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Las preguntas de la vida

Antes de orquestar lo que nos lleva a escribir. Soy, y aunque en cierta forma, todo un fiel seguidor de los escritos de Fernando Savater. Si no me sorprende el olvido, recuerdo una mañana calurosa del mes de mayo, mas no recuerdo el año, que nos hiciera una visita a nuestro país dicho escritor, no sé si él me encontró o yo lo encontré  en mi camino, inmediatamente asumí el compromiso de abordarlo, todo esto ocurrió durante la celebración de una de las tantas ferias del libro, cruzamos algunas palabras, de todas aquellas que siempre todo admirador le hace a un escritor. Me sorprendió la amabilidad con que me trato, en particular quede convencido que en cada uno de sus pensamientos y criterios plasmado en sus libros, él lo asume con responsabilidad y es un tipo llano.

De alguna forma no sabríamos estar en el mundo, a no ser por las grandes interrogantes que a diario nos formulamos sobre la vida y la muerte, la libertad y la moral, el hombre, la religión, la filosofia. Esta relación, que a primera vista es un gusanillo que ha condicionado al hombre a alimentarlo con sus fantasías y utopías buscando de alivianar sus dolores mas allá de sus sombras, despierta todo un conglomerado de pensamientos y credos para darle forma a ese mundo cuadrado de las ideas. ¿Para qué sirve la filosofía?, bajo esta premisa comienza todo el enramado que le darán forma a los diez capítulos y al epilogo del libro.  De ahí la soberanía inventiva del escritor de acércanos a las respuestas a esta grandes interrogantes a través de la filosofía, pues en un mundo arrabalizado por la ciencia, siempre esperamos que ella resuelva las complejidades estructurales que afloran en la superficie, mas no en el ahondo de nuestras inseguridades.

“La filosofía no pretende contestarla de una vez por todas, sino que sigue enseñando a plantearlas de forma cada vez mas enriquecedora, mientras avanza respuestas tentativas para ayudarnos a convivir racionalmente con ellas. Porque es mejor mantener abiertas las grandes preguntas que contentarse apresuradamente con las pequeñas respuestas...Este libro quisiera ser una iniciación elemental a la reflexión filosófica, tanto para uso de quienes se acercan por primera vez al estudio de la filosofía en el bachillerato como de aquellos otros que a cualquier edad aspiran a conocer los fundamentos de esta tradición intelectual”.
Cuando leemos en su totalidad el libro, las concepciones ideológicas y las expericiencias vitales que cohabitan en cada trazo, nos daremos cuentas que los planteamientos tratados fueron utilizado bajo la construcción histórica del pensamiento, pues aquellos planteamientos que asume el escritor son los mismos cuestionamientos que a lo largo el ser humano se ha sellado. Savater es claro al decir: “Pero el lector que intenta pelear también conmigo o incluso contra mí. En estas páginas no se ofrece una guía concluyente de pensamientos necesariamente validos sino un itinerario personal de búsqueda y tanteo. Al final cada capítulo se propone un memorándum de cuestiones para que el lector repita por sí mismo las indagaciones que cada de leer, lo que quizá le llevara a conclusiones opuestas”.
En cada uno de los capítulos del libro, especialmente al final, nos hace mirar el mismo capítulo que ya habíamos leído, es como toda una especie de foto recuerdo de lo experimentado, pero bajo la estructura de un cuestionario de preguntas del mismo capítulo, esto lo hace interesante, pues nos hace detener un poco más en dicho capitulo, dimensionado en el recuerdo sí habíamos leído ese cuestionamiento.
“La filosofía no es la revelación hecha por quien lo sabe todo al ignorante, sino el dialogo entre iguales que se hacen cómplices en su mutuo sometimiento a la fuerza de la razón y no a la razón de la fuera”

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