«La vida sigue, pero ¿cómo?». Es lo que se preguntaba Hans Küng en sus horas más bajas, cuando el Papa le retiró la licencia eclesiástica de enseñanza. Y sucedió lo que nadie esperaba: Hans Küng no se rindió, sino que desplegó toda su capacidad como pensador universal, más allá de la crítica de la Iglesia. De las tres últimas décadas de su vida, de sus grandes logros, pero también de sus amargas experiencias, rinde cuentas en esta tercera entrega de sus memorias. No solo narra el esfuerzo por abrir nuevos campos de estudio y actividad, desde el ecumenismo de las religiones del mundo hasta la «ética mundial». También habla con toda franqueza de las cuestiones que se le plantean en el atardecer de la vida y que conciernen a todo hombre. Estas memorias son relato y reflexión a la vez: de la historia del tiempo presente, de historia de la Iglesia, de la teología y de las religiones. Humanidad vivida con todas sus luces y sombras.
RENDICIÓN DE CUENTAS:
MIS ÚLTIMAS TRES DÉCADAS
La vida sigue, pero ¿cómo? Eso fue lo que me pregunté a mí mismo hace tres décadas después de las semanas más sombrías de mi vida. Y hoy puedo responder con solo una palabra: ¡mejor de lo que entonces era previsible!
El primer volumen de mis memorias, Libertad conquistada, narra el periodo de tiempo comprendido entre 1928 y 1968, con el concilio Vaticano II como cima desde el punto de vista de la teología y la historia de la Iglesia. El segundo volumen presenta, bajo el título de Verdad controvertida, los años transcurridos entre 1968 y 1980, y toca fondo cuando me es retirada la licencia eclesiástica de enseñanza. Al igual que en esas dos anteriores entregas, tampoco en este tercer y último volumen, dedicado al tiempo que se extiende desde 1980 hasta la fecha, se trata sin más de «memorias» en el sentido habitual del término, sino de narración y reflexión a la par: de la historia de nuestro tiempo, de historia de la Iglesia, de la teología y de las religiones, vivida por un testigo de la época que es teólogo. Humanidad vivida con todas sus luces y sombras.
Pero ¿cómo manejar y ordenar tan ingente cantidad de material? ¿Debería proceder cronológica o más bien sistemáticamente? He optado por un enfoque temático en capítulos independientes, si bien sobre el trasfondo del desarrollo cronológico de los acontecimientos. Me he esforzado por compensar la referencia a mi persona, ineludible en unas memorias, con una marcada atención a cuestiones materiales. No llevo a cabo ningún name dropping con intención de demostrar que conozco a gente importante; lo que pretendo es ofrecer una documentación lo más abarcadora posible sobre la historia de nuestro tiempo. Sigo el consejo del gran homme de lettres Walter Jens, mi amigo, que falleció el 9 de junio de 2013: «En tu autobiografía no debes escribir sobre cualquier tema posible; lo que cuentes siempre ha de tener relación contigo».
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