Autor: Walter Scott
Editorial: Penguin Clasicos
Año de publicación: 1819
Año de edición :2017
Número de páginas:584
Genero: Ficción, Novela, Clásico, Literatura, Ficción histórica,
“ «Scott nos inventó a todos”
Simemon
Siendo la primera novela que Walter Scott escribió que no se habitúo en Escocia, bien registrada tiene la pinta de caos de la política y su accionar. Un férvido odio prescribe entre sajones y normandos, por una parte, la arrogancia trasluce por los segundos al sentirse superiores, pero más aun en crueldad e injustica. Un rey que se hace el ausente ante un pueblo que busca justicia fomentando en incremento un odio social, incendiando las pajas proclives a alterar el clima. Ladrones y forajidos infectan todos los bosques, los disturbios están a la orden de día. Scott nos presenta una sociedad descontenta y oprimida.
Este texto, uno de mi vuelta a los clásicos, al principio no me resulto del tanto, en esta segunda lectura, algo tortuosa, pues en su momento me vi obligado a parar para más luego retomarlo, he visto con otros ojos de lector al texto. Si algo he de notar, detrás de todo el texto hay una palabra que maquina en la sombra: el despojo. Todos los principales personajes sufrieron del algún modo el capricho del despojo, un Robin de Locksley fue despojado de sus tierras, el mismo Ivanhoe fue desheredado.
Si bien es un texto que ha gozado de admiración por otros escritores como el caso de Mark Twain, quien vio como un curioso ejemplo del poder de un solo libro para bien o para dañar, se muestra en los efectos forjados por Don Quijote y los forjados por Ivanhoe. El primero barrió la admiración del mundo por la caballería y otro la restauró. En cambio, G.K. Chesterton lo consideró un autor descuidado y defectuoso. Teniendo en cuenta los pros y contra, Ivanhoe es considerada la novela histórica por excelencia, por el hecho de que muchos llegan a decir, que sin ella no habría existido probablemente Los tres mosqueteros, Nuestra señora de Paris o Los pilares de la tierra. Personajes legendarios cruzan todo el texto, Robin de Lockesly, Robin Hood, que en el caminar resulta ser amigo de Ricardo Corazón de León, el rey plantagenet. Ricardo y su hermano, Juan Sin Tierra, que le arrebata el trono, mientras su hermano izaba las banderas de los cruzados, junto a los reyes Felipe II Augusto de Francia y Federico I Barbarroja de Alemania.
Si hay un emergente hecho, que es innegable en el texto es el de los conflictos amorosos de Ivanhoe y Lady Rowena, de quienes la política es un aguijón separatista. A esta dupla se une Rebecca de York que ama a Ivanhoe, un amor imposible, una mujer judía que fue defendida por Ivanhoe contra un cargo de brujería.
El valor del texto radica en la hábil combinación de la realidad histórica, el romance caballeresco y todas las aventuras que hizo brotar Scott en el texto. Un texto que se adaptó a los escenarios. Un caso particular es que, en Londres, si había cuatro espectáculos teatrales al mismo tiempo representando la obra, los cuatro se diferenciaban por la escena que mostraban. El libro ha sobrevivido aun después de la muerte de su autor, pues fue fuente de inspiración a unas series de novelas medievales. Ha pasado por las aguas del comics, películas, películas animadas, series de televisión, todos los formatos posibles.
Personalmente es un texto de una lectura paciente, se hace algo tediosa, pero detrás de ese tedio bien puede encontrarte con un humor que rompa el hielo, aunque siga sobre el caballo. La primera vez que lo leí, lo hice por pura necesidad de saber sobre el texto, hoy volví para cumplir por un programa de lectura.
Comentarios