Este es un viaje a los aleph de 28 escritores a través de
sus propias voces. A los lugares elegidos por ellos por condensar lo más
representativo, logrado, emblemático o preferido de su creación
literaria. Todo en 757 páginas a bordo de Mil bosques en una bellota (Duomo), un libro a cargo de Valerie Miles
después de casi cinco años en los que convenció a estos escritores de
crear una especie de autorretrato literario. “Una suerte de testamento
en el que a través de sus pasajes elegidos ellos se presentan y dicen:
‘Este soy yo”, resume la editora y periodista neoyorquina cuya relación
con la literatura en español va camino de cumplir dos décadas.
Las estaciones del viaje incluyen universos tan conocidos en el mundo
como los de Mario Vargas Llosa, Javier Marías, Ricardo Piglia, Ana
María Matute, Carlos Fuentes, Juan Marsé, Enrique Vila-Matas, Antonio
Muñoz Molina o Juan Goytisolo; así como otros muy prestigiosos en sus
países y que merecen más reconocimiento fuera de ellos como Aurora
Venturini, Cristina Fernández Cubas, Ramiro Pinilla, Rafael Sánchez
Ferlosio, Hebe Uhart o Evelio Rosero.
La antología pretende, en palabras de Miles, hacer una lectura desde
la distancia y la extrañeza. “Redibujar parte de la literatura
hispanohablante a través de una nueva mirada donde hablan los propios
escritores. Dejar a un lado prejuicios, tratar de ir más allá de la
tradición, quitarnos el corsé, con un espíritu más lúdico”.
La nena fue el primer relato de la máquina de contar historias de La ciudad ausente. Por eso lo elijo (…) A veces pienso que lo que he escrito después son en realidad historias de la máquina”, Piglia
“La nena fue el primer relato de la máquina de contar historias de La ciudad ausente.
Por eso lo elijo (…) A veces pienso que lo que he escrito después son
en realidad historias de la máquina”, cuenta el argentino Ricardo Piglia
sobre la elección de su bellota literaria. ¿Y qué es la bellota en esta
antología? Una idea que surge de la frase de Ralph Waldo Emerson: “La
creación de mil bosques está en una bellota”, que sirve para reflexionar
sobre la manera en que, según Miles, “hay una mente común a todos los
hombres y por lo tanto, toda la historia existe en cada hombre, que toda
la historia se encuentra plegada en una experiencia individual única”.
Esta es la primera de las cuatro partes que corresponde a cada
escritor en el libro. En ella desvelan su pasaje y su justificación. Las
otras tres partes son En conversación con los difuntos, referida a las influencias del autor; Coda, una pregunta concreta sobre la obra elegida por el autor; y Mil bosques, el fragmento o fragmentos elegidos.
Un viaje y un diálogo con el lector que empieza desde la primera parte, La bellota.
El escritor descubriendo su aleph que no siempre coincide con su obra
más conocida, premiada o canonizada. Carlos Fuentes, por ejemplo eligió
un pasaje de Terra nostra, uno de sus libros más queridos y
experimentales y del que creía que iba a ser más valorado: “Esos
fragmentos tienen la mala costumbre de resumir mi idea de narración”.
Vargas Llosa tampoco se decantó por ninguna de sus primeras obras que le
dieron tanto prestigio. Se inclinó por El paraíso en la otra esquina y La Fiesta del Chivo. Y Enrique Vila-Matas prefirió Porque ella no lo pidió
al descubrir que de ahí surge parte de los derroteros de su
trayectoria, en un juego de espejos reflectantes que lo llevaron a tener
que presentar un hecho real como ficción.
Escogí los párrafos que me parecen más ingeniosos de invención de mi última novela. Lo he elegido porque me gusta y porque me parece una invención feliz”, Sánchez Ferlosio
Elecciones que fueron una tortura. Sobre todo teniendo en cuenta que
si casi ningún creador suele reconocer cuál es su obra preferida, más
difícil era decir cuál es su fragmento predilecto o representativo. Al
final lo hicieron y cada viaje literario está precedido de anuncios tan
diversos y tentadores como estos:
“Es exponente de mis preocupaciones y de mi metodología”, reconoce Eduardo Mendoza sobre La verdad sobre el caso Savolta.
