Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2014

La comisión para la inmortalización

Leonid Krasin fue un ingeniero de la antigua Unión Soviética que propuso congelar el cadáver de Lenin para devolverlo a la vida cuando fuera científica y tecnológicamente posible. Formaba parte de la conocida como «Comisión para la Inmortalización». Y de ello trata precisamente el nuevo y fascinante ensayo de John Gray: de la obsesión humana por trascender la mortalidad. Si por un lado los investigadores psíquicos victorianos pretendían demostrar de una manera científica la existencia del alma y para ello se servían de extrañas sesiones de espiritismo en las que escribían textos automáticos interconectados para entrar en contacto no con el magma del inconsciente -como harían más tarde los surrealistas-, sino con el más allá, los «constructores de Dios» de la Unión Soviética, por su parte, no buscaban pruebas de vida después de la muerte, sino divinizar a la humanidad a través de la técnica y la razón, creando a un nuevo hombre libre de toda imperfección. Pero para matar a la muer

Milan Kundera en la época del ombligo

“¡La individualidad es una ilusión!”. Eso exclama uno de los personajes de la esperada novela de  Milan Kundera,  La fiesta de la insignificancia (Tusquets), cuya idea condensa buena parte de la filosofía con que el escritor de origen checo ve la vida según la ha plasmado en sus novelas, cuentos y ensayos. Y con mayor fuerza ahora a sus 85 años, cuando el ombligo ocupa un lugar esencial en su narrativa. Con este y  La fiesta de la insignificancia   Milan Kundera  (Brno, 1929) regresa después de 14 años. Empezó en la primavera italiana y francesa, y ahora, a partir del martes, en España. Vuelve como si nada, como si la conversación dejada con los lectores en  La ignorancia,  con la cual recibió el siglo en 2000, hubiera sido ayer. Los temas de sus libros son los mismos pero revestidos por el paso del tiempo, auqnue sin perder la esencia de lo que son y significan para él aspectos como la sexualidad, el erotismo, la maternidad, el deseo, la cultura, las ideas sobre el existir que

Rudin

Ociosos terratenientes y jóvenes de talento se dan cita en la casa de verano de la ilustre y rica viuda Daria Mijailovna Lasunskaya. Uno de esos jóvenes, todo elocuencia y persuasión, prolonga una visita de circunstancias en una estancia de varios meses, y suscita en torno a él reacciones extremas, del más completo desprecio a las más apasionada devoción. En este clima tenso y contradictorio, captado desde una refinada distancia teatral, Turguénev traza en  Rudin  (1856), su primera novela, un espléndido retrato del «hombre superfluo», una figura tratada ya por el autor en anteriores relatos, inspirada por el Eugenio Oneguin de Pushkin, y que acabaría por convertirse en un prototipo de la literatura rusa del XIX. Héroe hamletiano, medio inspirado en Bakunin, Rudin encarna no ya el clásico conflicto entre la palabra y la acción, sino entre la palabra vacía y la que sólo trágicamente puede cobrar sentido. Esta nueva edición incluye un texto de Roberto Bolaño sobre su experiencia de

El niño de los cien años

El niño.  Le dijo a  Elena Poniatowska , en una de las cuatro entrevistas que tuvieron, que se sintió mal de niño: “Sí, yo creo que fui un animalito metafísico desde los seis o siete años. Recuerdo muy bien que mi madre y mis tías —mi padre nos dejó muy pequeños a mi hermana y a mi—, en fin, la gente que me veía crecer, se inquietaba por mi distracción o ensoñación. Yo estaba perpetuamente en las nubes. La realidad que me rodeaba no tenía interés para mi. Yo veía los huecos, digamos, el espacio que hay entre dos sillas, si puedo usar esa imagen. Y por eso, desde muy niño, me atrajo la literatura fantástica”. La gente.  Su primer libro importante, o ambicioso,  Los premios  (1960), está lleno de gente que se va en un barco, de Buenos Aires a Europa. Gente vulgar, todo tipo de gente. Tiene esta admonición de  Dostoievski , nada más empezar: “¿Qué hace un autor con la gente vulgar, absolutamente vulgar, cómo ponerla ante sus lectores y cómo volverla interesante? Es imposible dejarla

