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Discurso verdadero contra los cristianos

En Las Memorias de Marco Aurelio (161-180) es común ver el desprecio sin miramiento que le propina al cristianismo, llegando al punto de considerarla como una locura, porque proponía a la gente común, ignorante, un modelo de vida y comportamiento que solo los filósofos como él podía comprender y practicar después de largas meditaciones y disciplinas. Bajo el mandato de Marco Aurelio, la ofensiva regia de los intelectuales de Roma contra la expansión de los cristianos alcanzó rasgo insospechados, combatiéndolo con las armas del derecho y la política, pero haciéndose notorio los mecanismo de tranque con las persecuciones. Las argumentaciones de Marco Aurelio, Galeno, Luciano, Peregrino Proteo y especialmente Celso se puede condensar “Ser salvado' de la falta de sentido de la vida, del desorden de las vicisitudes, de la nada de la muerte, del dolor, se puede dar tan solo en una 'sabiduría filosófica' por parte de una élite de raros intelectuales. El hecho de que los cristianos pongan esta 'salvación' en la 'fe' en un hombre crucificado (como los esclavos) en Palestina (una provincia marginal) y proclamado resucitado, es una locura. El hecho de que los cristianos crean en el mensaje de este crucificado, dirigido preferentemente a los marginados y a los pobres (al 'polvo humano') y que predica la fraternidad universal (en una sociedad bien escalonada en forma de pirámide y considerada 'orden natural') es otra locura intolerable que causa fastidio, que lo trastorna todo. A los cristianos hay que eliminarlos como destructores de la civilización humana»


Brincando de un lado a otro por el libro El discurso verídico contra los cristianos, escrito por Celso, fue trae una vez mas mi paseo por toda la historia eclesiástica. Este libro es una crítica de un pagano (claro desde el punto de vista cristiano) del siglo II al cristianismo y sus enseñanzas. Se podría decir que viene a ser uno de los primeros debates documentados entre cristianos y paganos que se encuentra recogida a partir de fragmentos conservados en la replica de Orígenes. Gracias a los apologistas reconstruyen sus argumentos a partir de estos fragmentos para defender sus doctrinas y objeciones planteado por Celso. La fecha probable de dicho escrito data entre el año 176 y 180.

Celso, filósofo griego que vivió en el siglo II y escribió una serie de texto contra el cristianismo. Tuvo como fiel contrincante a Orígenes en su obra: Contra Celso, escrita entre 70 y 80 años más tarde. En esta obra, Celso se burla de los orígenes de Jesús, llevándolo al amancebamiento de María con un soldado romano de nombre Pantero. Esboza que sus obras estuvo rodeada de magia la cual aprendió en Egipto, trayéndose consigo varios de sus discípulos de capas miserables "hay una raza nueva de hombres nacidos ayer, sin patria ni tradiciones, asociaciones entre sí contra todas las instituciones religiosas y civiles, perseguidos por la justicia, universalmente cubierta de infamia, pero autogloficándose con la común execreción: son los cristianos"

Denominó al cristianismo una doctrina de origen bárbaro, en el sentido de ser capaces de inventar dogmas, valiéndose poco de por si misma, sin ninguna corrección, poco depurada, sin ningún examen exhaustivo: "Es preciso incluso que las creencias profesadas se fundamenten también en la razón. Los que creen sin examen todo lo que se les dice, se parecen a esos infelices, presas de los charlatanes, que corren detrás de los Metragirtos, los sacerdotes de Mitra, o de los Sabácios y los devotos de Hécate o de otras divinidades semejantes, con las cabezas impregnadas de sus extravagancias y fraudes. Lo mismo acontece con los cristianos. Ninguno de ellos quiere ofrecer o escrutar las razones de las creencias adoptadas. Dicen generalmente: No examinéis, creed solamente, vuestra fe o salvará; e incluso añaden: La sabiduría de esta vida es un mal, y la locura un bien". El linaje de donde salen los cristianos, proviene la rusticidad de los judíos ignorantes que dejo caer los sortilegios de Moisés, viendo en los últimos tiempos un nuevo Moisés en este nuevo Mesías que lo sedujo de una forma aun mayor, pasándose por ser el hijo de Dios.

Fue osado, Celso, en apuntar que el poder sobrenatural que le viene o poseen los cristianos es producto de la invocación a nombres misteriosos o a ciertos demonios o espíritus poseyendo como artilugio la magia de la cual su Maestro realizo para hacer maravillar sus obras y acciones. En toda la obra de Celso se bosqueja unas series de cuestionamientos humillantes entorno al nacimiento, muerte y resurrección de Cristo, rebasando a comparar todos estos acontecimientos a los relatos que circulaban en la cultura griega: "Las viejas leyendas que narran el nacimiento divino de Perseo, de Anfión, de Eaco de Minos, hoy ya nadie cree en ellas. Por lo menos dejan a
salvo cierta verosimilitud, pues se atribuyen a esos personajes acciones verdaderamente grandes, admirables y útiles a los hombres. Pero tú ¿qué hiciste o dijiste hasta tal punto maravilloso? En el Templo la insistencia de los Judíos no pudo arrancarte una sola señal que pudiera manifestar que eras verdaderamente el Hijo de Dios." ¿Qué razón, a fin de cuentas, o persuade a creer en él? ¿Es porque predijo que después de muerto resucitaría? Pues bien, sea, admitamos que hubiera dicho eso. Cuántos otros esparcen también maravillosas fanfarronadas para abusar y explorar la credulidad popular. Zamolxis de Citia, esclavo de Pitágora, hizo otro tanto, según se dice el propio Pitágora en Italia; y Rampsonit de Egipto, de quien se cuenta que jugó a los dados en Hades con Deméter y que volvió a la tierra con un velo que la diosa le había dado. Y Orfeo entre los Odrises, y Protesilao en Tesalia, y Hércules, y Teseo en Tenares"

Otros argumentos plagan toda la obra de Celso, atacando la oscuridad del origen del cristianismo, las contradicciones de la escritura, la pobreza de la historia de Jesús, la impotencia del Dios cristiano, la inatendibilidad de los testigos del cristianismo y, sobre todo, la pretensión de universalidad de una revelación histórica.

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