“Raras veces, en tan poco número de palabras he logrado explicarme tantas cosas”, confiesa Cristina Fernández Cubas acerca de El viaje.
“Fue gracias a este cuento que pude volver a escribir después de una
larga temporada de parálisis creativa”, recuerda Sergio Pitol de Nocturno de Bujara.
“En él se despliega un tema central de mi obra, el conflicto entre la
apariencia y la realidad y, al mismo tiempo, se anuncia su desenlace”,
advierte Juan Marsé de Últimas tardes con Teresa.
“Es un relato emblemático, una culminación de mi escritura de los
años sesenta, de mi treintena en París”, cuenta Jorge Edwards de El orden de las familias.
“Es representativo de mi escritura y los diversos intereses que he
cultivado durante toda mi trayectoria. Quería dar forma a una tradición
oral”, dice Antonio Muñoz Molina de El jinete polaco.
“Escogí los párrafos que me parecen más ingeniosos de invención de mi
última novela. Lo he elegido porque me gusta y porque me parece una
invención feliz”, admite Rafael Sánchez Ferlosio de El testimonio de Yarfoz.
“Es uno de esos fragmentos de los que más orgullo me inspiran, porque
sé que en él hice algo que no resulta muy fácil y creo que más o menos
conseguí lo propuesto”, reconoce Javier Marías de Mañana en la batalla piensa en mí.
Y así un total de 28 mundos irrepetibles donde se puede descubrir el
soplo de la creación, la ilusión, el deseo, el logro, la intención o la
felicidad. Una idea que Valerie Miles retomó del libro This is my Best. Over 150 self-chosen and complete masterpieces, and the reasons for their selection, creado por Whit Burnett en 1942.
Si este viaje de Mil bosques en una bellota tiene 28
destinos literarios para los lectores, dichas rutas desvelan que los
escritores visitaron, mayoritariamente, dos lugares, uno real y otro
imaginario: París, refrendada como patria literaria, y el territorio de
Yoknapatawpha, de Willian Faulkner.
Aurora Venturini (Las primas), Ramiro Pinilla (Las ciegas hormigas), Ana María Matute (Olvidado Rey Gudú), Rafael Sánchez Ferlosio (El testimonio de Yarfoz), Carlos Fuentes (Terra nostra), Jorge Edwards (El orden de las familias, La muerte de Montaigne y Persona non grata), Juan Goytisolo (Telón de boca), Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa), Sergio Pitol (Nocturno de Bujura), José de la Colina (La última música del Titanic), Esther Tusquets (Orquesta de verano), Hebe Uhart (Mudanzas, él y Guiando la hiedra), Mario Vargas Llosa (El Paraíso en la otra esquina y La Fiesta del Chivo), Alfredo Bryce Echenique (Un mundo para Julius), Edgardo Cozarinsky (Lejos de dónde), José María Merino (La orilla oscura, La casa de los dos portales, Mosca, La tostadora y La tacita), Ricardo Piglia (La ciudad ausente), Eduardo Mendoza (La verdad sobre el caso Savolta), Cristina Fernández Cubas (El viaje, El año de Gracia y El ángulo del horror), Elvio Gandolfo (El momento del impacto), Enrique Vila-Matas (Porque ella no lo pidió), Rafael Chirbes (Crematorio), Alberto Ruy Sánchez (Los nombres del aire), Javier Marías (El hombre sentimental, Cuando fui mortal. Mañana en la batalla piensa en mí y Negra espalda del tiempo), Abilio Estévez (El navegante dormido), Antonio Muñoz Molina (El jinete polaco y Sefarad), Horacio Castellanos Moya (Insensatez) y Evelio Rosero (Lucía o las palomas desaparecidas).
El libro consta de cuatro partes: La bellota, En conversación con los difuntos, Coda y Mil bosques.
El País
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