Tras escribir una brillante trilogía sobre la
evolución de la conciencia humana -que se lee como una crítica punzante
del racionalidad moderna-, el historiador cultural Morris Berman enfocó
su energía al análisis de lo que advertía como un declive económico,
politico, social y moral de Estados Unidos. Cuando en el año 2000
publicó El crepúsculo de la cultura americana (Sexto Piso), sus
compatriotas rebosaban de abundancia y orgullo. Poco más de una
terrible década después, las cosas son muy distintas.
Las raíces del fracaso americano
cierra su "trilogía americana", donde la atención ya no se centra en la
comúnmente aceptada trayectoria descendente, sino en las causas que han
producido la caída del Imperio americano. Berman se remonta a los
orígenes de la nación, y encuentra que la ideología dominante fue desde
el comienzo la del "oportunismo" individualista, con el dinero como
símbolo máximo de éxito y de poder. La crisis americana actual, lejos
de ser coyuntual o pasajera, eestaba inscrita entonces en los principios
que hicieron de Estados Unidos el país más pujante y emulado del mundo
entero.
"Las raices del fracaso americano
abre de tajo el oscuro y moribundo cadáver del Imperio. Su análisis es
reflesivo y a menudo deprimente; pero la verdad en estos momentos es
deprimente, muy deprimente. Aquéllos que seniegan a encararla por
desagradable, porque no inspira opensamientos felices u ofrece falsas
esperanzas, están escapando de la realidad"
CHRIS HEDGES, autor de Death of the Liberal Class y de Empire of Illusion
PRIMERAS PÁGINAS
PREFACIO
Cuando
se asienten las cenizas del imperio americano y nuestra historia se
reescriba desde el privilegiado punto de vista de una era postamericana,
¿cómo se verá la civilización americana en retrospectiva? «La creación
de Estados Unidos de América», escribió el historiador Walter McDougall,
«es el acontecimiento principal de los últimos cuatrocientos años». Sin
duda. La cuestión es, en última instancia, ¿de qué se trata Estados
Unidos? Durante todos estos años, ¿qué representaba en realidad? De
hecho, si buscamos la respuesta en los lugares adecuados, no tenemos que
esperar hasta 2040 ó 2050 para obtener una respuesta. Como afirma
McDougall, junto con los historiadores David Potter, William Appleman
Williams y con otros tantos, Estados Unidos fue desde sus orígenes una
civilización orientada a los negocios. El Discourse of Western Planting
[Discurso de la plantación occidental], considerado por McDougall una
«obra maestra de la literatura promocional», explicaba las ventajas
estratégicas que Inglaterra obtendría de la colonización de América del
Norte, incluida la madera, el pescado, las pieles y los mercados
emergentes para el comercio textil. «Ya desde el siglo xvi», añade el
historiador Leo Marx, «la campiña americana era el objeto de una especie
de calculada promoción de bienes raíces». En efecto, esta orientación
comercial se convirtió en nuestro rasgo distintivo. La meta principal de
la civilización norteamericana, y la de sus habitantes, es y siempre ha
sido una economía en expansión perpetua -abundancia- e innovación
tecnológica sin límites: «progreso». Una nación de oportunistas, escribe
McDougall; un pueblo en perpetuo movimiento.
Boomerang
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