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Cristianismos perdidos, Los credos proscritos del Nuevo Testamento

Al hacer uso de la crítica de un libro, por lo general, lo que procuramos es proveerle algo al lector para más luego vedárselo, sembrando la incitación en gestión de que persiga ese universo correlativo de ideas que indemnizan el texto. A este banquete, donde la autorización es publica y donde la encomienda del lector es encumbrarse en cada página que desliza a la izquierda, le aprovisiona la patente de Corso de imprimir su propia apreciación del texto ya exhumado, durante días y noches, minutos y horas.

Abordar el texto: Cristianismos perdidos del escritor de; Jesús no dijo eso, los errores y falsificaciones de la biblia, Bart D. Ehrham, es naufragar en un riguroso análisis de los textos primitivos del Nuevo Testamento y de las intestinas luchas por la toma de control en el establecimiento del credo que iba a utilizarse como marco de referencia espiritual de la iglesia. “Mi objetivo es examinar algunos de esos textos no canónicos, ver qué pueden decirnos sobre las varias forma de fe y la práctica del cristianismo en los siglo II y III, y mostrar cómo uno de los primeros grupos cristianos logró establecerse como dominante en la religión y determinar lo que los cristianos creían, lo que practicaban y lo que leerían como Sagrada Escritura en los siglos por venir”. En torno a esta declaración es que se centra nuestro autor.

El libro está estructurado en tres partes: Falsificaciones y descubrimientos, Herejías y ortodoxias, y Vencedores y perdedores. Cabe destacar que al principio del texto, el escritor nos provee de un detallado cuadro de los principales apócrifos cristianos con sus fechas y contenidos. De sumo interés esta parte para allegarnos a los demás temas que conforman el libro.

Todo acto de lectura ha de ser provocación necesaria a nuestra sensibilidad. Creo que el texto escrito por Bart D. Ehrman nos proporciona un amplio laconismo de informaciones, que en cierta medida se vuelven repetitivos, que a veces rayan en el cansancio, como suceden con libros de este tipo de temas, pero esto no deja de ser que su libro es un gran texto. Si por comparación con otros textos, por ejemplo el de Antonio Piñero: Los Cristianismos Derrotados, el escrito de Erhman es mucho mas analítico, que el histórico proporcionado por Piñero. Por afinidad electiva me quedo con Ehrman, pero con esto no digo que esta tan cerrado en el análisis Piñero. Con esta elección no hablo, como establecería Harold Bloom de una mala lectura o mala interpretación común y normal en los encuentros con este tipo de textos. Ambos textos son buenos, tanto de Piñero, como el de Erhman.

Os invito al indudable ludismo del escritor con su texto, a enfrentarnos con la realidad de su lenguaje arrastrado en la historia de la estructuración del credo primitivo. Con parsimonia participación hagamos de esta experiencia una provocación de gesto voluntario y consciente.

Hasta la vista baby.

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