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¿Dios existe?

De entrada ¿Dios existe? es el producto de un debate cumplido en el teatro Quirino de Roma, el 21 de febrero de 2000. La discusión pública, la cual teniendo como tema principal la existencia de Dios, fue aventurado por dos enfoques contrapuestos, pero fusionado por los oyentes que se apostaron desde temprano en la cercanía de aquel teatro y de unos dos mil que lo siguieron desde las calles, esperando estar al tanto de las respuestas del que es hoy el pastor de la iglesia católica, Joseph Ratzinger, que en aquellos años era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y del filosofo y director de la revista de pensamiento Paolo Flores d`Arcais. El debate que dio la inauguración al nuevo milenio despertó grandes expectativas , siendo este coordinado y dirigido por el periodista Gad Lerner, judío y director de la cadena televisiva Rai Uno.`

Desplegando el debate sobre la existencia de Dios, el libro nos entrega desde principio un breve ensayo escrito por Joseph Ratzinger: La pretensión de la verdad puesta en duda, teniendo como subtitulo la crisis del cristianismo en los comienzos del tercer milenio. Con este ensayo explora los cuestionamientos sobre la crisis que vive el cristianismo en la antesala de un nuevo milenio, de si es oportuno aplicar el concepto de verdad a la religión, de si tiene el hombre la autoridad de conocer la autentica verdad sobre Dios y las cuestiones divinas. “resulta fácil reducir los contenidos cristianos a lo simbólico, no atribuirles mayor veracidad que a los mitos de la historia de las religiones verlo como una forma de experiencia religiosa que debiera situarse con humildad junto a otras”

Para llegar a esta velada, donde el protagonista de la película era Dios, se produce tras la reedición de un apartado encontrado en la revista MicroMega dedicado a la Filosofía y Religión, donde ambos interlocutores habían expresados sus pareceres. El debate llevado a cabo en el teatro resulto corto con lo esperado. Son muchos los cuestionamientos que se traen de la rama cuando dos o más intelectuales de manera dialéctica tratan de exponer su punto de visto con lo sobrenatural, cuando el hilo conductor hacia la determinación del ente divino pisa el terreno humano, son muchas las interpretaciones que avivan la hoguera de la doble vía: razón – fe, para producir una aproximación de esa verdad que quiere externar un pensador. El tiempo dedicado para dicho debate se agoto como reloj de areno, el cual la mano indetenible la gravedad hizo estrago en las exposiciones de ambos interlocutores. “estas dos horas se han pasado de verdad volando”

El duelo dialítico, comenzó con una buenas tardes del judío Gad Lerner: “Título inconveniente para un debate, un debate animado por un cristiano y por un ateo, que quizá por coincidencia no del todo casual va a ser moderado por un judío….” El primer round fue encaminado a través de su cuestionamiento sobre los límites entre el que cree y el que no cree, y de si hay un rasgo en común. Quien salta el barco para exponer su idea respeto a ese cuestionamiento expresado por Lerner fue dado por el Cardenal Ratzinger quien esbozo que el objeto por el cual los cristianos se mueve para transportar la fe es evangelio que llevan al mundo, donde asevero que no es una cuestión privada, sino una mandato de que el hombre necesita conocer a Dios, de que es una verdad no sujeta a la privacidad de un club. Terminando de exponer su idea el Cardenal Ratzinger, Paolo d`Arcais esperaba su turno, quien a la intervención de Lerner respondió dirigiéndose a Paolo <> eso es Dios, eso es la fe para el Cardenal, Paolo manifestó: “En un debate de estas características hay una gran asimetría, porque el creyente está interesado en convertir al no creyente, está interesado, en su sentido más elevado del término, obviamente. En cambio, el ateo no está interesado en absoluto en convencer al creyente de la inexistencia de Dios, no tiene ningún interés en conseguir que nadie pierda su fe.” La presunción que admite la iglesia católica de ser la culminación de la razón, ser la verdadera summa de la razón y la humanidad, es un riesgo que podría encaminarse en la imposición ayudada por el Estado.

Entre otros punto tratados en este debate están: la renuncia de los creyente en querer hacer una demostración mundana de la verdad, la influencia de la ilustración en la religión Cristiana, la sombra de la historia en la iglesia, entre otros. Durante toda la velada, fueron varios los aplausos entregado a las respuestas dadas por el ateo. Paolo tomo como herramienta el rasgo histórico de la iglesia y el aspecto personal de Papa, que hasta en algunas ocasiones se le llamó a atención, de que el debate no se descaminara sobre la persona del papa, sino la interrogante ¿Dios existe? Y los demás temas que surgieran de las conversaciones llevadas a cabo.

Las penúltimas palabras del debate fue propinada por el filosofo Paolo Flores D` Arcais, el cual arranco cientos de aplausos entre el público. “también porque en aquellos concilios acababan decidiendo los emperadores, pero por fortuna hoy en cambio deciden los obispo”

El libro termina con un ensayo de Paolo Flores d`Arcais titulado: Ateísmo y verdad. En este ensayo se tratan varios temas que van desde: ¿una iglesia sin verdad?, la hermenéutica privilegiada, la tradición escéptica y atea, el escándalo de la teodicea, justicia humana y justicia divina, el secreto del pecado original, la trampa de la religiosidad triunfante, credo quia absurdum, la tentación del poder mundano, ¿O Dios o la nada?, entre otros temas’.

Es recomendable.

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