Autor: Jean-Jacques Rousseau
Traduccion: Amaya Garcia Gallego y Maria Teresa G
Editorial: Alfaguara
Año de publicación: 1782
Año de edición :2016
Número de páginas:240
Genero: filosofía, Nonfiction, Ensayo, Biografía, Memoria, Clásico
«Así que aquí estoy solo en la tierra, sin más hermano, vecino, amigo, compañía que yo mismo»
En la postrimería de los años, cuando apenas nos sentimos en la necesidad de recoger aquellas hojas que el tiempo a dura penas nos ha dejado coleccionar, fue el incitado momento, cuando Jean Jacques Rousseau, ya anciano, en pobreza, pero famoso por sus escritos en toda Europa, deja a los postreros días sus confesiones, las ensoñaciones, mirando atrás las historias de vida, explicando la naturaleza de que estaba hecho. En la soledad consigo mismo, haciéndose una introspección, deshilando el carrete de los recuerdos que disperso en su memoria deja gotear, lo concibe como un acto mismo de conocerse a sí mismo, acto reflexivo donde los males reales ya poco hacen, aunque lo admite, pero no los que teme.
«Desde entonces me he resignado sin reservas y he encontrado la paz»
Más allá de sus actos reflexivos, son los paseos del ensueño convertido en la expansión del ser, del coloquialismo, del contacto con la naturaleza por el cual puede percibir la felicidad en la pura conciencia, que en sus fueros internos se nota un Rousseau más romántico, alejado de su filosofía política y más apegado a una antropología romántica. Desde este aislamiento, se nos revela con total brillantez la naturaleza de su discurso sobre el origen de las desigualdades entre los hombres.
«Todo ha acabado para mí en la tierra. Ya no me pueden hacer ni bien ni mal. Ya no me queda esperar ni temer nada en este mundo, y heme aquí, tranquilo en el fondo del abismo, pobre mortal infortunado, pero impasible como Dios mismo»
Las ensoñaciones de un paseante solitario es un texto al cual lo tendré como retorno, pues te invita a ver ese lado humano de Rousseau, donde se ve enojado con la gente y el mundo que lo rodea, ese rechazo reaccionario del mundo considerándolo corrupto. Te da la impresión de quejarse y amargarse frente la gente, pero a la vez aliviana su discurso cuando se encuentra con la naturaleza, sus palabras son más tranquilas, hay un cambio de tono, se hace agradable su lectura, prefiere a la naturaleza que a las personas. Cada paseo nos transportará a un ensueño diferente donde la filosofía contada en forma de diario de vida, le permite al autor a los individuos, a la sociedad y a si mismo.
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