Ir al contenido principal

El libro vivirá... en el formato que sea

Es la relación perfecta: Fernando Savater encandila a México, y este país hace lo propio con el filósofo español. La clausura del Congreso Internacional del Mundo del Libro, organizado por el Fondo de Cultura Económica para celebrar su 75 aniversario, ha sido una prueba más de ello. Durante una semana, 40 expertos han intentado explorar si el libro de papel está moribundo, cuántos años de vida le quedan, si ya está listo su sustituto... ¿virtual? A falta de respuestas concretas, la conferencia de Savater sirvió para levantar el ánimo de los pesimistas y atemperar a los eufóricos.

"No hay que escandalizarse", dijo el escritor, "si futuros creadores no tienen un libro en su forma impresa. No hay que olvidar que hubo épocas en las que quienes forman la base de nuestra cultura no tuvieron en sus manos un libro tal como lo conocemos hoy". Eso sí, Savater se mostró más preocupado por la relación futura entre el escritor y el lector que por la supervivencia del libro como objeto: "El verdadero peligro, la incógnita real, es si el escritor va a seguir siendo autor de sus libros, controlador de lo que quiere que aparezca, y por lo tanto alguien que mantiene una relación especial con sus lectores". La amenaza, según el filósofo, viene de la proliferación de páginas webs y blogs donde aparecen "inventos, infundios y tergiversaciones contra las cuales es prácticamente imposible luchar".

El congreso ha escenificado muy bien lo que ha venido representando el Fondo de Cultura Económica en sus 75 años de vida. Lo expresa Tomás Granados, su coordinador editorial: "Queríamos reunir aquí a todos aquellos que cuando uno piensa en libros son referencia obligada". A modo de ejemplo, Manuel Borrás, Eric Nepomuceno y Javier Pradera hablaron sobre las traducciones; el antropólogo Roger Bartra y el historiador francés Roger Chartier debatieron sobre los nuevos modos y espacios de lectura. El escritor Héctor Aguilar Camín moderó una suculenta mesa sobre las delicadas, y a veces endiabladas, relaciones entre escritores y editores, en la que, entre otros, participó -con gran éxito de crítica y público- Jorge Herralde, quien ya ha empezado a recibir homenajes en México por los 40 años de vida de Anagrama. También participó en el congreso Emiliano Martínez, presidente del Grupo Santillana, quien barajó varias hipótesis sobre el futuro inmediato del libro: "Es muy posible que la edición en papel se mantenga como edición de calidad, con librerías de calidad que atienda a un sector de lectores de calidad. Pero también es muy posible que se multiplique la edición digital, alcanzando una muy amplia oferta de lectura, más barata, que llegará a muchos más lectores".

Como vino a decir Savater, el libro y su mundo están ante un cambio, pero no necesariamente ante una catástrofe.

El país

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr...

Grandes esperanzas (Fragmentos)

«En el primer momento no me fijé en todo esto, pero vi más de lo que podía suponer, y observé que todo aquello, que en otro tiempo debió de ser blanco, se veía amarillento. Observé que la novia que llevaba aquel traje se había marchitado como las flores y la misma ropa, y no le quedaba más brillo que el de sus ojos hundidos. Imaginé que en otro tiempo aquel vestido debió de ceñir el talle esbelto de una mujer joven, y que la figura sobre la que colgaba ahora había quedado reducida a piel y huesos. [...] ―¿Quién es? ―preguntó la dama que estaba sentada junto a la mesa. ―Pip, señora. ―¿Pip? ―El muchacho que ha traído hasta aquí Mr. Pumblechook, señora. He venido a jugar... ―Acércate más, muchacho. Deja que te vea bien. Al encontrarme delante de ella, rehuyendo su mirada, observé con detalle los objetos que nos rodeaban, y reparé en que tanto el reloj que había encima de la mesa como el de la pared estaban parados a las nueves menos veinte. ―Mírame ―me dijo miss...

Las muchas lenguas de Kundera

La primera novela de  Milan Kundera ,  La broma,  es la historia de cómo una ironía leída por quien no debería –escribir en una postal “El optimismo es el opio del pueblo”– arruina la vida de su protagonista en la Checoslovaquia comunista. La última,  La fiesta de la insignificancia  –que su editorial en España, Tusquets, saca a la calle el 2 de septiembre– relata en uno de sus capítulos como Stalin relata una historia que puede ser, o no, un chiste, aunque descubrirlo no es sencillo: si por casualidad no es un chiste y es un delirio de dictador, puede costar la vida al que se ría a destiempo. En medio, transcurre la vida de uno de los escritores europeos más importantes del siglo XX, cuya existencia podría ser definida como una gran lucha contra un mundo que ha perdido el sentido del humor. Los chistes son un ángulo magnífico para contar la historia del comunismo en Europa Oriental y la URSS: “Qué hay más frío que el agua fría en Rumania? El agua caliente”...