Cuando dio inicio la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2009, hace poco meses, me dirigí a un stand para ver que libro lograría adquirir. En esos trotes, me tropecé con este pequeño libro: “La oscuridad no miento” de Georges Bataille. Es un título que no es sugerente, que no aporta ninguna iniciativa a leerlo, eso creo, pero cuando uno se sumerge comienza a percibir, de cuan contrariado puede ser un título a la hora de caer a nuestras manos.
En ciertas ocasiones, sobre todo en mis lecturas, había oído hablar de Georges Bataille. Escritor, antropólogo y pensador francés (1987-1962), aunque en el mismo libro antes mencionado, alega que no le gustaba calificarse de filósofo: “Primero debo aclarar de que no soy un filosofo profesional. No puedo decir que he estudiado filosofía, pero no la he estudiado como es normal hacerlo; no la he estudiado como estudiante” según la pag.120 de mismo libro editado por Taurus. Estuvo bien marcado su propósito filosófico en el entredicho de que su filosofía era una filosofía de la risa, fundada en la experiencia de la risa.
Se catequizó en el sacerdocio, pero más luego dejar de lado en 1922 sus iniciativas en la fe cristiana. En sus escritos describía a las iglesias como los burdeles de Paris. Obtuvo de cabecera: Hegel, Marx, Marqués de Sades, Freud, Friedrich Nietzsche, entre otros.
En lo que respecta a este escrito “La oscuridad no miente”, son hojas sueltas inéditas, cuidadosamente seleccionada por Ignacio Díaz de la Serna, donde se aprecia las conferencias, diálogos y ensayos, donde trata de escrutar una respuesta que permita al individuo aglomerar las áreas que la convención, la rutina y las prohibiciones-morales, religiosos, filosóficos o estéticas- separan: la vida del intelectual, la vivencia del cuerpo y la concepción de lo divino.
Es un escrito atractivo. Aunque puedo decir que por el título podría ser un libro mas de eso que pasan sin pena ni gloria, o un título de mala muerte. El escritor formula su parecer sobre diversos temas que se entretejen, religión, moral, arte, violencia y erotismo. Estos textos lo escribió desde comienzo de la década de los cincuentas hasta 1961, un año antes de su muerte. Los cuales se encaminaron a formar los dos últimos tomos de la Summa ateológica. Temas como: La pura felicidad, textos sobre el “No- saber”, la animalidad, la consumación, la violencia, la risa, las lagrimas, el dado trágico, nos trasporta por todo el conocimiento de este escritor.
“La pura felicidad reside en el instante, pero el dolor me ha arrojado fuera del instante presente, en la espera del instante que vendrá, donde mi dolor será calmado” “la violencia es lo que se opone al desarrollo del pensamiento” “¿Acaso Dios no es una expresión de la violencia ofrecida como respuesta?” “El silencio es la violación ilimitada de lo prohibido que la razón de hombre contrapone a la violencia: es la divinidad sin freno que el pensamiento sólo extrae de la contingencia de los mitos” “En principio, soy ateo, pienso generalmente que soy ateo. Mi nombre fue puesto incluso-sin consentimiento por mi parte – al lado de de los existencialistas ateos, de los que el señor Calogero hablaba ayer. No estoy seguro de ser existencialista, y todavía menos de ser ateo…” “En efecto lo que ya me he visto obligado a decir en estos días: soy ateo, lo repito, y aun en un sentido, lo soy violentamente. Lo soy violentamente como Nietzsche lo fue” con este entre comillas se derrumba la ante expresado “soy ateo que habla de Dios. Por consiguiente, no soy serio”
Otras de las tantas cosas que pude ver fue el enfrentamiento ideológico entre Georges Bataille y Jean Paul Sartre. Este último le llama “inconsolable viudo de Dios”, cuyo “ensayo-martirio” y el desorden que caracteriza a cada una de sus paginas le recuerda en “mas de un rasgo a Pascal. Mientras que Bataille: “jamás comprendí por qué Sartre me reprochó el no haber querido decir nada cuando escribía de lo desconocido”
Las palabras escrita por Bataille a Madame Edwarda: Si tienes miedo de todo, lee este libro, pero primero escúchame: si te ríes, es que tienes miedo. Un libro, te parece, es cosa inerte. Es posible. Y sin embargo, como ocurre, ¿si no sabes leer? ¿Debería temer…? ¿Estás solo? ¿Tienes frío? ¿Sabes hasta qué punto el hombre es tú mismo, imbécil y desnudo?
“La oscuridad es lo que disimula la luz o el objeto iluminado: al menos la oscuridad no miente”
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