Título original: The bitter taste of victory
Autor: Lara Feigel
Traducción: Jordi Beltran Ferrer
Editorial: Tusquests Editores SA
Año de publicación:2016
Año de edición :2016
Número de página:544
Genero: Historia, Nonfiction, Política, Guerra, Cultura, Arte
“dado que las guerras empiezan en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben construirse las defensas de la paz». ”
En tiempo de guerra, asumir la derrota por el derrotado es un asunto lúdico, de ensueño esperanzador, de que aun se puede seguir, sin importar aquella última bala solitaria en la recamara para hacerle frente al enemigo, pero aun peor, escuchar el horroroso sonido de dos o tres adulones que le hacen el juego al fracasado para llevar a un estado critico a un pueblo agónico a su extinción, nada mas real que lo sucedido con Alemania y el monstruo que parió.
El amargo sabor de la victoria es una muestra compleja vista a través de los escritores y artistas tras la derrota de Hitler y sus secuaces, y como es común en todo Estado el cual ha sido sometido a los contantes embaste de una guerra, estos protagonistas de libro, no iban a plasmar su experiencia bajo las circunstancias de bellas flores, sino en la afinidad de los escombros por la cual fue sumergida en un abismo de horror a Alemania. Ciudades reducidas a escombros, los que eran calles pintadas con cadáveres enterrados con bombas, los brotes de enfermedades que circulaban en los pocos vivos, las violaciones e inanición. Lee Miller, George Orwell, Ernest Hemingway, Martha Gellhorn, WH AUDEN, Billy Wilder, Marlene Dietrich entre otros pueblan este libro con sus experiencias de la posguerra. Pero cabe destacar el papel desempeñado por Thomas Mann, que aunque en la lejanía buscaba la reconstrucción de Alemania, pero aun mayor es la historia que hay detrás de sus hijos, que este libro describe, es para sacar aparte y leer la vida de esos personajes.
“Teníamos un vocabulario para describir ciudades bombardeadas», dijo, pero ahora palabras como «dañadas, voladas, calcinadas, destruidas, rotas» y términos como «escombros, pared derruida, ladrillos, obra de albañilería, vigas dobladas, vigas caídas» se habían vuelto superfluos. No había «daños» porque la cosa dañada misma había desaparecido.”
El fracaso de las potencias que se diputaron el papel alemán ante la creciente crisis Alemana, inspiro a la nueva idea de que los aliados estaban perdiendo la victoria, pues en la sombra al parecer Alemania, aunque estaba agonizando, aun había señales de vida de que comenzaban de que estaban ganando al paz, aunque en el bando contrario los conflictos no cesaban. El papel de la cultura, la participación de los alemanes, culpable o no, de todo lo sucedido, el relanzamiento de la vida social en la devastada Alemania con la puesta en escena de obras teatrales, la apertura del cine, entre otros temas son tratado en este libro.
Leerlo me recordó mucho a otros títulos leído: Regreso a Berlín 1945 a 1947 de William Shirer. Soldados del Tercer Reich de Sönke Neitzel y Harald Welzer. Dresde 1945 Fuego y oscuridad de Sinclair McKay entre otros titulo. Aunque no todo es color rosa, el libro a veces se pierde en chismes de los periodistas y escritores, que pueden desviar del objetivo del libro.
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