Ir al contenido principal

Julia, o La nueva Eloísa

Título original: Julie ou La nouvelle Héloïse

Autor: Jean-Jacques Rousseau

Traductor: Pilar Ruiz Ortega

Editorial: Akal

Año de publicación:1760

Año de edición :2007

Número de páginas:832

Genero: Novela, Clásico, Ficción, Philosofia, Romance, Literatura


Este novela epistolar encuentra su trasfondo en la interpretación moral, la pasión amorosa, la retórica sentimental, la desigualdad social y que a través de elementos estéticos y filosóficos procura irradiar Rousseau, ya que tras instalarse en el campo en una pequeña casa, dicha casa la cual había sido reservada por su amiga la Sra. D’Épinay, siente el peso de la soledad y los años, decisiones como esta hizo que el punzante aguijón de la nostalgia sobrevolara con los recuerdos de amor para dar paso a los primeros garabatos de letras apasionadas sin intriga real, pero fue el primer picazo de partida para Julia, o La nueva Eloísa.


Una novela construida sobre una trama simple, es una de las grandes novelas de la literatura francesa, y una de las más importantes de la literatura europea, la cual a vista de águila sobre su espiral argumental, con sus intrigas, mal entendidos, tiene un mayor efecto interpretativa al tener un acercamiento a El contrato social, el Emilio o los Discursos. Una novela marcada por la estructura epistolar, es decir, por cartas entre dos o más personajes, la cual, siendo cartas, tienen como objetivos hacerla creíbles.


Julia enamorada de su tutor, Saint-Preux, un joven plebeyo sin fortuna, Julie d'Étange se convirtió en su amante. Su padre, negándose a este tipo de enredos, cambio las pretensiones de Julia obligándola a casarse con M. de Wolmar, un hombre treinta años mayor que ella. Este tipo de tensiones familiares produjo que hasta la madre de Julia muriera. Desesperado, Saint-Preux, y para olvidar esta ilusión amorosa tronchada por un padre que marca la división social, se ve involucrado en la expedición comandada por el Almirante Anson. Volviendo cuatro años más tarde, se sorprendió de ser recibido por los Wolmar en su dominio de Clarens, a orillas del lago Lemán, donde descubrió con asombro una propiedad administrada magistralmente, por una pareja armoniosa, una familia ideal. ¿Está muerto el amor? Julie, que se convirtió después de su culpa en una esposa y madre ejemplar, murió antes de que nada pusiera en peligro la felicidad de Clarens, pero confesando un sentimiento de que ni sus esfuerzos ni los años se habían debilitado.


Una novela de amor altamente irresistible y fatal, concebida como una totalidad, significado  y sentimiento, donde el primero trascendido por el segundo. Con personajes que en medio de sus sensibilidad, hay un tormentoso hecho. Podría terminar en una novela edificante. El rasgo genial es haber barrido todo esto: cuando el sueño parece a punto de hacerse realidad, Julie muere. La felicidad estable está prohibida al hombre, excepto con Dios, donde finalmente escapa de la contingencia. El amor triunfa, pero en "el otro mundo", protegido de las vicisitudes de la realidad. Así, la obra no fue negada, sino ampliada, y la coronación cristiana no tiene nada ficticio: a quien se le niega la pasión y a quien el orden interno de Clarens no ha traído apaciguamiento, sigue siendo la vida eterna, que finalmente dispensa el derecho al amor "sin crimen".


En lo personal, siendo una novela larga y estructurada a través de las cartas, hay momentos que te mueven a tomar ciertos respiros, claro para los románticos es increíble. Julia o La Nueva Eloísa debe su éxito a un público cuyas reacciones son conocidas por primera vez en la historia por cartas de oscuros admiradores. Porque todo el mundo ha leído la Julie, y a aquellos que no pueden permitirse comprarla, los libreros la ofrecen en alquiler. Y este público lee para dejarse llevar, devastado por la emoción. Letras asombrosas, que son solo espasmos y sollozos, delirio, lágrimas de ternura y felicidad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr

La extraña muerte de Fray Pedro

En 1913, el nicarag ü ense Ruben Dario presenta este cuento, el cual relata la historia de un fraile que muere en nombre de la ciencia. Un ser pertubado por el maligno espiritu que infunde la ciencia, el cual fragmentaba sus horas coventuales entre ciencia y oracion, las disciplinas y el laboratorio que le era permitido. Con este texto, Ruben Dario, deja en claro que la fe es un acto de fidelidad, que se sobreentiende en el corazón sin pasar por la cabeza. “No pudo desde ese instante estar tranquilo, pues algo que era una ansia de su querer de creyente, aunque no viese lo sacrilegio que en ello se contenia, punzaba sus anhelos” Toda la historia tiene lugar en el cementerio de un convento, cuya visita va dirigida por un religioso. la guia advierte a sus seguidores sobre la lapida de Fray Pedro, personaje central del cuento. Un personaje “flaco, anguloso, palido” e incluso de espiritu perturbado cuya desgracia se veia venir con su sed de conocimiento. El fraile persuade a

Donna Tartt, el vuelo entre la alta y la baja literatura

Por su primer título,  El secreto  (1992), Donna Tartt  (Greenwood, Misisipí 1963) recibió un adelanto de 450.000 dólares (el equivalente sería hoy una cifra muy superior), caso insólito en alguien que no había publicado aún nada. Antes de salir el libro, un  extenso perfil aparecido en  Vanity Fair  predijo la fama de la autora, anunciando la irrupción en el panorama de las letras norteamericanas de una figura que supuestamente borraba la distancia entre la alta y la baja literatura. Confirmando las esperanzas puestas en ella por sus editores, “El secreto” vendió cinco millones de ejemplares en una treintena de idiomas. Las críticas fueron abrumadoramente favorables, aunque no hubo unanimidad con respecto al diagnóstico de  Vanity Fair.  La primera novela de Donna Tartt es un thriller  gótico que lleva a cabo con singular habilidad el desvelamiento de un misterioso asesinato perpetrado en el departamento de lenguas clásicas de Hampden College, institución universitaria de carácter