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Tres grandes maestros (Balzac, Dickens y Dostoievski)

"…Balzac, Dickens y Dostoiewski, son los únicos novelistas grandes que conoce el siglo… hay, a nuestro modo de ver, una diferencia íntima e inquebrantable entre el novelista y el autor de novelas. Novelista, en el sentido último y supremo de esta palabra, sólo lo es el genio enciclopédico, artista universal que - fijémonos en la envergadura de la obra y en la muchedumbre de sus figuras - modela con sus manos todo un cosmos; que, al lado del mundo terrenal, levanta un mundo propio con leyes propias de gravitación… el novelista estatuye, en el mundo de sus criaturas, una ley de vida, con una armonía tal, que el mundo recibe por él una forma nueva…".

Este escritor de origen austriaco, pero adoptado por la lengua alemana, es considerado uno de los escritores más fino en cuanto al recurso biográfico. Su forma de escribir nos trasporta en un juego de letras que van acompañado de una musicalidad, belleza y delicadeza que no merma hasta el final del escrito. Ensayos, biografías, novelas, son algunos de los recursos literarios que con estrictez toma de la mano, para revelarnos que las letras toman vida en sus escritos, con sencillez y desprovisto de todo egocentrismo deja ver su instrumentalización.

‘Me irrita toda facundia, todo lo difuso y vagamente exaltado, lo ambiguo, lo innecesariamente morboso de una novela, de una biografía, de una exposición intelectual. (….) Nueve de cada diez libros caen en mis manos, los encuentro sobrecargados de descripciones superfluas, diálogos extensos y figuras secundarias inútiles, que les quitan tensión y les restan dinamismo”

Con la puesta en escena de esta magnífica obra: Tres grandes maestros (Balzac, Dickens y Dostoievski), es indudablemente incomodo no decir que no es uno de los grandes representantes de la escritura del siglo XX. Con la sencillez va desnudando las vidas de estos tres grandes de todos los tiempos de las letras universales. De la misma manera como escribe estas biografías: sencillez, claridad, musicalidad, escribe su autobiografía: El mundo de ayer. Memoria de un europeo, un libro que nos conmueve, pero a la vez nos revela su forma de vida.

Estos tres creadores que ven la vida y deja en un papel su realismo, no es de menos, ponerse en el mismo carril de Zweig. Balzac, que con la Comedia Humana, nos provoca a ver la sutileza de la vida, que en su momento la engrandece a través de sus personajes, donde cada uno tiene vida propia y elementos espirituales de deja mucho que decir de nuestra realidad. Dickens, inquieto y con una gran imaginación supo tomar del timon con maestría el género narrativo, el humor, el sentimiento trágico de la vida, la ironía, con una aguda y álgida crítica social, así como las descripciones de gentes y lugares, tantos reales como imaginarios. Dostoievski, quien mostró un marcado interés por el hombre, se convenció que el futuro de la humanidad se hallaba en juego, y más que suficiente, porque sus novelas no tienen como foco los temas históricos, sino los temas actuales que vive. El realismo que le tocó vivir no se vio troncado por las etapas oscuras del espíritu humano, sino que penetró en ellas, donde sus protagonistas se mostraban como espejos de las más extremas situaciones: “rehabilita al individuo destruido, aplastado por el injusto yugo de las circunstancias, del estancamiento secular y de los prejuicios sociales”

En los escritos de Sfefan Zweig no encontraremos desperdicios: Fouché: el genio tenebroso, María Antonieta, Erasmo de Rotterdam, Balzac: La novela de una vida, Momentos estelares de la humanidad, Montaigne, La lucha contra el demonio, Holderlin, Kleist, Nietzsche; entre otros mas.

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