Ir al contenido principal

Conjunciones y disyunciones

Este ensayo germina con el empresa que le hiciera Armando Jiménez a Octavo Paz para que plasmara el prologo de su nuevo libro Nueva picardía mexicana. El dejar arrastra el tintero sobre las páginas percibió que era un buen tema para hacer un ensayo, de eso modo surgió, como un pequeño engendro de sus demonios Conjunciones y disyunciones. Reconstruir la vida de este gran escultor de las letras latinoamericana sería de mucho hablar, pues decir que fue premio nobel, ya es una breve introducción a su formación literaria y humanística.

Este ensayo deslinda la comprensión de los residuos de una experiencia del cuerpo imaginario y cabe decir de ese cuerpo que raya lo irreal como un polvo que subsiste en las locuciones, los sucesos y los mitos de la oralidad arropada por el alud y redimida por la modernidad del estilo.

La polaridad entre luz y oscuridad, cuerpo y no-cuerpo, vida y muerte; prima en el recorrer de la preserva y transmisión de la dicotomía asumida por el hombre y su entorno. No deja de lado el barroco excremental donde la palabra preserva en su vigilancia, un sentido de vitalidad del lenguaje puesto en relación a los materiales escatológicos: “El lenguaje barroco vive también de la posibilidad de satisfacer el duelo del propio lenguaje”

Esa primera división del libro: Metáfora, donde ya describiendo el libro de Armando Jiménez, Octavio Paz ve en él un libro de imaginación o una colección de las fantasías y delirios verbales de los mexicanos. “Si la picardía es imaginaria, su objeto no lo es” “La picardía es un territorio habitado por la ilusión y la elusión”.

Con su libro nos muestra que el libro de Armando Jiménez es una muestra de nuestra otra cara, la oculta e inferior. Esto que dice él aquí no es más que la cara no visible al público, pero que termina en nuestra espalda, a esa cara animal y sexual, como él llama: culo. En esta parte nos pone contra la marea del tiempo a navegar por los escritos de Quevedo con su: Gracias y desgracias del ojo del culo. Una comparación entre el culo y el rostro: “La superioridad del primero consiste en tener solo un ojo, como los ciclopes que descendían de los dioses del ver”

Es un libro que en ciertas partes se vuelva algo vago, no al estilo de otros ensayos que él tiene como: El laberinto de la soledad, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, entre otros. Con esto no digo que sea malo el escrito, pero ahí está en sus manos para que los lean.

Aburrrrrrrr, me fui de vacaciones

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr...

Grandes esperanzas (Fragmentos)

«En el primer momento no me fijé en todo esto, pero vi más de lo que podía suponer, y observé que todo aquello, que en otro tiempo debió de ser blanco, se veía amarillento. Observé que la novia que llevaba aquel traje se había marchitado como las flores y la misma ropa, y no le quedaba más brillo que el de sus ojos hundidos. Imaginé que en otro tiempo aquel vestido debió de ceñir el talle esbelto de una mujer joven, y que la figura sobre la que colgaba ahora había quedado reducida a piel y huesos. [...] ―¿Quién es? ―preguntó la dama que estaba sentada junto a la mesa. ―Pip, señora. ―¿Pip? ―El muchacho que ha traído hasta aquí Mr. Pumblechook, señora. He venido a jugar... ―Acércate más, muchacho. Deja que te vea bien. Al encontrarme delante de ella, rehuyendo su mirada, observé con detalle los objetos que nos rodeaban, y reparé en que tanto el reloj que había encima de la mesa como el de la pared estaban parados a las nueves menos veinte. ―Mírame ―me dijo miss...

Las muchas lenguas de Kundera

La primera novela de  Milan Kundera ,  La broma,  es la historia de cómo una ironía leída por quien no debería –escribir en una postal “El optimismo es el opio del pueblo”– arruina la vida de su protagonista en la Checoslovaquia comunista. La última,  La fiesta de la insignificancia  –que su editorial en España, Tusquets, saca a la calle el 2 de septiembre– relata en uno de sus capítulos como Stalin relata una historia que puede ser, o no, un chiste, aunque descubrirlo no es sencillo: si por casualidad no es un chiste y es un delirio de dictador, puede costar la vida al que se ría a destiempo. En medio, transcurre la vida de uno de los escritores europeos más importantes del siglo XX, cuya existencia podría ser definida como una gran lucha contra un mundo que ha perdido el sentido del humor. Los chistes son un ángulo magnífico para contar la historia del comunismo en Europa Oriental y la URSS: “Qué hay más frío que el agua fría en Rumania? El agua caliente”...