La viuda descalza

«Me lo trajeron a casa una mañana de junio, degollado, descuartizado a hachazos como un cerdo. [...] ¡Malditos sean los que le abrieron el pecho para arrancarle el corazón con las manos y patearlo como una pelota de trapo!» Con esta escena de furia arcaica se inicia el relato de Mintonia Savuccu, un ajuste de cuentas escrito al borde de la muerte para aliviar el dolor que la anciana no quiere sepultar en el olvido. El lector se ve inmerso en el mundo primitivo y salvaje de una Cerdeña que seguía cultivando sus demonios bajo la inclemente mirada del fascismo. Es allí donde Mintonia y Micheddu empiezan a amarse con la obsesiva urgencia de las pasiones infantiles y allí se buscarán sus cuerpos cuando él viva oculto en la montaña mientras ella pasa las horas atenazada por la angustia de saberlo acosado. El día en que lo matan, Mintoniadecide abandonar para siempre aquel país venenoso, pero antes debe administrar justica cobrando una deuda que sólo se paga

La fuerza y el viento

Uriel Gamboa flota a la deriva en medio del Caribe, sin agua y con un cadáver a su lado. El camino hasta aquí ha sido largo: educado en una rígida disciplina militar, escapa de casa siendo adolescente y se une a Miguel Lantery y Gabriel Paíño para cumplir el sueño de convertirse en un verdadero pirata. Su objetivo: apoderarse del oro robado por los nazis tras la Segunda Guerra Mundial y saquear a banqueros estafadores y capos de la droga. Sus incursiones llevarán a estos piratas contemporáneos a surcar los mares desde la Costa del Sol española al litoral italiano, desde Irlanda hasta el Caribe, asaltando barcos y enriqueciéndose gracias a la venta de sus cuantiosos botines y a las inversiones en negocios amparados en paraísos fiscales. La fuerza y el viento es una apasionante novela de aventuras, una obra de ficción que recorre la historia de las últimas décadas desde la mirada de unos piratas implacables para los que las derrotas más amargas sól

Treblinka

En octubre de 1942, Chil Rajchman y su hermana fueron deportados a Treblinka, un campo de concentración pensado exclusivamente para el exterminio de judíos. Ella es enviada a la cámara de gas, y él es obligado a participar en la matanza: se encarga de rapar a las mujeres antes de ser ejecutadas o buscar dientes de oro entre los cadáveres. En agosto de 1943, después de una rebelión de los prisioneros, Rajchman escapa. Durante su huida escribió la historia de sus diez meses en Treblinka. Redactadas en yidish, estas memorias permanecieron ocultas durante años, y sólo después de la muerte de su autor han visto la luz. Treblinka es un libro único, escrito en tiempo presente, con una urgencia y una inmediatez estremecedoras. Esta edición incluye el célebre texto de Vasili Grossman en el que se cuenta detalladamente cómo funcionó la maquinaria de destrucción del «infierno de Treblinka, en comparación con el cual, el de Dante resulta un juego inofensivo e inocente

Los reinos de Taifas de José María Merino

Federico García Lorca se marchó, obligado por la metralla de un fusil franquista, la noche del 18 al 19 de agosto de 1936. Casi ocho décadas después, la memoria de los contemporáneos falla. O eso es lo que piensa la letra m de la Academia, José María Merino (La Coruña, 1941). Prolífico, conciso, de voz grave, recogió el pasado año el Premio Nacional de Narrativa por El río del Edén (Alfaguara) —uno más entra la extensa colección de galardones que ostenta—. “Tenemos poca memoria histórica. Y no solo por la Guerra Civil. También hemos olvidado las cuatro lamentables y sangrientas guerras del siglo XIX”. El veterano escritor, que recuerda las lecturas de Lorca que su padre hacía en casa cuando él aún no se levantaba más de un metro sobre el suelo, está profundamente convencido de que la memoria histórica debería servir para llegar a un acuerdo. “Un país tan antiguo y rico como el nuestro, en leyendas, gastronomía, fiestas… y que nos llevemos tan mal. La memoria pued

