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La inmortalidad o la esencia de un gesto

Un gesto despertó la mirada de quien narra la protagonista de toda la novela (Agnes).

Esta novela que caracteriza a las claras el estilo del escrito, también es cierto, que es una novela que deja a un lado la estructura lineal y el encadenamiento de vidas, las cuales se transforma en anécdotas o situaciones, busca la armonía o síntesis entre lo real y la ficción. Teniendo como propuesta hace trascender el ser del hombre, aun más allá la muerte, teniendo como aliado la belleza, los recuerdos, la casualidad entre otros hilos.

Nos introduce con la observación de una señora entrada en los sesenta, setenta y cinco años, la cual recibe clase de natación, mientras metida en la piscina sus ojos se perdía en las miradas del joven instructor, que en el momento de despedida reflejaba una sonrisa de una joven de 20 años “aquella sonrisa y aquel gesto tenían encanto y elegancia, mientras que el rostro y el cuerpo ya no tenían encanto alguno” Puede que solo en circunstancia excepcionales seamos conscientes de nuestra edad y que la mayor parte del tiempo carecemos de edad.

Cuando el alba comienza a invadir el sueño, que comenzamos a escuchar las primeras voces de la realidad, se podría decir que es una de la escena en la cual se encuentra nuestro narrador, cuando en cama, solo le queda estirar sus brazos para encender la radio y escuchar los altos decibeles de dos locutores que apenas logra separar las palabras, es el momento donde la voz se convierte sueño, y ya esos locutores son sueños “gracias a la radio soy consciente de que constantemente duermo y me despierto de ese vaivén entre la vigilia y el sueno..” Si el pecado en el mundo tuvo su hilo conductor en el primer homo, ¿Por qué somos responsables de sus pecados? Es la pregunta de Bernad uno de los locutores ¿Por qué tengo que sufrir tus pecados? Ese es único deseo profundo en la vida: que todos nos consideren grandes pecadores.

Esa mujer (Agnes), que en cierto sentido acaparo el miramiento y la incógnita, será el móvil, el eje de toda la novela. Produce toda una escena mental de su posible estatus y momentum: ¿Quién será su marido? ¿Estará un lado de la cama vacía como yo? ¿Sale muy temprano su marido? Entre otros cuestionamientos imaginarios “Ahora está de pie justo al lado de la cama y la veo por primera vez desnuda, a agnes, la heroína de mi novela. No soy capaz de apartar los ojos de esa hermosa mujer..”

“¿Pero no se define al hombre, y quizá más aun al personaje de la novela, como un ser único, irrepetible? ¿Cómo es posible entonces que el gesto que vi en el hombre A, que estaba unido a él, que lo caracterizaba, que constituía su encanto personal, sea el mismo tiempo la esencia del hombre B y de mis sueños sobre él? Esto merece reflexión”

No hay la menor duda de que en el mundo hay muchos menos gestos que individuos. El gesto es mas individual que el individuo. Mucha gente, pocos gestos. El gesto no descubrió en aquella señora esencia alguna, más bien podría decirse que aquella señora me dio a conocer el encanto de un gesto. Y es que el gesto no puede ser considerado como una expresión del individuo, como una creación suya (porque no hay individuo que sea capaz de crear un gesto totalmente original y que solo a él le corresponda) ni siquiera puede ser considerado como su instrumento; por el contrario, son más bien los gestos que nos utilizan como sus instrumentos, sus portadores, sus encarnaciones”

El origen del hombre lo busca en el creador, pero en el creador de la computadora, que no es el Dios asumido por el hombre con fuente primaria de su génesis, sino el creador del ordenador cósmico. ‘El que Dios creara el mundo y después lo dejara en manos de los hombres, abandonado, quienes al dirigirse a él con un vació sin eco, no es una nueva idea. Pero una cosas es ser abandonado por el Dios de nuestros antepasados y otra diferente es que nos abandone el Dios-inventor del a computadora cósmica” A partir de aquí muestra la gran compenetración de mundo contemporáneo al rendirle culto a la tecnología y a la imagen. El hombre es presentado como un ser abandonado a la suerte en un mundo de contradicciones, un hombre que fue escupido al mundo tal como es, identificado con esa jugada de dedos organizado por la computadora divina. Como este gran ordenador había programado el ser tras la muerte. “caben dos posibilidades. Si a la computadora del Creador le fue dado como único campo de acción nuestro planeta, y si dependemos de él y solo de él, no se puede contar después de la muerte sino con una permuta de lo que había en vida; volveremos a encontrarnos con paisajes y seres similares”

Es cuanto.

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