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Una muerte corriente

Franz Lindner se queda mudo a raíz de un accidente en la serrería donde trabaja. Para comunicarse debe anotar todo aquello que pretende decir. Lindner está obligado a observar y a imaginar. E imagina un mundo que es mezcla de realidad y de delirio. Se narra a sí mismo y nos narra un entorno, una gente, un paisaje, en una sucesión desconcertante de episodios construidos a partir de una memoria personalísima y con una fuerza narrativa que no sabemos si atribuir a la locura o a la clarividencia.

Muerte corriente pertenece al ciclo Archivos del silencio, genial inventario literario de la realidad austríaca de la segunda mitad del siglo xx que Gerhard Roth ha publicado en siete volúmenes. Ofrecemos ahora por primera vez en español esta voz imprescindible de las letras germánicas actuales. 

EL CIRCO SALUTI
I
Cuando llega el circo, viajo a Wies para asistir a la función de noche. Como es natural, procuro ir acompañado de mi amigo, aunque no existe la menor posibilidad de conversación, pues soy mudo. Mi amigo tiene mi misma edad, estudia Derecho en Graz y debido a las prolongadas vacaciones universitarias y a los numerosos festivos religiosos visita con frecuencia nuestra casa.

     Tomamos cerveza en el pequeño y miserable café de Bundestrasse, y mi amigo charla con un trabajador del circo que, al despedirnos, nos promete esperarnos a la entrada.

     La carpa está montada detrás del nuevo almacén de los bomberos, al lado de la tapia del cementerio. Ya antes de verla la distingo en los charcos, porque he caminado con la cabeza gacha.

     -Ten la seguridad de que nos divertiremos -dice mi amigo-. Si no nos divierte la grandeza, lo hará la pobreza. De un modo u otro es lo mismo.

     No espera que le conteste. Solo cuando me enfado con él o mi opinión difiere en exceso de la suya emito un sonido o sacudo con energía la cabeza y escribo en un trozo de papel (que siempre llevo conmigo) lo que me conmueve.  

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