Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2014

Walt Whitman y sus ‘Hojas de hierba’ para el siglo XXI

“Yo me celebro, / y cuanto hago mío será tuyo también, / porque no hay átomo en mí que no te pertenezca”. Y un nuevo mundo se abrió con estos versos de  Canto de mí mismo. Ciento cincuenta y nueve años separan este comienzo del libro  Hojas de hierba, que   Walt Whitman terminaría en 1892, tras nueve ediciones y un total de 389 poemas, de esta época que no cesa de ser polinizada por su voz y sus ideas sublimes. Una obra maestra que ahora se puede leer íntegra en un lenguaje actualizado, en edición bilingüe y traducida, por primera vez, por un autor español (las conocidas son de latinoamericanos), que incluye los prólogos o textos introductorios que escribiera Whitman en todas sus ediciones, más una selección de sus prosas y del diario que llevaba como enfermero de campaña durante la Guerra Civil de Estados Unidos. Todo ello presidido por un texto que funde la biografía del poeta estadounidense con su clásico universal y con la de este mismo volumen. El encargado de este trabajo monu

Humanidad vivida

« La vida sigue, pero ¿cómo?». Es lo que se preguntaba Hans Küng en sus horas más bajas, cuando el Papa le retiró la licencia eclesiástica de enseñanza. Y sucedió lo que nadie esperaba: Hans Küng no se rindió, sino que desplegó toda su capacidad como pensador universal, más allá de la crítica de la Iglesia. De las tres últimas décadas de su vida, de sus grandes logros, pero también de sus amargas experiencias, rinde cuentas en esta tercera entrega de sus memorias. No solo narra el esfuerzo por abrir nuevos campos de estudio y actividad, desde el ecumenismo de las religiones del mundo hasta la «ética mundial». También habla con toda franqueza de las cuestiones que se le plantean en el atardecer de la vida y que conciernen a todo hombre. Estas memorias son relato y reflexión a la vez: de la historia del tiempo presente, de historia de la Iglesia, de la teología y de las religiones. Humanidad vivida con todas sus luces y sombras. RENDICIÓN DE CUENTAS: MIS ÚLTIMAS TRES DÉCADAS La vi

Emilio Lledó y su trilogía de premios

Algunos rasgos delatan a los filósofos. Se presentan con preguntas. Hablan de los griegos de la Antigüedad como si se tratase de su panda de barrio. Distinguen el grano (la cultura) de la paja (la tecnología). A menudo, para tener libertad, no llevan móvil.  Emilio Lledó (Sevilla, 1927)  logró ayer el  Premio Nacional de las Letras  por su dilatada trayectoria literaria como referente intelectual y ético, aunque no recibió la noticia desde la Secretaría de Estado de Cultura sino durante una entrevista con este diario porque Lledó, filósofo donde los haya, no lleva móvil: “Tengo más libertad”. Entre abrumado y feliz,  el académico  echó mano del humor: “Eso quiere decir que ya estás tan viejo que están diciendo ‘vamos a despedir simpáticamente a este señor”. El reconocimiento institucional —que él acepta agradecido— le llegaba en la sede de la Asociación de Editores de Madrid, que le ha otorgado este año el premio Antonio de Sancha por su compromiso con la cultura y la literatura.

Francia bendice la literatura de “sabio loco” de César Aira

Cualquier porteño podría ver a César Aira  (Coronel Pringles, Argentina, 1949) en su laboratorio levantar día a día una de las obras más rompedoras, influyentes y caudalosas del idioma español. Basta con ir al barrio de Flores, el mismo del Papa, y sentarse en algún café. Aira llegará a media mañana tras montar en bicicleta por las bicisendas de la ciudad. Desenfundará alguna de sus numerosas plumas y comenzará a escribir “pensando cada palabrita”, con una letra pequeña, ordenada, incisiva. Para él, la literatura es una investigación. Pero no la del científico, según sus palabras, “sino la de un sabio loco o de un niño que juega al químico y mezcla dos sustancias para ver qué pasa”. Aira sigue divirtiéndose como el primer día que comenzó a escribir. Mezcla, improvisa, se deja llevar y busca. Así nacieron  Los fantasmas  (1990),  La liebre  (1991),  La guerra de los gimnasios  (1992),  Ema, la cautiva  (1997),  El mago (2002) o  Artforum  (2014), hasta sumar cerca de 80 títulos entre

El eclipse de Yukio Mishima

«La foto que más me gusta es una que le tomaron cerca de Yotsuya-Mitsuke, cuando aún era un funcionario. No tendría más de veinte años y su cara refleja el cansancio de la doble vida que llevaba, la de funcionario y escritor nocturno. Es un Mishima aún sin fama, un solitario que parece preocupado por su vida, que de algún modo ya deja traslucir su fervor. Esa foto atrapó un instante fugaz de su juventud, una cierta belleza.» El eclipse de Yukio Mishima  es un retrato íntimo y personal del autor que revolucionó las letras niponas. Ishihara aborda la compleja personalidad de quien fue su maestro y protector, analizando la persona y el personaje a través de su obra, sus espejismos y su patológico culto al cuerpo. Un testimonio directo que nos devuelve la imagen de un escritor insatisfecho al que vemos subirse al  ring  en un fallido intento por ser boxeador o durante  el rodaje de una película como pésimo actor. Con la revisión de la figura del malogrado autor, Ishihara ofrece a

