Ir al contenido principal

Tzvetan Tódorov: "Olvidamos que la economía está al servicio de la sociedad. Por eso soy un indignado"

MADRID, 11 (EUROPA PRESS)

"Nos olvidamos de que la economía está al servicio de la sociedad y que la sociedad, a su vez, está al servicio del florecimiento de los individuos. Por eso soy un indignado", ha manifestado este viernes el lingüista y filósofo Tzvetan Tódorov, con motivo de la publicación de 'Los enemigos íntimos de la democracia' (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores).

Tódorov, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2008, publicó ese mismo año 'El miedo a los bárbaros, más allá del choque de civilizaciones' y, en esta ocasión, pública "la otra cara del díptico", una crítica sobre "la perversión de la democracia", que emana del "propio tejido" de la sociedad.
Una de las causas de esta evolución, "que puede parecer remota", pero que a su juicio es "decisiva", es el "ultraliberalismo". "Es una separación total entre la vida económica y la vida política. Todos los planos del individuo se sacrifican en el altar de la rentabilidad, al que se considera imprescindible para la supervivencia del estado y de los países", señala. 

A su juicio, uno de los grandes peligros, advierte, es la "deshumanización, que vemos avanzar a pasos de gigante". "Se nos dice que es imperativo que nos sometamos a esa lógica implacable que se decide en las alturas. Pero la verdad es que, por lo que hemos visto hasta ahora, el resultado no es una mejora de la situación económica, sino un deterioro incuestionable de la situación del individuo", lamenta.
En este sentido, advierte de que uno de los precios que ha tenido que pagar la sociedad ha sido el "aumento increíble de la tasa de suicidios". "Se comienza a entender al ser humano como si fueran átomos aislados", declara Tódorov y, aunque el hombre "ha interiorizado la idea de que para preservar una forma de vida no podemos destruir su marco (pensamiento ecológico)", con las personas no ocurre lo mismo, y "hay un entorno que hay que proteger". 

"TRABAJAR MÁS, GANAR MÁS"

El filósofo confiesa que siempre ha sido "extremadamente hostil" al lema de Nicolas Sarkozy: "Trabajar más para ganar más", como si ese fuera el "objetivo último" del ser humano. "En ese afán por ganar más destrozamos nuestra vida. Me da mucho miedo esta evolución de la sociedad, porque no creo que esta tendencia vaya a ser reversible", señala. 

En este sentido, afirma que una de las consecuencias de este "ultraliberalismo" ha sido considerar al poder económico distinto a los demás y, por tanto, no limitarlo, al igual que se hace --aunque sea en teoría-- con el resto. Para Tódorov, ese es uno de los principios fundamentales de la democracia y "no hay motivo para considerar que la economía sea de otra índole".

Pero este no es el único poder sin control, sino también los medios de comunicación, responsables, según su punto de vista, de la pluralidad de los mensajes, también importante en una democracia. "Si no hay manera de oponerse a la opinión del gobierno del momento no hay democracia", critica.

No se muestra optimista respecto al futuro, porque no cree que el hecho de que Francia vaya a tener otro presidente vaya a cambiar las cosas. "Tenemos el ejemplo de Obama, no ha sido capaz de cambiar las cosas, porque los intereses que él intentaba combatir (Wall Street o la industria armamentística) son más poderosos que él mismo", subraya. 

LA SOLUCIÓN, "EN NOSOTROS MISMOS"

La esperanza y la solución vendrá de "nosotros mismos", afirma Tódorov. En este sentido, señala que aunque "los intelectuales tienen el poder de agitar, las palancas las posee el poder, que a su vez depende del pueblo". Por ello, cree que todos los agentes de la sociedad que tengan la posibilidad de influir, han de ejercer esa capacidad.

"De ahí procede mi confianza, la gente sigue alegrándose o angustiándose por las mismas cosas que hace siglos, es esa continuidad de la existencia lo que nos motiva. Pero no creo que haya una solución para mañana", declara.

Respecto al movimiento de los 'indignados', al que dedica un breve apartado en este libro, Tódorov considera sus intenciones y gritos de protesta "perfectamente legítimos" y considera que "los políticos tienen que escuchar atentamente todo lo que dicen". Sin embargo, no cree que esta corriente esté proponiendo "soluciones a los problemas que identifica".

"El movimiento, tal como lo vemos, es un síntoma revelador de los males sociales que estamos sufriendo y los expresa con la frescura de la persona que expresa que el emperador está desnudo, algo que está muy bien, pero no está diciendo cómo vestirle". En este sentido, Tódorov concluye que es necesaria una "reflexión", y hay "muchos individuos capacitados".

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr

La extraña muerte de Fray Pedro

En 1913, el nicarag ü ense Ruben Dario presenta este cuento, el cual relata la historia de un fraile que muere en nombre de la ciencia. Un ser pertubado por el maligno espiritu que infunde la ciencia, el cual fragmentaba sus horas coventuales entre ciencia y oracion, las disciplinas y el laboratorio que le era permitido. Con este texto, Ruben Dario, deja en claro que la fe es un acto de fidelidad, que se sobreentiende en el corazón sin pasar por la cabeza. “No pudo desde ese instante estar tranquilo, pues algo que era una ansia de su querer de creyente, aunque no viese lo sacrilegio que en ello se contenia, punzaba sus anhelos” Toda la historia tiene lugar en el cementerio de un convento, cuya visita va dirigida por un religioso. la guia advierte a sus seguidores sobre la lapida de Fray Pedro, personaje central del cuento. Un personaje “flaco, anguloso, palido” e incluso de espiritu perturbado cuya desgracia se veia venir con su sed de conocimiento. El fraile persuade a

Donna Tartt, el vuelo entre la alta y la baja literatura

Por su primer título,  El secreto  (1992), Donna Tartt  (Greenwood, Misisipí 1963) recibió un adelanto de 450.000 dólares (el equivalente sería hoy una cifra muy superior), caso insólito en alguien que no había publicado aún nada. Antes de salir el libro, un  extenso perfil aparecido en  Vanity Fair  predijo la fama de la autora, anunciando la irrupción en el panorama de las letras norteamericanas de una figura que supuestamente borraba la distancia entre la alta y la baja literatura. Confirmando las esperanzas puestas en ella por sus editores, “El secreto” vendió cinco millones de ejemplares en una treintena de idiomas. Las críticas fueron abrumadoramente favorables, aunque no hubo unanimidad con respecto al diagnóstico de  Vanity Fair.  La primera novela de Donna Tartt es un thriller  gótico que lleva a cabo con singular habilidad el desvelamiento de un misterioso asesinato perpetrado en el departamento de lenguas clásicas de Hampden College, institución universitaria de carácter