Agustín era platónico y su afirmación implica que la fe cristiana es la consumación verdadera de Platón. Su exposición se esfuerza en llevar de la mano al lector desde las buenas cosas de este mundo hasta el bien supremo que yace detrás de ellas, es decir, Dios. El afirma rotundamente que el mundo solo consiste en cosas buenas y discute el amor del hombre y, por consiguiente, la adoración de las cosas ( el sol, las estrellas, el mundo, las cosas imaginarias). "Nadie cree que no haya cosa buena que no deba ser adorada" pero para el, es erróneo quedarse con las buenas cuando un podría buscar las mejores
Wilfred Cantwell Smill
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