La hermana menor. Un retrato de Silvia Ocampo

La escritora argentina Silvina Ocampo es una de las figuras más exquisitas, talentosas y extrañas de la literatura en español. Hija de una familia aristocrática, autora de una obra que, al decir de Roberto Bolaño, parece provenir de "una limpia cocina literaria", en torno a ella se han urdido mitos que envuelven no sólo su obra, revalorizada con entusiasmo en los últimos años, sino También su vida privada: la particular relación que tenía con su marido, Adolfo Bioy Casares; su cambiante y chismosa amistad con Jorge Luis Borges, que comía cada noche en su casa; sus presuntos romances con mujeres, como la poeta Alejandra Pizarnik o la madre del propio Bioy; sus perturbadoras premoniciones; sus ambiguos conflictos con la olímpica Victoria Ocampo, su hermana mayor.  En este libro, la argentina Mariana Enriquez, a través de una enorme cantidad de fuentes bibliográficas y testimonios de amigos, críticos, parientes y albaceas de Silvina Ocampo, cuestiona los mit

“Sin ideología y sin sexo no se puede ser actor”

¿Más de enseñar que de actuar?  La meta era ser actriz y dirigir. Pero en España me di cuenta de que mis hijos y yo no íbamos a ser felices si yo no era un referente de festejo por la vida. Postergué lo de ser actriz y creé el centro para enseñar. Maestra, pues...  Tuve buenos maestros, generosos. Nos daban clases clandestinas: ¡en la dictadura no dejaban leer a Heráclito y burlaban esa prohibición! ¿Por qué lo prohibieron?   No se argumentaba en la dictadura; nosotros lo sabíamos: hablaba de que la vida cambia. Prohibieron a Kant, las Matemáticas modernas, todo lo que expandía el pensamiento. ¡Si te descubrían con un libro de Mafalda...! ¡Un chiste! Esas prohibiciones suelen provocar el efecto contrario.. .  Si tienes maestros generosos, desafiantes. Algunos fueron despedidos. Hice un trabajo sobre Antígona, que se rebela contra el poder. Me dijo el profesor: “Yo no lo puedo presentar, ni ponerte nota; vamos a negociar qué hacemos”. Y me dijo algo que no olvi

La sociedad del cansancio

Byung-Chul Han, una de las voces filosóficas más innovadoras que ha surgido en Alemania recientemente, afirma en este inesperado  best seller , cuya primera tirada se agotó en unas semanas, que la sociedad occidental está sufriendo un silencioso cambio de paradigma: el exceso de positividad está conduciendo a una sociedad del cansancio. Así como la sociedad disciplinaria foucaultiana producía criminales y locos, la sociedad que ha acuñado el eslogan Yes We Can produce individuos agotados, fracasados y depresivos. Según el autor, la resistencia solo es posible en relación con la coacción externa. La explotación a la que uno mismo se somete es mucho peor que la externa, ya que se ayuda del sentimiento de libertad. Esta forma de explotación resulta, asimismo, mucho más eficiente y productiva debido a que el individuo decide voluntariamente explotarse a sí mismo hasta la extenuación. Hoy en día carecemos de un tirano o de un rey al que oponernos diciendo No. En este sentido, obras como 

Guerra

Arnold Friedrich Vieth von Golßenau, un joven aristócrata de origen sajón, combatió como oficial en la Primera Guerra Mundial, en el frente del Oeste, primero como teniente y luego como capitán, en un regimiento de infantería de Sajonia en el que había ingresado en 1910 y del que, años después, dirigiría un batallón.  Fruto de su participación en la guerra, en 1928 publicó su primer libro, Guerra , firmado con el pseudónimo de Ludwig Renn, en el que relata la supuesta experiencia bélica de su protagonista como soldado de infantería entre 1914 y 1918. Ni novela ni diario, Guerra se presenta como una verdadera crónica bélica de la irrepetible guerra de trincheras, de la crudeza de la que Emil Ludwig denominó «guerra estúpida», en la que se dieron cita la modernización del combate y la aparición de la muerte tecnificada. El libro tuvo desde su aparición un gran éxito y una amplia difusión, tanto en Alemania como en otros países, incluida España -donde en 192

