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Años de indulgencia

Cuarta novela del volumen autobiográfico El río del tiempo. En esta oportunidad, el autor relata su viaje a Nueva York, tras su estancia en algunas ciudades europeas. La voz que narra es la del mismo ser irrespetuoso, inteligente y apasionado que aquí fustiga a un país en el que hasta los ríos son asesinos.


El río del tiempo es un gran fresco literario autobiográfico compuesto por cinco novelas: Los días azules, El fuego secreto, Los caminos a Roma, Años de indulgencia y Entre fantasmas.


«Un prosa furibunda, imprecatoria, apocalíptica, cuya desesperanza deja entrever una profunda ternura» Judith Steiner,
Les Inrockuptibles

PÁGINAS DEL LIBRO
     Levanten sus culos al aire, viejas del aquelarre: yo soy el Diablo. Soy y soy y soy y siempre he sido.
     Sí, sí, sí, sí, soy el Diablo. Nadie puede conmigo. En mi lugar ilímite, mi vasto imperio sin medidas ni confines hago lo que se me da la gana. Mi sortilegio, mi potencia mágica, mi poder de azufre los detento. Alcaldes, gobernadores, ministros, presidentes ante mí todos se inclinan y me besan el trasero. A cambio de su sumisión reverente, de arriba abajo los cobijo con mi manto: a toda la clientela roñosa, subiendo, bajando la escalera burocrática. ¡A un lado escobas! ¡Brujas del aquelarre, arre, arre!
     Por los senderos enyerbados del viejo cementerio se van mis pasos ebrios, sulfurosos. Ojos de búho y de lechuza desde los arrayanes pelones miran. ¡Qué! ¿No me conocen? ¿Qué me ven? Ven mis cuernos en el claro de la luna. Ah...
     Bubo bubo, búho bufo, búho bujo, búho bújaro, color rojo y negro calzado de plumas, de pico corto y ojos grandes, eres el búho real, el búho huraño, mi constante amigo, mi doliente hermano, criatura de la noche, bubónica prueba de la existencia de Dios, ¿digo mal? 
     -Este... Es que... No sé cómo explicarme... Es que yo ya no soy yo, ni soy la masa ni la levadura: soy el presidente Barco, un exabrupto.

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