Cuando
el magnate de la prensa Richard Jewel aparece muerto en su casa de
campo una calurosa mañana de verano, pocos lo lamentan. El doctor Quirke
y el inspector Hackett no tardan en darse cuenta de que, lejos de
tratarse de un posible suicidio, «Diamante Dick» ha sido asesinado. La
investigación lleva a Quirke al orfanato de St. Christopher, donde vivió
su infancia, y a frecuentar a la problemática Dannie, la problemática
hermana de Jewell; a Carlton Sumner, el empresario rival, y a Françoise
d'Aubigny, la elegante y misteriosa viuda.
Tras el éxito de En busca de April, elegida
como una de las mejores novelas del año (Qué Leer), Benjamin Black crea
una nueva y apasionante intriga que nos muestra a un Quirke más íntimo y
confundido que nunca sobre el trasfondo del Dublín de los años
cincuenta.
PRIMERAS PÁGINAS
1.
Cuando
se propagó la noticia de que Richard Jewell había sido encontrado con
la cabeza reventada y con una escopeta entre las manos, limpias de
sangre, pocas personas ajenas al círculo familiar o pertenecientes al
mismo consideraron su muerte una gran pérdida. Jewell, a quien sus
detractores más ingeniosos habían bautizado como Diamante Dick, era un
hombre rico. El grueso de su fortuna provenía de su padre, el
tristemente famoso Francis T. Francie Jewell, que llegó a ser alcalde y
el dueño de una exitosa cadena de periódicos, entre ellos el temido y
sensacionalista Daily Clarion, el diario más vendido de la ciudad. El
viejo Jewell era un diamante en bruto, propenso a venganzas violentas y
enemigo a muerte de los sindicatos, pero su hijo, aunque también
vengativo y sin escrúpulos, había conseguido limpiar el nombre de la
familia mediante actos de filantropía rodeados de una bien orquestada
publicidad.
Boomerang
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