Despecho, celos, venganza... y libros

Nadie escapa a su tentación. La venganza por despecho amoroso anida en algún rincón del corazón enmascarada de alivio al dolor. Tres libros recientes dan fe:  Gracias por este momento  (Maeva), de Valérie Trierweiler, es el testimonio-castigo de la expareja del presidente francés, Francois Hollande;  Palais de Justice (Galaxia Gutenberg), de José Ángel Valente, desvela pasajes privados de la vida del poeta; y  Así empieza lo malo  (Alfaguara), de Javier Marías, ejemplo de motivo esencial en una ficción. La venganza en la literatura procede de dos estirpes: la primera como elemento inspirador y artístico, para iluminar zonas oscuras de la condición humana, y la otra, espuria, para saldar cuentas.Según escritores, filósofos y especialistas, recurrir a la literatura como arma de despecho no suele dejar como resultado un buen libro, sí es, en cambio, un territorio fértil para, a partir de ahí, crear buenas obras. Es la prueba de que la venganza no es un plato que se sirve frío sino hirv

En la fábrica de Óskar Schindler

Alguien pensó que los presos querrían escribir a sus familiares y amigos y ordenó preparar postales acuñadas en Dachaulager, Mathausenlager y Auschwitzlager. O acaso pensó que enviar aquellas letras ayudaría a dar la imagen de normalidad que durante un tiempo intentó alimentar el régimen nazi antes de quitarse la máscara por completo. Algunas se pueden leer en  la vieja fábrica de Óskar Schindler , hoy reconvertida en un espacio de memoria donde se puede ver la exposición permanente Cracovia bajo la ocupación nazi. No busquen la película en ella. Schindler y su esposa, Emilie, cómplice en la peligrosa tarea de salvar trabajadores judíos, ocupan un espacio mínimo en la muestra, aunque se conservan el despacho del empresario con el mapa de Europa con los nombres en alemán, alguna maquinaria y la entrada principal. Bajo el dominio comunista, la fábrica de la calle Lipowa número 4 se dedicó a otros quehaceres productivos. Su conversión en un espacio histórico donde revivir los h

Cien años del milagro Dylan Thomas

Un escritor de poemas y cuentos. Un escritor de cuentos y poemas. De versos que parecen invocar la prosa, de prosa esparcida de versos. De una voz interior que busca ser oída para descubrir la música de las palabras. Ese era  Dylan Thomas  (Gales, 27 de octubre de 1914-Nueva York, 6 de noviembre de 1953). Donde nació y donde murió es el arco perfecto que traza la vida de lo que fue la trayectoria de un autor de provincia que se convirtió en estrella. Swansea... Swansea es el lugar donde nació y el mundo del que en realidad nunca salió. Y donde conmemoran su centenario con lecturas, exposiciones y nuevas ediciones de libros. Si bien sus primeras narraciones pueden ser vistas como recargadas o barrocas y crípticas, las segundas son, en apariencia, más transparentes y directas. Pero todas proceden de un mundo interior, a veces inquietante, a veces simbolista, a veces turbio, a veces obsceno, a veces divertido, a veces surrealista, a veces romántico, a veces distraído, a veces apesadu

Adiós a Berlín

Christopher, un joven británico, alquila una habitación en la capital alemana e imparte clases de inglés para ganarse la vida. Este trabajo y su curiosidad de escritor en ciernes le llevarán a conocer a personajes de todo tipo y condición, como la rica heredera judía Natalia Landauer, la familia obrera de los Nowak, Otto y Peter, dos jóvenes homosexuales, o Sally Bowles, una jovencita inglesa de clase alta, seductora y extraviada-que inspiró el personaje de Liza Minelli en la célebre película Cabaret-. Adiós a Berlín es una crónica reveladora y emotiva del Berlín de la República de Weimar, decadente y atractivo, sobre el que se cierne la creciente brutalidad del nazismo.   "Una novela osada y valiente que destrozó etiquetas con su perspicaz reflexión sobre la génesis de un nuevo orden social que asomaba sus orejas de lobo en el horizonte". Antonio Bordón,  La Provincia «Brillantes bocetos de una sociedad en decadencia». George Orwell «El mejor prosista en lengua inglesa»

