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Escritos sobre Foucault

Cuando Miguel Morey publicó Lectura de Foucault hace más de tres décadas, pretendía llevar a cabo ahí una revisión exhaustiva de todo el pensamiento foucaultiano. Luego aparecieron nuevos materiales, tanto en vida de Foucault como con el descubrimiento póstumo de un archivo inmenso, que dejaban a Morey frente a una descomunal tarea de puesta al día de su pensamiento. 

Escritos sobre Foucault recoge buena parte de lo dicho, escrito y pensado sobre Foucault por Morey a lo largo de estas tres décadas, con una diferencia importante respecto a Lectura de Foucault, el volumen que de alguna manera se completa y complementa con la aparición de este otro. Si en el primer caso se trataba de sugerir de manera puntual y esquemática una lectura que pudiera adentrar al lector en el complejo edificio conceptual foucaultiano, aquí Morey aborda e interpreta diversos aspectos que tienen que ver tanto con la obra de Foucault como con su recepción, impacto, críticas y polémicas. Así, Morey se interroga sobre su pertenencia o distanciamiento del movimiento estructuralista, su polémica con Derrida a partir del concepto de locura en Descartes, las afinidades con su amigo Gilles Deleuze, su acercamiento a la obra de René Magritte o las puestas en práctica de la teoría del poder de Foucault mediante, por ejemplo, su trabajo con presidiarios.
 
Se trata, en resumidas cuentas, de pasar revista al impacto de la vida y obra de uno de los pensadores más inquietantes y originales de los últimos tiempos, para seguir preguntándonos cuánto estamos limitados por nuestras propias estructuras, y hasta dónde podríamos modificarlas para imaginar realidades diferentes. Después de todo, como lo explica el propio Morey: «Si Kant construyó su crítica sobre la noción de limitación necesaria, la ontología histórica del presente de Foucault (su tarea de problematización, si prefiere decirse así) se lleva a cabo como una crítica práctica que se interroga, una y otra vez y desde siempre, por el franqueamiento posible de los límites. Entiendo que el suyo fue un pensamiento de y para la libertad, ante todo, y así he tratado de presentarlo».

PRÓLOGO
                                                                «El saber no está hecho
                                                                      para comprender, está hecho para cortar».

Se recopilan aquí una colección de textos sobre Foucault, que de algún modo trataron de dejar constancia en su momento de lo que iba logrando aprender, paso a paso y a lo largo de más de treinta años, no exactamente de la mecánica discursiva de su obra (eso es algo que cuando concluí Lectura de Foucault creía tener apuntalado ya en sus líneas maestras), sino de lo que, a partir de ahí, comenzó a imponerse como lo realmente importante de todo cuanto hizo dentro del espacio de lo pensable...

     Ni que sea porque treinta años son muchos años de trabajo, se comprenderá fácilmente que la selección de los escritos que componen este volumen no ha resultado sencilla, y sí a menudo muy incómoda, incluso dolorosa. Tener que desechar textos por los que siento un afecto especial (como mis intervenciones en la Rencontre Internationale de París, «Michel Foucault, philosophe», o en el primer Congreso Internacional de 2004, en Ciudad de México, por ejemplo) no ha sido fácil, pero me he visto obligado a ello. El criterio que orientaba esta selección era recopilar aquellos textos que de algún modo podían resultar complementarios (en tanto lo completaban, prolongaban o matizaban) del trabajo llevado a cabo en Lectura de Foucault, tanto en su detalle como en la intención. Es según este criterio que he tenido que dejar fuera de esta selección algunos textos que en su día me parecieron importantes, al igual que he tenido que redactar ex profeso para este libro algunos textos nuevos, partiendo de mis notas y apuntes, para llenar lagunas que se me hacían evidentes.

     En mayor o menor medida, todos los textos han sido corregidos o reescritos para esta ocasión, y cuando ha sido necesario se han actualizado las referencias bibliográficas y se han eliminado las repeticiones superfluas. Aun así, el lector disciplinado (aquel que comienza por el principio y, página a página, avanza hasta el final) se encontrará con algunas citas cuya repetición puede en alguna ocasión resultar fatigosa, y me excuso por ello.

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