El hallazgo del considerado primer cuento del autor de ‘El patito
feo’ arroja nueva luz sobre su obra ‘La vela de sebo’ pudo ser escrito
por su creador cuando tenía 18 años.
Años antes de publicar La sirenita, El patito feo, La pequeña cerillera
y centenares de relatos que lo convertirían en un clásico de la
literatura infantil, un joven Hans Christian Andersen concibió la
historia de una vela que no hallaba su lugar en el mundo hasta que una
caja de cerillas acudió a su rescate, iluminándola y dotándole de todo
su sentido. El primer cuento que escribió el entonces estudiante danés
ha permaneció inédito durante casi dos siglos, hasta su reciente
descubrimiento en un archivo familiar. Un hallazgo que ha sido
calificado de “sensacional” en su patria natal.
El historiador local Esben Brage localizó el manuscrito hace apenas
dos meses y, a pesar del corto espacio de tiempo transcurrido, diversos
conocedores en la obra de Andersen (1805-1875) acaban de validar su
autenticidad. Es el caso de Ejnar Stig Askgaard, principal responsable
del Museo de la Ciudad de Odense (la ciudad danesa donde apareció la
copia a mano del texto de Andersen) y experto en la obra del escritor.
“Sin duda, este cuento de hadas debe ser contemplado como el relato más
temprano de todos los escritor por Hans Christian Andersen; en él, el
joven autor nos habla de la importancia que tiene la autenticidad de las
cosas, la autenticidad del interior de nuestra mente frente a la poca
trascendencia de la apariencia externa de las cosas”, explicaba ayer
Askgaard a este diario.
Bajo el título The tallow candle narra la historia de esa
vela de sebo decepcionada por el abandono y la incomprensión, pero que
finalmente logra hallar su lugar en el mundo. Junto al enorme valor de
tratarse del primer título del célebre cuentista, su hallazgo demuestra
que el futuro novelista y poeta estaba interesado en el género infantil
desde su juventud y bastante antes de conocer la fama. Así lo
sostuvieron ayer algunos de los mayores expertos en la obra de el
creador de El soldadito de plomo, entre ellos el mencionado Ejnar Stig Askgaard, quien expresó al diario danés Politiken su absoluta certeza sobre la rúbrica de La vela de sebo.
Escrito en tinta sobre papel amarilla, el documento fue encontrado en
el fondo de una caja que contiene parte de los archivos de una familia
danesa, los Plum. No se trata del primer original escrito por Andersen,
sino de una copia que encierra una pequeña historia (real). Durante su
niñez, el autor contaba sus confidencias a la viuda de un vicario, Madam
Bunklefod, a quien años más tarde quiso dedicar su primer cuento: “Para
Madam Bunklefod de su devoto H. C. Andersen”, reza la inscripción que
el joven adjuntó el manuscrito. La familia heredera de la dama hizo una
copia del mismo (en la que también incluyó aquella dedicatoria del
autor) y la envió a unos familiares cercanos, los Plum, en cuyo legado
ha permanecido desde entonces. Nadie había reparado en ella y en el
valor que encerraba, hasta que tan solo hace unas semanas, el
historiador danés Esben Brage dio con lo que en principio parecía un
simple pedazo de papel.
A decir de los expertos que han examinado minuciosamente el texto, el
relato de la vela carece de la calidad y madurez de otras obras que
grabaron en mayúsculas el nombre de H.C. Andersen, pero nos abre una
importante ventana a sus primeros pasos en el arte del cuento. La
pequeña y entrañable historia de la vela fue probablemente escrita entre
1822 y 1826, esta última fecha tres años antes de que el escritor
sellara su debut literario. Sucedió a aquel estreno una extensa obra
jalonada, entre otros, por más de 160 cuentos, por títulos como Las zapatillas rojas o El traje nuevo del Emperador que han sido y siguen siendo leídos por generaciones y generaciones de niños.
El hallazgo del manuscrito permite sumar un nuevo título a la
dilatada obra de un autor universal. “Se trata de un cuento muy
moralista, bastante sentimental y sobre todo consigue que un objeto
material cobre plena vida”, valoró para el diario The Guardian
la autora británica y especialista en cuentos infantiles Sara Maitland
sobre el relato del inocente encuentro entre una vela y una caja de
cerillas que logra insuflarle las ganas de vivir. “Es un relato muy, muy
Andersen, no conozco a otro escritor que sepa conseguirlo de ese modo”,
apostilló una Maitland que se declaraba extraordinariamente sorprendida
por el hallazgo: “¿Cómo ha podido ese cuento estar tanto tiempo
escondido en una caja? Me fascina que nadie lo haya descubierto antes,
cuando el mundo está lleno de expertos en la obra de Hans Christian
Andersen”.
El País
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