Título original: Aquiles en el gineceo, o Aprender a ser mortal
Autor: Javier Goma Lanzón
Editorial: Taurus
Año de publicación:2007
Año de edición : 2014
Número de página: 226
Genero: Ensayo, filosofía
Es el segundo libro de la Tetralogía de la ejemplaridad: Imitación y experiencia, Aquiles en el gineceo, o Aprender a ser mortal, Ejemplaridad publica y Necesario pero imposible. Para la realización de este libro, Lanzón tomó como base de su camino interpretativa sobre la ejemplaridad el mito griego, con uno de su mayor representación, Aquiles. La transición del yo para establecerse como un ente individual ejemplar.
El gineceo era la estancia que poseían las grandes casas de la antigua Grecia, de uso exclusivo de las mujeres de la casa. Este fue el lugar de estancia de Aquiles durante su adolescencia, el cual disfrutaba de todos los beneficios antes de abandonarlo para irse rumbo la batalla de Troya y pasar a ser un inmortal entre los dioses. Y esa aquí donde Lanzón lo coloca como una pieza ejemplarizadora, esa decisión, de estar rodeado de la seguridad que le brindaba el gineceo a ir a enfrentare con el amargo rostro de la muerte en la batalla. Esa transición, esa decisión de elegir ser mortal para ser inmortal, y precio que solo lo lograba a sangre y espada. Hubiese muerte en gineceo, pasaría como uno mas sin historia, pero decidió ponerle nombre a la historia al abandonar el gineceo, y es un camino que todo ser humano recorre en la vida, si por si, nuestros padres nos hacen ver el mundo, lo vemos desde la comodidad, pero el mundo se experimenta desde adentro, y esa es la transición del gineceo de tu casa al campo de batalla que es el mundo. Así como Aquiles aprendió a ser mortal, nos obligamos a ser mortales para ser individuos.
Lanzón se hace la pregunta por qué Aquiles eligió entregar su propia vida participando en la guerra de Troya en vez de aceptar la protección del gineceo de Esciros, que lo mantiene ajeno a la experiencia, parte del mito, de una narración arquetípica y ejemplar porque en su origen se manifiesta una visión de la ejemplaridad, de la excelencia. Aquiles, sabedor de que el oráculo auguraba su heroicidad y muerte si se enrolaba con la armada griega contra Troya, acepta su mortalidad (hijo de Tetis, una diosa, pero también de Peleo, un mortal) y, a cambio, su imagen trascendente: la inmortalidad de su ejemplo. Esta entrega es un hecho que promueva a la experiencia de la vida, que en este caso se da en lo político. La experiencia se da en el estadio de la ciudadanía y por lo tanto, siendo mi vivencia de dicha temporalidad, forma parte de mi dimensión de ciudadano. Quizás Javier Gomá –que a veces conceptúa (sin duda estratégicamente) con alguna vaguedad y en otras delimita tajantemente– exagera al afirmar que “al ser ciudadanos, experimentamos que somos mortales” (y morales): creo que la sospecha de la muerte de los otros (y de la propia) comienza en la infancia y desemboca de manera trágica en la adolescencia, el estadio (por utilizar su vocabulario) en el que nuestra más exaltada subjetividad percibe (y de ahí que sea una “estación violenta”) lo
inexorable de la muerte. Gomá introduce otro concepto: el paso del gineceo a la polis supone la aceptación de que somos una fuerza de trabajo: en definitiva, un momento sustituible de la gran cadena de lo social, en la que perdemos “el propio yo para encontrarlo transformado en obras”.
De la Tetralogía de la ejemplaridad, solo he leído Necesario pero imposible, y este, que no es el orden como el escritor exhorta a leer la tetralogía: 1. Aquiles en el gineceo, o Aprender a ser mortal
, 2. Ejemplaridad publica 3. Imitación y experiencia, y 4. Necesario pero imposible Es un autor que se debe leer sin mucha prisa, siempre y cuando haya tenido lecturas previas, pues son de estos escritores que no te dejan respirar porque su prosa es de continuo, con una gran extensa y profunda investigación que invita. Es un excelente texto, así como el otro que leí, de un filosofo con una excelente formación.
Comentarios