"Hay montones de valores que se dan por
sentados. ¿En nombre de qué? En el fondo, ¿por qué la libertad,
por qué la igualdad, qué justicia tiene un sentido? ¿Por
qué preferir los demás a uno mismo?"
Ya de por sí, indagar
en la vida de esta escritora, es irnos recreando un bastión o coraza,
la cual ya en ocasión ella misma había referido, seria poderosa. Simone
de Beauvoir, siendo adolescente instituyó su propio blindaje, pero
a la vez dejo al claro cierta escasez de sí misma, una desposesión
moral y emocional. Rodeada de hombres notables, esto no le impedía
mostrar sus dotes intelectuales.
Profesora, feminista
y filosofa francesa deja mucho que decir de esta mujer que estuvo casada
con uno de los filósofos existencialistas franceses más destacado
del siglo pasado. Su pensamiento se enmarca dentro del existencialismo.
En cuanto al escrito
que nos toca hablar: Los Mandarines de Simone de Beauvoir, es sin duda
una de las novelas documentales escritas en los tiempos de posguerra
francesa más importantes. Ya desde el primer capítulo, los personajes
nos van contaminando con el aire en tiempo de posguerra, los hechos
que se vienen dando, al salir de ese estado de caos, como los personajes
van organizando sus fiestas, eso deja divisar, aunque sin vivirlo, el
estado en cual fue sometida psicológicamente a una población cuando
se vio envuelta en la guerra.
Los mandarines muestran
la atmosfera cultura y política de la guerra fría, pero a la vez,
deja al descubierto el estado situacional de los intelectuales y artistas
que pregonaban una autentica moral fundada en la responsabilidad del
hombre. Ahora, en el transcurso de la lectura, si hacemos un cruce de
personajes, nos daremos cuenta que hay una ocupación, pues al parecer
las figuras de Dubreulih, un célebre escritor y esposo de Anne, le
lleva muchos años y se encamina a la vejez, tiene de algún modo un
parentesco con Jean Paul Sastre, Anne, una psicoanalista entrado a los
cuarenta años busca de alguna manera recomponer su vida después de
la guerra, con Simone de Beauvoir y Henri Perron, un joven y atractivo
escritor, que vive a plenitud el acto creativo de la literatura y quien
es aclamado por el publico por su primera obra, con Albert Camus. Independientemente
de esto, la escritora imprime que no es una novela autobiográfica,
sino una evocación. Bueno nos iremos por su carril, aunque con dudas.
Es una excelente propuesta
de Beauvoir, donde los personajes reflejan el cruce de los acontecimientos
políticos, crean sus propios conflictos intelectuales y emocionales,
aunque los personajes cometen sus errores, pero lo asumen con responsabilidad
ante ellos y los demás: “soy responsable
de todos mis actos y nada puede evitar que tenga que rendir cuentas
ante mi mismo”
En sus manos os dejo…
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