Sobre la escritura

F rancis Scott Fitzgerald intentó durante toda su vida desentrañar los misterios de la literatura. "Un autor debe escribir para los jóvenes de su generación, los críticos de la  siguiente y para todos los profesores del futuro", decía. André le Vot en su biografía s habla de su "necesidad de compartir lo que aprendía" y  Anthony Powell recalcaba que: "le gustaba enseñar. Tenía las cualidades de un maestro de escuela" Sobre la escritura F. Scott Fitzgerald  recoge ese entusiasmo y esa claridad. La impecable selección de Larry W. Phillips reúne un conjunto de citas y fragmentos de textos del autor de  El Gran Gatsby  sobre lo que supone ser escritor y escribir literatura. Un libro para los lectores que quieran profundizar en el pensamiento literario y consejos de uno de los novelistas más grandes y con más talento del siglo XX. Una inestimable aportación a su bibliografía.      Prólogo «La historia de mi vida es la historia de la pugna entre mi fer

“Todo lo que te puede destruir lo llevas dentro”, afirma Jo Nesbo

“Todo lo que te puede destruir lo llevas dentro”. Es una rara afirmación para un autor de novelas policiacas cuyos dos últimos libros además tratan sobre asesinos en serie. Pero no tanto si el escritor se llama Jo Nesbo y su personaje es el autodestructivo comisario Harry Hole. Nunca como en sus dos últimas novelas publicadas en España,  El muñeco de nieve  (RBA, 2013) y la que aparece ahora,  El leopardo  (Random House en castellano, y Proa, en catalán), el autor noruego había combinado tanto el relato criminalístico con la reflexión moral, la investigación con la introspección. Temas como la muerte del padre, la traición, el amor, la amistad o la adicción tienen tanto peso en la historia de  El leopardo  como la intriga detectivesca. Y uno se encuentra ante algunas páginas olvidándose de que estamos persiguiendo a un asesino para darse un baño de sentimientos. También con algunas imágenes extrañamente preciosas en el género, como la chica que llora con el cuello ladeado “como una

“Un libro es difícil de leer cuando el autor no hizo bien su trabajo”

Lee Child  tiene una receta para el éxito y una manera contundente de defenderla. A este agradable  gentleman  británico,  nacido Jim Grant en Coventry en 1954,  le gusta la violencia en la ficción y escribir libros fáciles de leer y no tiene problema en argumentarlo con frases lanzadas como los puños del gigante  Jack Reacher , su personaje estrella, un exmilitar, llanero solitario y nómada al servicio de la justicia que pega, tortura y mata cuando es necesario. “Los buenos usan la violencia en mis novelas como una imagen del sistema legal. La gente está frustrada porque sabe que esas soluciones no se pueden aplicar en la vida y aquí encuentran un desahogo. Cuando Jack Reacher pega un tiro en la cabeza a un terrorista estamos ante una metáfora. Escribo novelas de venganza y están bien así”, asegura. El  reciente ganador del RBA de Novela Negra con  Personal , charla con EL PAÍS en el Museo del Prado, en una visita excepcional con paradas obligadas ante el  Ticio  de Tiziano, el

La profesión más noble

Mientras recorría —con las vacilaciones propias del caso a pesar del GPS— el  downtown  de Baltimore en busca de la tumba de  Edgar Allan Poe , iba rumiando su dictamen que declara a la literatura “la más noble de las profesiones. De hecho, es casi la única que realmente corresponde a un hombre”. Sin duda la única apta para el propio Poe, un escritor de vocación pura y total, al que es imposible imaginar haciendo algo diferente a lo que ocupó el breve plazo (también lo será el mío, lector, y el tuyo) de su existencia. Una antología de Poe que incluya todo lo mejor de su obra no irá mucho más allá de las 200 páginas: seis o siete cuentos, un par de poemas y una novela corta inacabada. Esa breve aportación, sin embargo, se ha revelado incombustible y fecunda. Deleita sin cesar a lectores sesudos y adolescentes, inspira a cineastas, músicos, dibujantes, diseñadores… por no hablar de los escritores que han venido después. Creo que fue  Conan Doyle  quien dijo que si cada autor que debe

Rafael Cadenas: “La poesía es poderosa e insignificante”

Si hay un poeta vivo  perseguido  por uno de sus poemas, ese es  Rafael Cadenas . El poema se llama “Derrota”, un hito de la literatura latinoamericana, y el poeta venezolano lo escribió con 32 años. Ahora tiene 84 y sonríe tímidamente cuando se le pregunta si está cansado de aquella letanía que parece perseguirle, que arranca “Yo que no he tenido nunca un oficio / que ante todo competidor me he sentido débil / que perdí los mejores títulos para la vida / que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)...” y que sigue retratando en primera persona a alguien que creía que su padre era eterno, que fue “humillado por profesores de literatura” y “abandonado por muchas personas porque casi no hablo” o que tiene “vergüenza por actos que no he cometido”. Cadenas, un tímido más sigiloso que silencioso, toma el libro que el periodista ha puesto en la mesa, sobrevuela los versos como si fueran de otro y concluye: “Cansado no estoy, pero ese poema hoy no me