Ir al contenido principal

EUREKA

"¡Lo encontré!" en castellano, tiene su origen en mismo griego Eureka, Eureka! o Heureka exclamación atribuida al ilustre matemático y físico Arquídemes, quien naciera en Siracusa (Sicilia) hacia el año 287 a.c.

Inventor de tornillo sin fin, los espejos ustorios, la polea movible, la rueda dentada, formuló la teoría de la palanca y determinó las leyes de equilibrio y centro de la gravedad, descubrió la relación aproximada entre la circunferencia y el diámetro, carculó el área aproximada del círculo y el volumen de la esfera.

Eureka es la primera persona del singular del presente perfecto de indicativo del verbo eurisko, (εὑρίσκω), que significa "encontrar". De tal modo significa lo he encontrado. La palabra "Eureka" en la actualidad se usa como celebración de un descubrimiento, hallazgo o consecución.

Cuenta la historia, que el rey Hierón de Siracusa había encargado a un orfebre la construcción de una corona de oro y plata. El rey le había proporcionado los materiales, pero después de terminada la corona se preguntó, si en realidad el joyero había utilizado más plata de lo convenido para quedarse una cantidad igual de oro que valía mucho más. No teniendo la respuesta tuvo que recurrir a la sabiduría de Arquímedes. En medio de todo los inventos y formulaciones realizado por Arquímedes esta incógnita no podía ser más laboriosa que los demás. Pero, un día mientras se bañaba, así tan simple como surgen las ideas en medio de una hecatombe de atosigamiento social o político, le llego la solución, se dio cuenta que cuanto más se sumergía en el agua más aumentaba el nivel de la misma en la bañera y que al mismo tiempo disminuía su tendencia a irse al fondo.


Después de este baño, y no de oro, descubrió el llamado principio de Arquímedes: "Todo cuerpo sumergido en un fluído experimenta un empuje vertical hacia arriba igual al peso del fluído desalojado" fue tan grande la emoción al descubrir este hecho que inmediatamente se lanzó a la calle desnudo gritando: EUREKA! (¡Lo encontré!). así pudo saber si en realidad el joyero había defraudado al rey o o, sabiendo el peso del oro y la plata.

El descenso de Arquimedes ocurrio el año 212 a.c



Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr

La extraña muerte de Fray Pedro

En 1913, el nicarag ü ense Ruben Dario presenta este cuento, el cual relata la historia de un fraile que muere en nombre de la ciencia. Un ser pertubado por el maligno espiritu que infunde la ciencia, el cual fragmentaba sus horas coventuales entre ciencia y oracion, las disciplinas y el laboratorio que le era permitido. Con este texto, Ruben Dario, deja en claro que la fe es un acto de fidelidad, que se sobreentiende en el corazón sin pasar por la cabeza. “No pudo desde ese instante estar tranquilo, pues algo que era una ansia de su querer de creyente, aunque no viese lo sacrilegio que en ello se contenia, punzaba sus anhelos” Toda la historia tiene lugar en el cementerio de un convento, cuya visita va dirigida por un religioso. la guia advierte a sus seguidores sobre la lapida de Fray Pedro, personaje central del cuento. Un personaje “flaco, anguloso, palido” e incluso de espiritu perturbado cuya desgracia se veia venir con su sed de conocimiento. El fraile persuade a

Donna Tartt, el vuelo entre la alta y la baja literatura

Por su primer título,  El secreto  (1992), Donna Tartt  (Greenwood, Misisipí 1963) recibió un adelanto de 450.000 dólares (el equivalente sería hoy una cifra muy superior), caso insólito en alguien que no había publicado aún nada. Antes de salir el libro, un  extenso perfil aparecido en  Vanity Fair  predijo la fama de la autora, anunciando la irrupción en el panorama de las letras norteamericanas de una figura que supuestamente borraba la distancia entre la alta y la baja literatura. Confirmando las esperanzas puestas en ella por sus editores, “El secreto” vendió cinco millones de ejemplares en una treintena de idiomas. Las críticas fueron abrumadoramente favorables, aunque no hubo unanimidad con respecto al diagnóstico de  Vanity Fair.  La primera novela de Donna Tartt es un thriller  gótico que lleva a cabo con singular habilidad el desvelamiento de un misterioso asesinato perpetrado en el departamento de lenguas clásicas de Hampden College, institución universitaria de carácter