, sino como un error dado en el instantáneo momento, sino en tal sentido como algo que no promueva la vergüenza, de todo modo, como la autentica vergüenza aparece en nuestro ojos como decía Blake de la verdad: uno la reconoce apenas verla, se hace patente a la mirada del intelecto. Que reconozcamos que detrás de esta vergüenza asumida por el error de un hecho se manifiesta la condición del hombre, como un pensamiento se adueña de mi. Los errores traen con sigo una forma de aprender, aunque sus secuelas sean costosa por las huellas que puedan dejarnos, pero a la larga es una determinante de nuestro destino. Debemos ver los errores como un conflicto de las debilidades del hombre, como algo que nos suceda y ya, no como algo que nunca nos va a suceder, un mundo sin errores, el cual sería el peor de los mundos, seria la ciudad encantada de Tomas Moro.
En el juego de los errores entra el campo de la magnitud del error. No todos los errores pueden causarnos la misma suerte, no solo a nosotros como protagonista de este, sino como perjuicio en carrera a otros y a ese punto donde la rebelión de nuestros instintos no puede llegar, en afectar a otros. El único ser vivo que los comete es el hombre. En tal virtud, si los llegas a cometer, no mire a tras, remedia lo que puedas hacer, no intentes ensuciarte como el mismo acto, o de lo contario no son errores, sino tu costumbre. “uno termina acostumbrándose a acostumbrarse”
Alguien me sopla al oído, que poca algunos ejemplos de errores, al cual sin ningún miramiento, para que ponerlo, si los errores son las arenas del mar, como las estrellas, cientos y cientos. No quiero hablar de política.
Vamos correr fanático….
Nada más axiomático que lo ante pensado, una vez el dardo de un pensamiento, reflexión o ideología de un hecho se acopla o logra enclavarse en un enunciado el cual se hace real y produce la geometría de las

El hombre no debe plantearse la propuesta de cometer errores como la búsqueda de la perfección, por cometerlo, sino como un error dado en el instantáneo momento, sino en tal sentido como algo que no promueva la vergüenza, de todo modo, como la autentica vergüenza aparece en nuestro ojos como decía Blake de la verdad: uno la reconoce apenas verla, se hace patente a la mirada del intelecto. Que reconozcamos que detrás de esta vergüenza asumida por el error de un hecho se manifiesta la condición del hombre, como un pensamiento se adueña de mi. Los errores traen con sigo una forma de aprender, aunque sus secuelas sean costosa por las huellas que puedan dejarnos, pero a la larga es una determinante de nuestro destino. Debemos ver los errores como un conflicto de las debilidades del hombre, como algo que nos suceda y ya, no como algo que nunca nos va a suceder, un mundo sin errores, el cual sería el peor de los mundos, seria la ciudad encantada de Tomas Moro.
En el juego de los errores entra el campo de la magnitud del error. No todos los errores pueden causarnos la misma suerte, no solo a nosotros como protagonista de este, sino como perjuicio en carrera a otros y a ese punto donde la rebelión de nuestros instintos no puede llegar, en afectar a otros. El único ser vivo que los comete es el hombre. En tal virtud, si los llegas a cometer, no mire a tras, remedia lo que puedas hacer, no intentes ensuciarte como el mismo acto, o de lo contario no son errores, sino tu costumbre. “uno termina acostumbrándose a acostumbrarse”
Alguien me sopla al oído, que poca algunos ejemplos de errores, al cual sin ningún miramiento, para que ponerlo, si los errores son las arenas del mar, como las estrellas, cientos y cientos. No quiero hablar de política.
Vamos correr fanático….
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