Madrid, 11 mar (EFE).- Al colombiano Juan Cárdenas no
le queda ápice del realismo mágico, de hecho no le interesa, pero con su
propuesta literaria, una experiencia radical e intensa, se ha
convertido en un autor necesario para entender la realidad de su país,
como muestra "Los estratos", una lupa sobre la desigualdad.
Un novela donde la realidad alimenta a la literatura y al revés,
donde el lenguaje se convierte en una superficie acolchada en la que
rebotan todos los acontecimientos que le suceden al supuesto
protagonista: un hombre, una voz, que está interferida, a su vez, por
otras muchas voces, y por donde su infancia, familia y matrimonio
también se descomponen.
Y todo ello con Colombia como territorio sin nombre -como las cosas y
los personajes- y protagonista de la tercera novela de Juan Cárdenas
(Popayán, 1978), quien reside en Madrid desde 2008, cuando vino con una
beca de creación en la mítica Residencia de Estudiantes.
Desde entonces, idas y venidas a su país, un lugar que lleva tatuado,
o del que es rehén, como él mismo dice en una entrevista con Efe y
parafraseando a Fernando Vallejo.
"Una vez escuché una conferencia de Vallejo en que leía una carta a
los niños de Colombia y les decía:'algún día ustedes se irán del país,
como yo, a estudiar o trabajar. Se irán a Venezuela, Europa a Estados
Unidos o donde sea, pero quiero que sepan que el fantasma de Colombia,
les va perseguir, con sus muertos, sus pesadillas políticas', y eso es
exactamente lo que me pasa a mí", explica con humor el autor de
"Zumbido".
Así, Cárdenas ha construido una realidad literaria y filosófica en
"Los estratos", publicada por Periféricas, en la que denuncia la
desigualdad, no solo en Colombia, sino en todo el mundo afectado por "un
capitalismo salvaje".
"En Colombia, en sentido literal, existen los 'estratos'. Según el
barrio donde vivas perteneces a una clase social y te llegan los
impuestos con unos papeles que pone estrato, 1, 2 ó 3, en fin, el que
sea. Digamos que es una manera de oficializar las castas y es una
herramienta de control social", subraya el autor.
En este sentido, Cárdenas sostiene que esta diferencia por estratos
en Colombia y en todo América Latina, no solo afecta a un nivel familiar
o social.
"Por ejemplo -aclara- mi abuela, que es una persona humilde pertenece
no sé si al estrato 2 y mi padre, que es un nuevo rico, al 5, y no es
solo una clasificación, va más allá y tiene un efecto en todo lo que uno
es, en su cuerpo, en toda la materia, en su intimidad, en la sexualidad
incluso", precisa.
Y la intención de Cárdenas en este libro es crear una especie de
maquinita, "una especie de artefacto que sea capaz de ir atravesando
todos esos estratos que obviamente están ahí fuera -dice-, en la
realidad, pero también dentro de la vida de cada uno".
Para entender esa realidad colombiana y latinoamericana a Juan Cárdenas le ayuda mucho estar ahora en España, asegura.
"Me sirve mucho estar aquí, y me doy cuenta que se tiene una
incapacidad para entender lo que pasa en América Latina y al revés, pero
algo se está moviendo y todo lo que está pasando políticamente en
Latinoamérica es muy interesante", añade.
"Todos estos procesos de las nuevas izquierdas que está sucediendo
allí los sigo con mucho interés -continúa-, y me parece sumamente
positivos, más allá de las contradicciones que pueda tener, y el tema de
Chávez es muy claro, es una figura incómoda para Europa porque les
despierta viejos fantasmas".
Cárdenas considera que en Europa siempre se ha asociado populismo con fascismo y "este es el trauma del fascismo europeo".
"Europa con el populismo tiene la excusa perfecta para aplicar sus
políticas liberales y su economía de mercado del FMI, por eso cuando
sale una figura tan problemática y compleja como Chávez conviene
caricaturizarlo; pero a pesar de sus contradicciones y meteduras de
pata, es mucho más interesante, no es solo populismo", concluye
Cárdenas".
Carmen Sigüenza.
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