Ir al contenido principal

Inventar en el desierto

En Piedrabuena (Ciudad Real), hace ciento y pico años pasaban cosas muy raras: un tal Sánchez se fue a Estados Unidos y al volver montó en el pueblo una fábrica revolucionaria (porque fabricaba un aparato para ver a la gente por dentro y porque pagaba sueldos justos; una de estas dos cosas es revolucionaria todavía hoy). Por esos años cundió también la monomanía de diseñar y fabricar el submarino perfecto: con periscopio o sin él, a hélice o a brazo, para recuperar el imperio o para mariscar. La cosa, en el caso de Peral, Monturiol y otros, acabó en naufragio, aunque tuvieran a Julio Verne de su parte. No nos olvidamos tampoco de un sabio llamado Cervera que, hasta donde sabemos, es posible que inventara la radio. Y ya puestos a innovar, nada como lo de aquel señor cura de Segorbe (Castellón) que hacía música electrónica y diseñaba sintetizadores mientras Franco andaba por ahí bajo palio.
Ni santos, ni visionarios, ni locos: genios españoles. En medio de la nada, o en un país que los saludó como a reyes y los olvidó como a mendigos.
Con una historia que merece ser contada y leída... por aquello de conocer el pasado y repetirlo un poco menos.
Prólogo:
No es país para ciencia
Los años de crisis han tenido un curioso efecto colateral en los medios españoles: el aluvión de redescubrimientos de inventores olvidados. En el verano de 2013, hubo una cascada de publicaciones, incluidas sendas series en El País y en el periódico digital Materia. Y el fenómeno aún continúa: un conocido programa televisivo que ha hecho del misterio un filón ha encontrado huecos para inventores como Mónico Sánchez y Emilio Herrera Linares. Quizá porque considera que es un fenómeno paranormal que algún español haya inventado nada.
Eso no era impedimento para que en España siguieran siendo noticia cosas simplemente inauditas, como la inauguración, en febrero de 2013, del Centro de Interpretación de las Caras de Bélmez, construido en el municipio jienense no solo con el apoyo de su alcalde (del psoe, el mismo partido que paralelamente criticaba al gobierno del pp por los recortes en investigación) y del presidente de la diputación, sino también gracias a una generosísima aportación de los Fondos Europeos de Ayuda al Desarrollo, Feder. En total, 850.000 € de inversión, el 75% de los cuales procedía de Europa. Y eso, en un momento en el que el gasto público se encontraba desplomado en nuestro país y centenares de investigadores tenían que abandonar sus proyectos, buscar continuidad en el extranjero o recurrir incluso a novedosas fórmulas de microfinanciación como el crowdfunding, otra palabra que aprendimos gracias a la crisis.

Al primer embate de la recesión, habíamos redescubierto que España no es país para ciencia. El efímero espejismo que supuso el incremento en la inversión en investigación de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y algunas de las autonomías más gastadoras pronto reveló que era eso, un espejismo. Luego supimos que tampoco la ciencia y la tecnología habían escapado a las desviaciones de la cultura del pelotazo. Igual que se habían construido aeropuertos sin aviones o faraónicas estaciones de ave por las que pasaban apenas unas decenas de personas al día, se habían construido centros de investigación con un dispendio excesivo en el edificio, lo que luego obligó a recortar gastos en los proyectos. Y de la misma forma en que se inauguraban museos firmados por reputados arquitectos, para luego tenerlos vacíos porque nadie había pensado qué iban a albergar, así también tenemos aún instalaciones infrautilizadas, que nunca han llegado a demostrar que nos construyeran por error.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Grandes esperanzas (Fragmentos)

«En el primer momento no me fijé en todo esto, pero vi más de lo que podía suponer, y observé que todo aquello, que en otro tiempo debió de ser blanco, se veía amarillento. Observé que la novia que llevaba aquel traje se había marchitado como las flores y la misma ropa, y no le quedaba más brillo que el de sus ojos hundidos. Imaginé que en otro tiempo aquel vestido debió de ceñir el talle esbelto de una mujer joven, y que la figura sobre la que colgaba ahora había quedado reducida a piel y huesos. [...] ―¿Quién es? ―preguntó la dama que estaba sentada junto a la mesa. ―Pip, señora. ―¿Pip? ―El muchacho que ha traído hasta aquí Mr. Pumblechook, señora. He venido a jugar... ―Acércate más, muchacho. Deja que te vea bien. Al encontrarme delante de ella, rehuyendo su mirada, observé con detalle los objetos que nos rodeaban, y reparé en que tanto el reloj que había encima de la mesa como el de la pared estaban parados a las nueves menos veinte. ―Mírame ―me dijo miss...

Los primeros exámenes confirman que Pablo Neruda padecía un cáncer avanzado

La historia oficial señala que el premio Nobel de Literatura Pablo Neruda murió a las diez y media de la noche del 23 de septiembre de 1973 en la clínica Santa María, de Santiago de Chile, a causa de un cáncer de próstata. Sin embargo, Manuel del Carmen Araya Osorio, el chofer chileno que trabajó a su servicio durante sus últimos meses, declaró en 2011 que murió envenenado mediante una inyección letal que le aplicaron en el estómago durante su convalecencia en la clínica, 12 días después del golpe de Estado que perpetró Augusto Pinochet. Tras conocerse la declaración del chófer, el Partido Comunista de Chile presentó una querella para conocer la verdad sobre la muerte de quien tal vez fuera su militante más conocido. Finalmente, los restos del poeta fueron exhumados el lunes 8 de abril en el balneario de Isla Negra, a la orilla del Pacífico, a 100 kilómetros de Santiago de Chile. Ahora, los primeros exámenes radiológicos y de tejidos orgánicos entregados al juez Mar...

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr...