El periodista argentino Sergio Federovisky
desenmascara con ironía y un ácido sentido del humor los «mitos verdes»,
que esconden mentiras, falsas verdades, lugares comunes o simplemente
frases de buena voluntad que ocultan la falta de solución a los
problemas ambientales.
Un libro que
denuncia la falta de progreso en los veinte años que han seguido a la
cumbre de Rio Eco '92. Aquella conferencia internacional, que debía
inaugurar la "era verde", sólo ha inaugurado, según el autor, una
tendencia al ecologismo bienpensante que pretende resolver problemas tan
graves como el calentamiento global a partir de gestos personales y
cotidianos.
"Cual gigantesco manual de
autoayuda verde -dice Federovisky-, los medios de comunicación están
repletos de publicaciones que indican que la solución al desmadre
ambiental estaría a la vuelta de la esquina. Pero nos demoramos en
alcanzarla. Y nadie entiende bien por qué."
Ante
esta sobreabundancia de "soluciones mágicas" Sergio Federovisky dice
que el problema no surge porque cada individuo tenga una conciencia
medioambiental escasa, sino como consecuencia de un sistema capitalista
que fomenta y empuja a un consumo irresponsable y suntuario. Y, aunque
es bueno ser conscientes y, en la medida de lo posible, reducir lo
superfluo en nuestros comportamientos, debemos tener en cuenta que no es
posible salvar el planeta mientras persista este sistema.
Como
telón de fondo de esta idea de "comenzar el cambio desde nosotros" lo
que abunda es la ausencia de políticas de Estado y la falta de ejemplos
institucionales.
Con este libro
Federovisky destapa la verdadera realidad de los procesos más
contaminantes y perjudiciales para el medio ambiente que están teniendo
lugar en nuestros días: las subvenciones indirectas a los combustibles
fósiles, la explotación consentida de las selvas en distintos puntos del
planeta o la connivencia de gobiernos y gran industria.
"ECOLUDECES": MITO DE MITOS
En
los últimos veinte años, con el corte de cinta inaugural de la Era
Verde que supuso la Eco'92 de Río de Janeiro, crecieron de manera
paralela y exponencial los problemas ambientales y la cantidad de
charlatanes dedicados a explicarlos e ilustrarnos acerca de lo sencillo
que es resolverlos "si tomamos conciencia". La cantidad de diagnósticos y
propuestas de soluciones mágicas, sin embargo, resulta directamente
proporcional al empeoramiento de la situación. Llueven, no obstante, las
recetas y las invocaciones a cambios de conductas individuales que
garantizan una suerte de aproximación sucesiva a la felicidad ecológica.
Cual gigantesco manual de autoayuda verde, los medios de comunicación -y a veces las editoriales, los blogs y hasta las publicidades institucionales de empresas o las estrategias de marketing- están repletos de publicaciones que indican que la solución al desmadre ambiental estaría a la vuelta de la esquina. Pero nos demoramos en alcanzarla. Y nadie entiende bien por qué.
Cual gigantesco manual de autoayuda verde, los medios de comunicación -y a veces las editoriales, los blogs y hasta las publicidades institucionales de empresas o las estrategias de marketing- están repletos de publicaciones que indican que la solución al desmadre ambiental estaría a la vuelta de la esquina. Pero nos demoramos en alcanzarla. Y nadie entiende bien por qué.
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