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¿Cuánta tierra necesita un hombre?”

Título original: “Mnofo li cheloveku zemli nuzhno”

Autor: León Tolstoi

Traducción: Víctor Gallego

Editorial: Nordica

Año de publicación:1886

Año de edición : 2011

Número de página: 72

Genero: Cuento  

 

Una conversación entre dos hermanas dan inicio a este cuento, donde se hablan de  las ventajas de vivir de ser parte de la vida urbana, conversación que llevo sacarse los trapos, donde sale a relucir la pobreza, la riqueza, las tentaciones, los bienes materiales, la ostentación. Mientras esta conversación seguía su curso, acompañada de un té entre dos hermanas, las verdades rebotaban de un lado a otro, mientas que la vida campesina tenía sus ventajas, donde nos se conocía el miedo a perderlo todo, pues en la ciudad un día eres rico, al día siguiente la mendacidad te arropaba. El único problema, y que era un problema en lo rural, era la codicia de tener muchas más tierras, y entorno a la codicia, a lo ambicioso de su principal personaje, Pahom, como nos lo narra el cuento, el diablo escucho:   “De acuerdo —pensó el diablo—. Haremos una apuesta tú y yo: te daré mucha tierra y gracias a ella te tendré en mi poder.”

 

 

Después de sucederle algunos acontecimientos en sus tierra decide emprender hacia otros lugares, y es en esta afán desmedido que llega a las tierras de los Bashkirs, un grupo étnico de Rusia, que por cierta cantidad de dinero vendía sus tierras, pero con cierta condiciones “Vendemos por jornadas. Toda la tierra que consigas recorrer en una jornada será tuya, al precio de mil rublos.

Pajom se sorprendió.

—En un día entero se puede recorrer mucha tierra —dijo.

El jefe se echó a reír.

—¡Toda será tuya! —dijo el jefe—. Pero con una condición: si antes del anochecer no has vuelto al punto de partida, perderás el dinero.”

 


Este cuento realista, con alguna pisca de suspenso es un critica a la sociedad, a ese hombre que es ofuscado por la codicia, por el desmedido afán de lo ambicioso, y aunque no es malo ser ambicioso, pero los extremos te llevan por linderos donde el ruido te absorbe y cae en lo ridículo, a subienda que en un ataúd tiene poco metros y no cabe toda la ambición que quisiera tener. Pahom con toda y su ambición, creyendo que el acuerdo con los Bashkirs era ventajoso, al finalizar el día del acuerdo, acabose muerto del cansancio y enterrado entre los Barhkirs. Y el único documento que obtuvo fue esa pequeña porción de tierra. El final destroza todos los prejuicios que pudiéramos tener.

 

Quiso tantas tierras, que solo le bastaron seis pies, irónicamente hablando para ser enterrado, aunque en su momento Pahom dice: ‟Si tuviera incluso una pequeña tierra, entonces el diablo mismo no podría detenerme”, pero a medida que avanza el cuento, el diablo lo detiene. 

 

Moraleja: el deseo excesivo puede hacer que una persona pierda todo lo que tiene. Que el hombre es lo mas mínimo en este universo, que la codicia te hace volver contra los tuyos.

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