Ir al contenido principal

La edad de los prodigios

Con pulso y erudición irreprochables, el historiador británico Richard Holmes relata cómo nació el mundo que hoy habitamos en 'La edad de los prodigios', uno de los grandes acontecimientos editoriales del año, publicado en España por Turner.

En este extraordinario libro de cultura, firmado por Richard Holmes, el lector encontrará no sólo un pormenorizado relato del nacimiento de las ciencias y su moderna articulación entre los siglos XVIII y XIX; también, y principalmente, hallará el esfuerzo y la sagacidad, el azaroso empeño, a veces trágico, como en Lavoisier, a veces triunfal, como en Herschel, de quienes la hicieron posible. Esa es la declarada intención de Holmes al escribir La edad de los prodigios: explicar al científico desde sus condicionantes históricos y su particularidad humana, y no como un producto anaerobio, como una floración exenta, fruto único del cálculo y la lógica inductiva. Esto lo emparenta con otros estupendos libros de divulgación científica, como pudieran ser Los sonámbulos de Koestler o el Cosmos de Sagan. No obstante, su impulso original parece provenir de la caudalosa Historia cultural que, desde D'ors a Starobinski, y antes en Michelet y Herder, ha desvelado al hombre junto a su arboladura intelectual y las circunstancias de todo orden que acompañaron sus días.

Aun así, el valioso trabajo de Holmes no se ciñe a la tarea científica, erudita, recogida admirablemente en estas páginas. Antes bien, La edad de los prodigios, subtitulada significativamente como Terror y belleza en la ciencia del Romanticismo, constituye una trepidante narración, pautada y absorbente, de aquellas vidas. Surge, no obstante, una cuestión terminológica: ¿Hasta qué punto podemos calificar de románticos a William Herschel y Joseph Banks, cuya idea del cosmos, del buen orden, hija de Les Lumières, del británico Enlightment y la Aufklärung germana, difiere de la idea dinámica de hallazgo, de revelación, de misterio a desentrañar, tan próximos al romanticismo de Mungo Park o S. T. Colerigde, fascinado por la nueva ciencia? Parece claro, en cualquier caso, que fueron las especulaciones sobre lo bello y lo sublime de Kant y Edmund Burke, dos mentes neoclásicas, quienes abrieron este apetito por lo infinito, por lo desmesurado y terrorífico, que se apoderará de la poesía y el arte, de las empresas científicas del XIX. En este sentido, Holmes se limita a exponer, en su intrincado desarrollo, la paulatina variación y la mutua influencia que las cabezas eminentes de aquella hora propiciaban con sus indagaciones. La familia Herschel en la Astronomía, Lyell en la Geología, Lavoisier y Davy en Química, los Montgolfier en la Aeronáutica, Banks en la Antropología y la Botánica, Volta y Galvani en los principios de la electricidad, Wordsworth y Coleridge en la nueva concepción poética de la Naturaleza... Todos ellos, repito, modifican y encauzan los novedosos rumbos del siglo, en la encrucijada del XVIII al XIX, dando lugar, no sólo a las ciencias tal como hoy las conocemos, sino al modo de entender el mundo, la especie humana, la vastedad del Universo, que se derivó de ellas.

Mungo Park muerto en alguna orilla remota del río Níger, huyendo de la persecución de los nativos; Lavoisier guillotinado junto a su suegro; las magulladuras y ulceraciones de Davy y Faraday en sus experimentos con el grisú; las gravosas observaciones de Herschel y su hermana Caroline en las frías noches de Bath, accionando un gigantesco telescopio; la accidentada invención del anéstésico, tras el descubrimiento del óxido nitroso y el éter; la espantosa muerte de Pilâtre de Rozier y Pierre Romain tras accidentarse su globo. De la valentía, de la imaginación, de la inteligencia, de los errores y pertinacias, también de los amores y desconsuelos de todos ellos, nació el mundo que hoy habitamos, así como el modo, más vertiginoso y complejo, de entenderlo. Esto es lo que relata Holmes en su magnífico volumen, con pulso y erudición irreprochables. Si de la paciencia de Herschel surgió una idea pavorosa del infinito, tras el frívolo paseo de los Mongoflier, subidos en su aerostato, la Tierra se nos aparecerá, ya para siempre, como una esfera verdiazul, inopinadamente vasta, solitaria y umbría.

diariodesevilla.es

Comentarios

Entradas populares de este blog

Grandes esperanzas (Fragmentos)

«En el primer momento no me fijé en todo esto, pero vi más de lo que podía suponer, y observé que todo aquello, que en otro tiempo debió de ser blanco, se veía amarillento. Observé que la novia que llevaba aquel traje se había marchitado como las flores y la misma ropa, y no le quedaba más brillo que el de sus ojos hundidos. Imaginé que en otro tiempo aquel vestido debió de ceñir el talle esbelto de una mujer joven, y que la figura sobre la que colgaba ahora había quedado reducida a piel y huesos. [...] ―¿Quién es? ―preguntó la dama que estaba sentada junto a la mesa. ―Pip, señora. ―¿Pip? ―El muchacho que ha traído hasta aquí Mr. Pumblechook, señora. He venido a jugar... ―Acércate más, muchacho. Deja que te vea bien. Al encontrarme delante de ella, rehuyendo su mirada, observé con detalle los objetos que nos rodeaban, y reparé en que tanto el reloj que había encima de la mesa como el de la pared estaban parados a las nueves menos veinte. ―Mírame ―me dijo miss...

Los primeros exámenes confirman que Pablo Neruda padecía un cáncer avanzado

La historia oficial señala que el premio Nobel de Literatura Pablo Neruda murió a las diez y media de la noche del 23 de septiembre de 1973 en la clínica Santa María, de Santiago de Chile, a causa de un cáncer de próstata. Sin embargo, Manuel del Carmen Araya Osorio, el chofer chileno que trabajó a su servicio durante sus últimos meses, declaró en 2011 que murió envenenado mediante una inyección letal que le aplicaron en el estómago durante su convalecencia en la clínica, 12 días después del golpe de Estado que perpetró Augusto Pinochet. Tras conocerse la declaración del chófer, el Partido Comunista de Chile presentó una querella para conocer la verdad sobre la muerte de quien tal vez fuera su militante más conocido. Finalmente, los restos del poeta fueron exhumados el lunes 8 de abril en el balneario de Isla Negra, a la orilla del Pacífico, a 100 kilómetros de Santiago de Chile. Ahora, los primeros exámenes radiológicos y de tejidos orgánicos entregados al juez Mar...

El murmullo de las abejas

Título original:  El murmullo de las abejas         Autor:  Sofía Segovia Editorial: Lumen Año de publicación:2015 Año de edición :2016 Número de página:496 Genero: Ficción, Literatura, Realismo mágico, Histórica, Novela   El libro El murmullo de las abejas, como su escritora, Sofía Segovia, me llega por recomendación del algunos lectores, pues me habían hablado de lo maravilloso del texto. Una novela con un matiz tierno que expone por medio del realismo mágico la historia familiar anclada en los ojos de un  niño   en el discurrir de los inicios de la revolución de 1910 en México, pero con la salvedad de que en si la novela no es una novela historia, sino que pone pinceladas de los hechos históricos que salpicaron a la terrateniente familia de los Morales en Linares, Monterrey y Florida.   Leer el Murmullo de las abejas es posibilitarnos a creer, que aquellos que es inconcebible en la realidad, en la novela todo ocurre como algo nor...