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Mortal y rosa

Título original: Mortal y rosa
Autor: Francisco Umbral
Editorial: Austral
Año de publicación: 2011
Numero de pagina: 256
Genero:  Novela literaria, narrativa

“Este libro, hijo, que nació no sé cómo, que creció en torno a ti, sin saberlo, se ha convertido en el lugar secreto de nuestras citas, en el refugio solo de mi conversación, de mi monólogo contigo, aunque ya toda mi vida es ese monólogo y no hacemos otra cosa que conversar, tú y yo, sin que nadie nos oiga”

Hay escritores, que en la medida que va pasando el tiempo, uno se va creando un baúl, o mejor dicho, un estante con un gran letrero que reza: Esperando su turno y este es uno de esos escritores que sin rabia solo me miraba, diciéndome, cuando me leerá. De Francisco Umbral siempre he escuchado que es un escritor excepcional, que tiene un buen manejo de la escritura, que hasta muchos han llegado a decir, que cuando se llega a Umbral nos hacemos de una literatura buena, no es para tanto.

Francisco Umbral es una de las figuras más destacada de la literatura española. Un escritor de una fecundidad creativa, sensibilidad lingüística y extrema originalidad en su estilo. Un tipo de un gran poder de sintaxis, donde en muchas ocasiones se nota tras bastidores la sátira. Un escritor que fue claro en sus opiniones, sin importar de que escritores se tratase. Un escritor sin pelos en la lengua, si tenía que decirte algo en tu cara te lo decía, al menos, en lo que pude ver en algunas entrevistas.

Este español, mueve su creatividad literaria por diferentes ámbitos, te puede ir desde un relato, ensayos, novelas, artículos, diarios, memorias, poesía, libros de conversaciones, diccionarios, entre otros. 

Al ser mi primer contacto con Francisco Umbral, lo hice a través de este libro Mortal y rosa uno de los libros considerado por muchos críticos como la mejor obra de él, por su magistral desenvolvimiento de la prosa en todo el texto. A grandes rasgos cuando comencé a leerlo, tarde un tiempo para ir conectándome con él, pues iba de un tema a otros, o mejor dicho describiendo los temas que el trata en el mismo, así pues, a medida que vamos viendo, caemos o nos conectamos a su sistema descriptivo, por ejemplo la descripción del cuerpo, la muerte, la vida, los recuerdos, las manos, el pelo, en todos crea un ambiente en la mayor de las medidas, o te gusta o lo desecha.

“La vida es demasiado buena o demasiado mala. La vida hay que pagarla. No hemos aprendido la gratuidad de la vida.”

Es lírico y ensayístico, donde en algunos casos quiebra el sistema hasta caer en un nihilismo, rayando en la desesperación, y motivo caso hay para rayar ahí. Pues al producirse la muerte de su hijo pequeño entra en un estado donde se ensombrece por esta perdida: “Tu muerte, hijo, no ha ensombrecido el mundo. Ha sido un apagarse de luz en la luz. Y nosotros aquí, ensordecidos de tragedia, heridos de blancura, mortalmente vivos, diciéndote.”
 
Pero también podríamos decir que es una novela experimental, por lo difícil de encasillarla en un género. Podríamos verlo como un diario, aunque no muestre fecha. Es un total hibrido de géneros lo que tenemos en nuestras manos. 

Por él, por mi hijo, he visto más allá, más adentro, y más lejos, y quizás, ay, eso basta.


Ya en las últimas páginas podemos ver lo desgarrado que se sintió Umbral tras la muerte de su hijo, pues termina con la muerte de su hijo, y este es el motivo del libro por la muerte de su hijo hasta llegar a la muerte del escritor: “Me moriré escribiendo páginas ilegibles, porque el muerto me crece, como un amigo triste, y revuelve mis cosas sin interés ni gana. Esto es vivir, esto es morir (no sé si ya he tomado la medicina a su hora), esto es ir teniendo una mitad de sombra, de ceniza, cada día más espesa y respetable. No existe la muerte. Sólo existe el muerto. El muerto vive, llega como un intruso, nos visita, y de pronto me sorprendo gestos de muerto, ademanes, caídas, renunciaciones de difunto.”

“Ahora tengo al niño entre los niños enfermos, en el pabellón de las sombras por donde un pequeño saltamontes humano, niño roto e inquieto, o una niña destrozada por un automóvil, con su sueño de manzana pisada, bullen y mueren”

Es un excelente texto, se lo recomiendo.

En sus manos

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