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Glosa

Título original: Glosa

Autor: Juan José Saer

Editorial: Seix Barral

Año de publicación:1985

Año de edición :1995

Número de página:288

Genero: Ficcion, Novel, Literatura

 

En un recorrido por algunos libros que tengo en agenda me encontré con este texto del escritor argentino, el cual ha sido ubicado dentro del grupo de escritores que abordan la literatura no solo como creadores, sino también desde una función metaliteraria, ligada al mundo académico. Cabe decir, que las primeras páginas me encontraba en una isla sin saber donde ir, pero a medida que me fui internando entre sus bosques, que el autor fue entregándome pista para ir de la mano con lo que intenta narrarnos, dije y que es esto que escribió, donde una simple pregunta: ¿qué pasó en el cumpleaños del poeta Jorge Washington? Y es este mundo dos de sus personajes, a través de 21 manzanas o cuadras caminando, la cual no le toma una hora harán su del recuerdo o lo que escucharon de otro decir, lo que paso en ese cumpleaños se tejera toda la novela.

 

Un libro publicado en 1985 por Juan José Saer, del cual por el mismo termino de la palabra Glosa, nos deja a lugar a la paradoja de lo tan accesible que nos resulta ser la experiencia a través de las palabras que la evoca, para así traer una serie de expresiones inamovibles y simplificadas. Glosa podría ser algo que se cuenta sin importancia, sino como se cuenta, la imposible narración de lo vivido. Y si es por esto, tanto El Matemático, uno de los protagonistas, el cual cruza, en compañía de Ángel Leto, el otro, por la céntrica Avenida de San Mártir de la ciudad de Santa Fe, donde la casualidad dio al traste para dar respuesta a la pregunta antes formulada, y es aquí que ambos comienza a tejer las respuesta más cercanas a aquella inquietud. 


“Luego, por la absoluta casualidad, se encuentra con el segundo protagonista, el personaje El Matemático. Para cuando ambos personajes se encuentran, ha pasado no pocas paginas y se han expuesto señales importantes acerca del dispositivo de la novela. En esa extensión de papel, en la que sin embargo ha transcurrido en la historia unos pocos minutos y Ángel Leto no ha llegado aun a la miga de la segunda cuadra de su caminata, el narrador saeriano, fugándose a través de los pensamientos o los estados inconscientes del caminante, de los que tiene un conocimiento aun mayor que el propio personaje, ha hecho ya sus primeras anotaciones al margen: nos ha empezado a contar la historia de Leto, de su madre, de su padre. Empezamos a entender por que la novela lleva el titulo que lleva: como las glosas que, tal cual informa servicial el diccionario, aclara o explica un texto principal, el narrador apuntara anécdotas que expande lo que nos cuenta.

Más allá de algunas criticas, que hablan de fragmentos repetitivos en la novela, de párrafos sumamente largos, del fraseo suspendido , de las piruetas interminables, veo en Saer todo un escritor al cual debe prestar atención a cada detalle, si pasaste por alto aquella caminata de 21 cuadras, fácilmente creerá que lo que dialogan ambos protagonista lo están conversando en encuentro diversos, como dijo un escritor, una estrategia en vaivén que revela una intención: desenmascarar los automatismos de la lengua, de desbancar lo obvio, de no dar nada por supuesto. Es un texto que nos lleva a constituir, lo que conversamos como una construcción de la  experiencia, de la historia, unas cercanos otras que se fundamentan en el cacareo. 

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