Título original: El idioma de los recuerdos
Autor: Antonio Gómez Rufo
Editorial: S.A Ediciones B
Año de publicación: 2019
Año de edición : 2019
Número de página: 384
Genero: Novela
Siendo un egresado de la facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Complutense, Antonio Gómez Rufo, un escritor versátil, porque en su haber como escritor toca muchos géneros, pero en lo que respecta a esta novela, El idioma de los recuerdo, una novela que evoca el pasado a través de los recuerdos, que de algún modo sirve como vehículo para reconstruir el presente de los hechos que en la lejanía el personaje principal arrastra, y donde dichos recuerdos se entrecruzan con la literatura y amor en la Madrid de la posguerra, una época terrible de la historia de protagonista.
De entrada debo decir, que el autor se ve precisado a iniciar su novela bajo el marco de la atemporalidad. Un hombre, colmado por la edad, específicamente 77 años es provocado por los recuerdos de culpabilidad por un hecho cometido, ha matado a dos hombres muy cercano a el, su hermano y su mejor amigo, pero no es hasta el final de la novela, que esta muerte, mas que un muerte provocada, es un resbalón que termina con la vida de Calatrava, cuando éste último abofetea a su mujer, Elena, y éste se da con un esquinero de una mesa y se desangra. Son recuerdos, que aunque no lo atormentan, porque habían razones, según él para hacerlo, pero son recuerdos que le llegan en la habitación de un hotel en una noche pesada de soledad. “No me inquieta ese recuerdo, no; en cambio, lo que pienso ahora es que la noche debería estar prohibida. Que la soledad debería estar prohibida. En consecuencia, que la noche pasada en soledad no debiera existir. Es aterradora, sí. Le tengo miedo.”
Estos recuerdos le llegan, como dije anteriormente, alojado en la habitación de un hotel en el año 1999, cuando en una pared blanca comienza a dibujársele aquellos pensamientos que duelen como la peor noticia, como un presentimiento de muerte. “Luces rojas en el cielo. Sirenas. Aviso de bombardeo. Peligro. La gente corriendo hacia los refugios de las bocas del Metro, o sin correr, habituados a la amenaza de cada día. Estábamos tan acostumbrados…
Era 1939. Era Madrid. Y un día, como se esperaba, acabó la guerra. Puede que fuera el 1 de abril. O el 2. Es igual: para mí fue igual que si fuera domingo.”
Una novela ambientada en dos tiempo 1936 y 1999 y en dos lugares diferentes. Tomando el
final de la Guerra Civil, como el punto de partida de la novela, mostrando el deterioro de la sociedad española, el odio, el hecho de venganza. Una hermano mayor, Julián, que era parte de órgano publico, ocupando la dirección de un oficina, siendo falangista, ese odio por los de izquierda, llegaba hasta el hogar de Vicente, el principal personaje, donde destierra a su madre y la envía a un asilo, terminado esta tirándose por una ventana. A Vicente en muchas ocasiones lo maltrataba psicológicamente. A Francisco, que en tiempo de hambruna era la fuente de alimentación, pues este tenia en su juventud estaba enamorado de la abuela, pero al llegar Julián, se la cogió con el, hasta enviarlo a la cárcel. Elena la esposa de Vicente, que para ese entonces comenzaba a ser novia, también fue victima de Julián. Y es aquí donde se da todo este periplo de odio hacia Julián, el cual termina muerto a mano de Vicente, cuando Vicente y Elena deciden marcharse de Madrid, y tratando de impedirlo, Vicente le da muerte.
Es una excelente novela, con un buen manejo de los diálogos, donde cabe destacar el uso de muchas citas de esos autores y libros que fueron centro de refugio en la vida de Vicente. El protagonista que utiliza el monologo interior para ir tejiendo su concepto de la vida, los recuerdos. Una novela histórica donde los vencidos y vencedores no retoman sus vidas en la mismas condiciones. Los vencidos no volvieron a vivir sin mirar atrás mientras que los Vencedores vivían vidas regaladas mientras perseguían a aquellos que no pensaban tal y como se suponía que debían pensar.
En sus manos
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