Ir al contenido principal

Ana Cristina Herreros asegura que la muerte ha sido la gran manipulada de las religiones

Sevilla, 22 oct (EFE).- La filóloga Ana Cristina Herreros, especialista en cuentos populares y en el romancero, autora de "Cuentos populares de la Madre Muerte" (Siruela), ha dicho a Efe que "la muerte es la gran manipulada por las religiones, porque la muerte da miedo y los miedos son muy rentables".

Como prueba de la rentabilidad de los miedos, Herreros ha puesto el que ahora suscita la crisis, si bien ha asegurado que "el discurso del poder siempre ha ido por un lado y el de la gente por otro", de ahí, ha considerado, que la idea de una muerte acogedora --de ahí el título de su último libro-- ha pervivido en las tradiciones orales de todo el mundo, pese al discurso religioso.

"Cuentos populares de la Madre Muerte" es una selección de 44 cuentos en los que prevalece una idea de la muerte que carece de connotaciones negativas, extraídos de las tradiciones española, japonesa, cubana, árabe, china, india e incluso bosquimana e inuit.

Herreros, que esta semana participa en Sevilla en la cuarta edición del Festival Intercultural de Narración Oral y ha contado cuentos a estudiantes de secundaria en un instituto sevillano, ha recogido cuentos de repertorios folcloristas o de los que ella misma ha oído contar en Marruecos, Portugal o Cuba.

Si la antología es de 44 cuentos, ha explicado su autora, es porque "el cuatro es el número de la muerte en la Cábala, y en chino la muerte es el número 44".

La imagen de la muerte empieza a empeorar, según Herreros, con el paso de la cultura rural y agraria a la urbana: "El asfalto nada nos enseña de la vida porque en él nada germina, en él nada se entierra", advierte en el prólogo del libro.

Mientras el vínculo con la tierra pervive, ha señalado, se mantiene la consciencia de que "nos alimentamos de cosas muertas; la vida se alimenta de la muerte; las plantas que nos comemos, mientras están vivas, también se alimentan de cosas muertas".

Del alejamiento de la muerte son responsables, según Herreros, los modernos tanatorios que "escamotean la imagen del muerto", mientras que "la tradición preciosa del Día de los Difuntos, que servía para recordarlos, se ha sustituido por esa moda espantosa y totalmente importada del Halloween".

"Ahora también se escamotea el duelo y el dolor", ha añadido Herreros, quien sobre sus propias costumbres ha asegurado: "En casa le tengo un altarcito a mi madre, que era gallega y se pasó la vida eligiendo ataúd, y cuando vamos de viaje siempre le traemos algún recuerdo y se lo ponemos, porque no queremos olvidarnos de ella."

Este es el tercer libro de Herreros, tras "Libro de monstruos españoles" y "Geografía mágica", referido a la Península ibérica y en el que constató que Andalucía es una de las regiones más ricas en leyendas, muchas de ellas vinculadas a la expulsión de los musulmanes y al mundo árabe.

"En Andalucía hay menos monstruos que en otras regiones, tal vez porque hay menos oscuridad, pero muchas más leyendas", ha asegurado Herreros, quien no ha dudado en señalar a "la mujer-lobo leonesa" al ser preguntada por su monstruo español favorito.

"A la mujer-lobo leonesa la echan de casa y se va con una manada de lobos, pero las noches de luna llena, en vez de aullar, se va a una casa en ruinas, siente nostalgia de su vida anterior y se baña y se peina; a ella se la responsabiliza de la desaparición de hombres en edad de casarse y de hombres malcasados", ha explicado.

Herreros ha lamentado, aunque con cierto humor, que los monstruos de la tradición española hayan sido sustituidos "por los de la factoría Disney, que son bajos en calorías" y dejan "en peligro de extinción" a otros tradicionales como los cántabros Ojáncano y Ojáncana.

Ojáncano y Ojáncana están emparentados con el Cíclope por tener un solo ojo, si bien estos comen niños y la Ojáncana "cuyas tetas le llegan a las rodillas, para perseguir a los niños corriendo, se las echa sobre los hombros".

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr

La extraña muerte de Fray Pedro

En 1913, el nicarag ü ense Ruben Dario presenta este cuento, el cual relata la historia de un fraile que muere en nombre de la ciencia. Un ser pertubado por el maligno espiritu que infunde la ciencia, el cual fragmentaba sus horas coventuales entre ciencia y oracion, las disciplinas y el laboratorio que le era permitido. Con este texto, Ruben Dario, deja en claro que la fe es un acto de fidelidad, que se sobreentiende en el corazón sin pasar por la cabeza. “No pudo desde ese instante estar tranquilo, pues algo que era una ansia de su querer de creyente, aunque no viese lo sacrilegio que en ello se contenia, punzaba sus anhelos” Toda la historia tiene lugar en el cementerio de un convento, cuya visita va dirigida por un religioso. la guia advierte a sus seguidores sobre la lapida de Fray Pedro, personaje central del cuento. Un personaje “flaco, anguloso, palido” e incluso de espiritu perturbado cuya desgracia se veia venir con su sed de conocimiento. El fraile persuade a

Donna Tartt, el vuelo entre la alta y la baja literatura

Por su primer título,  El secreto  (1992), Donna Tartt  (Greenwood, Misisipí 1963) recibió un adelanto de 450.000 dólares (el equivalente sería hoy una cifra muy superior), caso insólito en alguien que no había publicado aún nada. Antes de salir el libro, un  extenso perfil aparecido en  Vanity Fair  predijo la fama de la autora, anunciando la irrupción en el panorama de las letras norteamericanas de una figura que supuestamente borraba la distancia entre la alta y la baja literatura. Confirmando las esperanzas puestas en ella por sus editores, “El secreto” vendió cinco millones de ejemplares en una treintena de idiomas. Las críticas fueron abrumadoramente favorables, aunque no hubo unanimidad con respecto al diagnóstico de  Vanity Fair.  La primera novela de Donna Tartt es un thriller  gótico que lleva a cabo con singular habilidad el desvelamiento de un misterioso asesinato perpetrado en el departamento de lenguas clásicas de Hampden College, institución universitaria de carácter