Ir al contenido principal

El pecado de los Dioses. La alta sociedad y el nazismo

El nazismo es uno de los temas mas investigados por los historiadores, y podría decir igual a este tema, los demás hechos que de algún manera han marcado a la humanidad. Por lo general, una guerra vende mas que diez tratado de paz, pues los cientos de libros que genera las atrocidades de la guerra atrae al parece mas a los lectores. Con El pecado de los Dioses. La alta sociedad y el Nazismo, aunque el nazismo tiene como eje central las atrocidades acometidas durante el régimen del Tercer Reich, no es de menos decir, que Frabrice D’ Almeida, le da otro enfoque a la seducción de las elites alemanas por los nazis: lo mundanal de dichas elites.

“El nazismo y el Holocausto son dos aspectos que definen la cultura occidental hasta ahora. Nos ayudan a comprender muchas cosas de nuestra sociedad”

Archivos inéditos, fotografías y documentos diplomáticos adornan el cuerpo investigativo del escritor. Con estos documentos tapiza con letras el ascenso de Hitler hasta su caída, pone al descubierto el cinismo de los hombres que van a espalda de Hitler.

Si hablar de Hitler es hacer un recuento de las barbaries cometidos por las retrogradas ideas del nacionalsocialismo, es cierto decir, que D’ Almeida, deja aun lado esos temas y se centra mas en lo que el llama la vida mundana de las elites alemanas. En cada pagina nos muestra aquellos grupos e individuos de círculos privilegiados que vivieron bajo la manta de las ideas políticas del nazismo, una sociedad que fanatizó tener el mas alto grado de la cultura con la pesquisa sigilosa de una barbarie antisemita que imprimo para siempre a la humanidad

“El problema de la vida mundana bajo el nacionalsocialismo se halla condensada en esa brusca ficción de un cambio revolucionario convertido al cabo de pocas semanas en una norma tan profundamente interiorizada que es capaz de definir nuevas reglas para la competencia social y la afirmación del éxito personal”

La vida mundana a la que apuesta D’ Almeida es al laboratorio social, pluralizado por la capacidad para poder vivir con las elites del país, en sintonía con el poder y el placer. Esta vida mundanal bajo los estamentos del nazismo transformó: la familia, la música, el teatro, las grandes veladas, el deporte, el comercio, la moda, es decir, salpico todos los componentes del estado alemán.

“Nunca se podrá tragar tanto como se debería vomitar” Max Liebermann, diciembre de 1934

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr...

Grandes esperanzas (Fragmentos)

«En el primer momento no me fijé en todo esto, pero vi más de lo que podía suponer, y observé que todo aquello, que en otro tiempo debió de ser blanco, se veía amarillento. Observé que la novia que llevaba aquel traje se había marchitado como las flores y la misma ropa, y no le quedaba más brillo que el de sus ojos hundidos. Imaginé que en otro tiempo aquel vestido debió de ceñir el talle esbelto de una mujer joven, y que la figura sobre la que colgaba ahora había quedado reducida a piel y huesos. [...] ―¿Quién es? ―preguntó la dama que estaba sentada junto a la mesa. ―Pip, señora. ―¿Pip? ―El muchacho que ha traído hasta aquí Mr. Pumblechook, señora. He venido a jugar... ―Acércate más, muchacho. Deja que te vea bien. Al encontrarme delante de ella, rehuyendo su mirada, observé con detalle los objetos que nos rodeaban, y reparé en que tanto el reloj que había encima de la mesa como el de la pared estaban parados a las nueves menos veinte. ―Mírame ―me dijo miss...

Las muchas lenguas de Kundera

La primera novela de  Milan Kundera ,  La broma,  es la historia de cómo una ironía leída por quien no debería –escribir en una postal “El optimismo es el opio del pueblo”– arruina la vida de su protagonista en la Checoslovaquia comunista. La última,  La fiesta de la insignificancia  –que su editorial en España, Tusquets, saca a la calle el 2 de septiembre– relata en uno de sus capítulos como Stalin relata una historia que puede ser, o no, un chiste, aunque descubrirlo no es sencillo: si por casualidad no es un chiste y es un delirio de dictador, puede costar la vida al que se ría a destiempo. En medio, transcurre la vida de uno de los escritores europeos más importantes del siglo XX, cuya existencia podría ser definida como una gran lucha contra un mundo que ha perdido el sentido del humor. Los chistes son un ángulo magnífico para contar la historia del comunismo en Europa Oriental y la URSS: “Qué hay más frío que el agua fría en Rumania? El agua caliente”...