Francia apoya al frente de escritores contra Amazon

El Gobierno francés emprende un nuevo asalto en su guerra abierta contra Amazon . La ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, dio ayer un paso más allá en el “combate político” que mantiene desde hace dos años contra el gigante de la distribución. Filippetti se solidarizó con la reciente campaña iniciada por 900 escritores a través de una petición publicada en la edición dominical de The New York Times , a través de la que denunciaban las prácticas abusivas de la librería virtual estadounidense. Se trata de la primera voz institucional que se suma a este frente. Hace meses que Amazon intenta forzar al grupo editorial Hachette para que baje el precio de sus libros en edición digital hasta los 9,99 dólares (7,50 euros). Ante la negativa de la empresa francesa, Amazon ha emprendido distintas medidas que no se alejan mucho de la extorsión. Por ejemplo, la imposibilidad de acceder a la preventa de sus libros, la suspensión de las ofertas especiales o unos plazos de dis

Hallados en Sevilla cuatro textos inéditos sobre Cervantes

El trabajo, casi detectivesco, de un archivero de La Puebla de Cazalla, municipio de la campiña sevillana, ha arrojado luz sobre aspectos desconocidos de la biografía de Miguel de Cervantes. El hallazgo de cuatro documentos inéditos en distintos archivos aporta nuevos datos sobre su labor como recaudador de la Hacienda Real y apunta la posibilidad de que hubiese otra mujer en su vida. El archivero en cuestión, José Cabello, se topó hace tres años por casualidad con un manuscrito del 5 de marzo de 1593 en el que Cervantes se acreditaba ante ese Ayuntamiento como comisario de abastos de la Armada Real por encargo del proveedor de la flota de Indias Cristóbal de Barros. La labor del novelista era recaudar trigo y cebada para abastecer a la flota de Felipe II. “El documento es importante porque acredita que Cervantes estuvo en La Puebla, algo que se desconocía hasta ahora, y lo relaciona por primera vez con Cristóbal de Barros, quien fue el armador que construyó los nav

Los superventas de las letras declaran la guerra a Amazon

Un conflicto que bien vale una página completa en la edición dominical de The New York Times . La pugna entre Amazon y la editorial Hachette, lejos de resolverse, se enredó este fin de semana aún más gracias a la carta firmada por 900 escritores en el diario estadounidense y en la que piden al gigante de Internet que deje de impedir la venta de sus obras o bloquear los precios por el litigio que mantiene con Hachette. Ambas firmas están enfrentadas desde hace meses por el precio de los ebooks y las condiciones que la mayor librería del mundo, Amazon, quiere imponer a editoriales y autores. Es el último ejemplo de cómo el mercado digital ha irrumpido en una industria tradicional, reventando su estructura, introduciendo nuevos modelos de negocio y obligando tanto a los recién llegados -Amazon- como a los veteranos -en este caso, Hachette- a reconocer que se necesitan mutuamente para subsistir. La misiva de los autores llegaba además un día después de que la compañí

Contar mentiras para salvarse

“Yo soy judío y árabe”, lanza Eduardo Halfon (Guatemala, 1971). No lo hace por epatar sino que es la constatación de años de búsqueda de su identidad, y ha llegado a la conclusión de que, como todas, “es una construcción”. Ese es el río subterráneo que fluye en Monasterio , su última —y como todas “breve horizontalmente pero profunda verticalmente”— novela de claro signo autobiográfico. No es casual que el casi opúsculo inaugure línea editorial en Libros del Asteroide, que creada en 2005 sigue configurando también su identidad y ahora, tras arrancar con clásicos modernos de no menos de una década de antigüedad y ampliar sucesivamente a la no ficción literaria (2007) y a la narrativa extranjera contemporánea (2009), decide incorporar inéditos en castellano. “Tengo abuelos egipcios, libaneses y sirios y son judíos de allí; de muchas palabras debo preguntar si su origen es judío o árabe, me ocurre lo mismo con la comida…”, cuenta Halfon como enésima constatación de l