Ir al contenido principal

"Internet nos devuelve el misterio del tiempo"

Como la clave y la mitad del mundo descrito en Ejército enemigo transcurre en el ciberespacio, Alberto Olmos (Segovia, 1975), escritor y bloguero muy activo, responde por correo electrónico.

PREGUNTA. ¿Cómo surge esa voz desencantada que se bifurca entre narración y diario?

RESPUESTA. Creo que casi todos los espectadores de La última noche, de Spike Lee, quedan fascinados con el monólogo de Edward Norton frente al espejo, conocido en internet, por si alguien necesita una pista, como "fuck you monologue". Quise hacer algo así de potente; mirarme al espejo sin piedad. La parte diarística tiene un sentido más técnico y busca dar la mayor información con el mínimo de palabras, aparte de agilizar la lectura.

P. ¿Dialoga con el lector, polemiza y lo hace pensar sobre temas muy actuales?

R. La literatura es, en gran medida, exageración, y una tesis radical y sin fisuras -en una novela- provoca que el lector no quede impune, ni tranquilo, ni a cubierto. Leyendo sin medias tintas el lector se ve obligado a posicionarse, lo que significa reconsiderar por qué piensa lo que piensa o si realmente ha pensado en determinados asuntos alguna vez por sí mismo, con perdón.

P. Es un péndulo entre la desilusión y la resignación y la esperanza.

R. Veo mi novela como el relato de una redención, como una propuesta -en la parte más política- de depuración ideológica de la izquierda; por ello he partido de la más absoluta de las desilusiones.

P. ¿Tan podrido está el tejido social y político?

R. No parece muy difícil, a la vista de los acontecimientos, aventurar que sí. La crisis, no sólo económica, debería hacernos reflexionar sobre qué tanto de fracaso ha de asumir la preeminencia en las dos últimas décadas -y en todos los programas políticos- de las "conciencia ecológica", "conciencia social" y, en general, de las "buenas intenciones", dado que parecen haber dado muy escasos frutos.

P. Muestra cómo Internet rompe con la penúltima frontera: la intimidad.

R. Es como ese país al que se llevaba de viaje en segundo de bachillerato. Recuerdo que en Roma o París los adolescentes robaban, fumaban, veían porno en la tele, incumplían todas las normas y hacían todo tipo de locuras, cosa que no se atrevían a hacer en su propio país. Y eso ha sido y sigue siendo en gran parte internet.

P. El tema del tiempo subyace en la novela, su ritmo actual, su presión.

R. A lo mejor se ha hecho demasiado hincapié en la "fragmentariedad" de nuestras vidas. Desde Montaigne, el "ser subdividido" es moneda común en el pensamiento filosófico y en la narrativa. En realidad es el misterio del tiempo el que nos devuelve internet, "el tiempo en internet", donde se reflexiona sobre esa confusión entre lo eterno y lo inmediato que nos crea escribirnos a nosotros mismos todo el tiempo.

El País

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr

La extraña muerte de Fray Pedro

En 1913, el nicarag ü ense Ruben Dario presenta este cuento, el cual relata la historia de un fraile que muere en nombre de la ciencia. Un ser pertubado por el maligno espiritu que infunde la ciencia, el cual fragmentaba sus horas coventuales entre ciencia y oracion, las disciplinas y el laboratorio que le era permitido. Con este texto, Ruben Dario, deja en claro que la fe es un acto de fidelidad, que se sobreentiende en el corazón sin pasar por la cabeza. “No pudo desde ese instante estar tranquilo, pues algo que era una ansia de su querer de creyente, aunque no viese lo sacrilegio que en ello se contenia, punzaba sus anhelos” Toda la historia tiene lugar en el cementerio de un convento, cuya visita va dirigida por un religioso. la guia advierte a sus seguidores sobre la lapida de Fray Pedro, personaje central del cuento. Un personaje “flaco, anguloso, palido” e incluso de espiritu perturbado cuya desgracia se veia venir con su sed de conocimiento. El fraile persuade a

Donna Tartt, el vuelo entre la alta y la baja literatura

Por su primer título,  El secreto  (1992), Donna Tartt  (Greenwood, Misisipí 1963) recibió un adelanto de 450.000 dólares (el equivalente sería hoy una cifra muy superior), caso insólito en alguien que no había publicado aún nada. Antes de salir el libro, un  extenso perfil aparecido en  Vanity Fair  predijo la fama de la autora, anunciando la irrupción en el panorama de las letras norteamericanas de una figura que supuestamente borraba la distancia entre la alta y la baja literatura. Confirmando las esperanzas puestas en ella por sus editores, “El secreto” vendió cinco millones de ejemplares en una treintena de idiomas. Las críticas fueron abrumadoramente favorables, aunque no hubo unanimidad con respecto al diagnóstico de  Vanity Fair.  La primera novela de Donna Tartt es un thriller  gótico que lleva a cabo con singular habilidad el desvelamiento de un misterioso asesinato perpetrado en el departamento de lenguas clásicas de Hampden College, institución universitaria de carácter