Ir al contenido principal

El último grito de José Saramago es contra la guerra

“¿Por qué nunca hubo una huelga en una fábrica de armas? (...) ¿Qué pasa para que la clase obrera tan capaz de luchar, no haya conseguido traspasar las puertas de una fábrica de armas? (...) El arranque, o mejor, el impulso para el libro que estoy escribiendo es éste”. Un José Saramago (1922-2010) ya físicamente muy debilitado anunciaba en la presentación de Caín, la que sería su última novela: Alabardas(Alfaguara). Ayer, cinco años después de aquellas palabras, en el teatro Nacional de Lisboa, se presentó mundialmente su grito contra la violencia.
Allí estaban para corroborar la voz ya débil -pero la pluma aún fuerte- del Nobel de literatura, el juez Baltasar Garzón -que consiguió arrestar a Pinochet-, el escritor Roberto Saviano -autor de Gomorra, y amenazado de muerte por las mafias- y las editoras de Saramago en Brasil, Italia, Portugal y España, más 800 personas que llenaban el teatro.
“Se hace todo lo que se puede contra la droga; pero qué se hace para prohibir las armas? Nada”, Saramago desgrana en seis minutos de vídeo grabado en junio de 2009, sus alegato por la paz y contra la violencia. “Los gobiernos más democráticos compran y venden armas, con el pretexto de que deben defender su territorio. Muchas veces no tienen que defenderse de nadie, porque nadie les ataca. Pero es necesario fomentar los ejércitos, muchos generales, muchos coroneles... Al igual que Dios, los ejércitos tampoco son de fiar. No se fíen de las bandas de música de los ejércitos ni de sus bonitos estandartes”.
Débil físicamente, pero tan irreverente como siempre, Saramago convierte su grito en una novela fina, irónica, de dos fuertes personajes, en donde el mensaje le entra al lector por la vía del humor o más bien del escepticismo. Como dice su viuda y directora de la Fundación Saramago, Pilar Del Río, es una novela de madurez, no de senectud.
La fábrica de armas Braço de Prata es el escenario de sus protagonistas, Artur y Berta, aunque la mujer se lo cambió por Felicia para no llevar el nombre de un cañón. Y hasta allį se fueron Saviano y Garzón, dos acérrimos denunciantes de la violencia en su sentido más amplio. Por aquello de que la realidad últimamente supera a la ficción, la fábrica lisboeta es hoy un centro cívico en medio de la Rúa Fabrica de Material de Guerra, que ya son ganas de llamar así a una calle.
"España es el octavo país del mundo en fabricación de armas", informaba Garzón ya en el Teatro Nacional, sede de la presentación formal del libro, un acto convertido en un alegato contra la violencia. "A la vez, el Gobierno español predica la ayuda humanitaria".
"La venta de armas tiene poco que ver con la protección de los estados", señalaba Saviano. El escritor italiano recordaba que en medio de la crisis su Gobierno va a comprar aviones f-35. La venta de armas supera a los gobiernos".
Saviano elogió la obra de Saramago "porque le da al lector un don preciosísimo, que ya pasa en otras obras suyas: recordarle que siempre tiene la capacidad de elegir una opción".
Felícia, la esposa de artur, el empleado de la fábrica de armas de Alabarda, también tomó su opción. Se largó de casa.
Lisboa, con la presencia de pocas autoridades como ya es habitual, pero un público fiel y fervoroso, rindió tributo a la última obra - ahora sí- de su premio nobel José Saramago.
El Pais

Comentarios

Entradas populares de este blog

Grandes esperanzas (Fragmentos)

«En el primer momento no me fijé en todo esto, pero vi más de lo que podía suponer, y observé que todo aquello, que en otro tiempo debió de ser blanco, se veía amarillento. Observé que la novia que llevaba aquel traje se había marchitado como las flores y la misma ropa, y no le quedaba más brillo que el de sus ojos hundidos. Imaginé que en otro tiempo aquel vestido debió de ceñir el talle esbelto de una mujer joven, y que la figura sobre la que colgaba ahora había quedado reducida a piel y huesos. [...] ―¿Quién es? ―preguntó la dama que estaba sentada junto a la mesa. ―Pip, señora. ―¿Pip? ―El muchacho que ha traído hasta aquí Mr. Pumblechook, señora. He venido a jugar... ―Acércate más, muchacho. Deja que te vea bien. Al encontrarme delante de ella, rehuyendo su mirada, observé con detalle los objetos que nos rodeaban, y reparé en que tanto el reloj que había encima de la mesa como el de la pared estaban parados a las nueves menos veinte. ―Mírame ―me dijo miss...

El murmullo de las abejas

Título original:  El murmullo de las abejas         Autor:  Sofía Segovia Editorial: Lumen Año de publicación:2015 Año de edición :2016 Número de página:496 Genero: Ficción, Literatura, Realismo mágico, Histórica, Novela   El libro El murmullo de las abejas, como su escritora, Sofía Segovia, me llega por recomendación del algunos lectores, pues me habían hablado de lo maravilloso del texto. Una novela con un matiz tierno que expone por medio del realismo mágico la historia familiar anclada en los ojos de un  niño   en el discurrir de los inicios de la revolución de 1910 en México, pero con la salvedad de que en si la novela no es una novela historia, sino que pone pinceladas de los hechos históricos que salpicaron a la terrateniente familia de los Morales en Linares, Monterrey y Florida.   Leer el Murmullo de las abejas es posibilitarnos a creer, que aquellos que es inconcebible en la realidad, en la novela todo ocurre como algo nor...

Los primeros exámenes confirman que Pablo Neruda padecía un cáncer avanzado

La historia oficial señala que el premio Nobel de Literatura Pablo Neruda murió a las diez y media de la noche del 23 de septiembre de 1973 en la clínica Santa María, de Santiago de Chile, a causa de un cáncer de próstata. Sin embargo, Manuel del Carmen Araya Osorio, el chofer chileno que trabajó a su servicio durante sus últimos meses, declaró en 2011 que murió envenenado mediante una inyección letal que le aplicaron en el estómago durante su convalecencia en la clínica, 12 días después del golpe de Estado que perpetró Augusto Pinochet. Tras conocerse la declaración del chófer, el Partido Comunista de Chile presentó una querella para conocer la verdad sobre la muerte de quien tal vez fuera su militante más conocido. Finalmente, los restos del poeta fueron exhumados el lunes 8 de abril en el balneario de Isla Negra, a la orilla del Pacífico, a 100 kilómetros de Santiago de Chile. Ahora, los primeros exámenes radiológicos y de tejidos orgánicos entregados al juez Mar...