A pesar de ese no-deseo que pulula, ronda sigilosamente a nuestro rededor, es una compañera que anda de las manos con los vivos. La muerte, ese punto hondo, vertiginoso y ciego del no-ser, es un retorno sin regreso a la fuente primigenia de la Nada. Ella dimensiona, hace de los vivos un aura temerosa, des-construye castillos que desaparecen con el alba, esa es la muerte con la que nuestro escritor francés Edgar Morín, en su libro El hombre y la muerte nos la describe.
“Las ciencias del hombre no se ocupan nunca de la muerte. Se dan por satisfechas con reconocer al hombre como animal del utensilio, del cerebro y del lenguaje”. Más que una simple frase, es todo un camino que nos lleva a ver a la muerte en sus consideraciones científicas, es lo que propone Morín con su ensayo, porque el hombre ha querido olvidar la muerte, sin el impulso de mirarla de frente y con astucia, creyendo que la muerte de hoy dará presencia a la vida de ayer. Con la muerte se origina la ruptura más radical entre el hombre y el animal. El fin de toda vida es la muerte.
Edgar Morín partiendo desde la biología atraviesa toda la antropología de la muerte para abordar las concepciones primitivas que tuvo el hombre al respecto. “Las fronteras de no man’s antropológico, el primer testimonio fundamental, universal, de la muerte humana lo da la sepultura”. La pérdida de individualidad, el temor, la separación, la falta de enfrentamiento a la muerte son constantes de la realidad que encara el hombre frente a su compañera de camino. El traumatismo de la muerte, como lo expresa es un hecho no menos fundamental de la conciencia del acontecimiento de la muerte y la creencia en la inmortalidad. Con este enfoque deja por sentado su triple conciencia de la muerte: La realista, traumática e inmortalidad.
En resumida cuenta, cabe destacar, que leer el libro te lleva por caminos sembrados de muerte en sus inicios, porque los primeros capítulos, si bien es cierto, la muerte cae a gotera en cada letras. Uno llega al punto, en mi concepción, de quizás dejarlo hasta ahí y salta otros capítulos. Pero, desde principio el escritor fue claro, que su ensayo no sería una huida a la muerte sino un planteamiento científico de esta. Creo que es un libro que abarca todos los aspectos de la muerte. Pues sus temas van mas allá del puro tratamiento que se le ha dado a esta. Las fronteras de la no man’ land, muerte en común y muerte solitaria, la paradoja de la muerte, los fundamentos antropológicos de la paradoja, la muerte y el útil, la muerte renacimiento y la muerte maternal, el doble (fantasma, espíritu..) o el contenido individualizado de la muerte, entre otros temas de suma importancia.
“La muerte es el origen disfrazado. Puesto que el regreso al tiempo original del amor es imposible, la pasión de los amantes solo puede consumarse en el tiempo eterno e inmóvil de la muerte. La muerte es un instante sin fin” Carlos Fuentes
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